Curso de Ley de Haciendas Locales (Titulación Universitaria + 6 Créditos ECTS)
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La alícuota es un término muy utilizado en el ámbito de la tributación, pero también tiene aplicaciones en otros campos. Su aplicación y cálculo son sencillos, ya que atiende a porcentajes establecidos multiplicados sobre un número o cifra base. En este post, te contamos más al respecto.
Este término proviene del latín alĭquot (de alius ‘otro’ y quot ‘cuántos’) cuyo significado alude a cantidades o cierto número de algo (por ejemplo, cierto número de personas).
En español y otros idiomas como el inglés, en el que se escribe aliquot, dicho sentido derivó en su uso actual, en el que se utiliza como adjetivo, que alude a proporciones, y también como sustantivo femenino, como referencia a la parte proporcional respecto de algo. Así, su definición, según el Diccionario de la lengua española, es “[parte] proporcional”.
Ahora bien, en finanzas y economía –ámbitos en los que más se utiliza–, se entiende como un importe aplicado para el cálculo de una cuota: “tipo impositivo porcentual aplicable a las bases imponibles o liquidables expresadas en dinero a efectos de determinar la cuota íntegra de un tributo. Puede ser fija o variable” (Diccionario panhispánico del español jurídico).
Se trata de un término que, en nuestro idioma, se escribe con acentuación gráfica (tilde), ya que es esdrújula. Por esto, es incorrecto escribir *alicuota o pronunciarla como si se tratara de una palabra grave o llana.
Siguiendo lo anterior, se entiende que debe haber una proporción entre las partes que componen el total, de tal modo que, si dividiésemos un número o cifra, la alícuota proporcional contendrá partes iguales. Veamos el siguiente ejemplo:
Una persona tiene una barra de chocolate que quiere compartir con cuatro personas. Al calcular la alícuota, cada parte asignada deberá ser igual; es decir, cada trozo tendrá las mismas dimensiones.
Sin embargo, en finanzas, la alícuota refiere al porcentaje aplicado sobre una base imponible para realizar el cálculo de lo que se deberá pagar como impuesto. Se aplica, por tanto, a bienes, servicios e, incluso, ingresos. Desde luego, la alícuota es diferente según la legislación fiscal de cada jurisdicción. Veamos, en este caso, el siguiente ejemplo
En España, el impuesto sobre el valor añadido (IVA) es del 21 % (para este ejemplo no se consideran sus reducciones vigentes). Si el precio del artículo se fija en 100 euros y se le aplica la alícuota antes mencionada, se debe realizar el siguiente cálculo para obtener el precio final del producto:
Precio sin IVA: 100
Alícuota: 21 %
Fórmula: 100 euros x 0.21 = 21 euros
Precio total con IVA: 100 euros + 21 euros = 121 euros
La alícuota se caracteriza por lo siguiente:
Es parte fundamental del sistema fiscal.
Permite el cálculo de la cantidad proporcional a pagar.
Cada país establece su alícuota según el bien, servicio, ingreso o producto sujeto a gravamen.
La alícuota se establece según un rango de ingresos, por lo que no es la misma según la categoría.
Permite la equidad fiscal en el acopio de impuestos.
La alícuota cuenta con dos elementos que permiten el cálculo del precio final: base imponible y tasa. Veamos esto en detalle a continuación:
La base imponible se entiende como la cantidad que está sujeta impuesto y, como hemos mencionado, puede pertenecer a diversas categorías, como los bienes y los productos. De ahí que la alícuota se establezca atendiendo a aspectos como el poder adquisitivo o rangos de ingresos. Esto se alinea con la característica antes mencionada: busca la equidad en el pago de impuestos.
La tasa, por su parte, es el porcentaje que se aplica a la base imponible. Como vimos en el ejemplo, se utiliza el tipo impositivo en % para calcular el precio final. En este caso, la alícuota sería el resultado de la multiplicación de la base imponible por la tasa.
Las agencias tributarias de cada país establecen las tasas o tipos según los rangos de la base imponible.
Estos son los tipos de alícuotas aplicados por las entidades fiscales:
Las alícuotas fijas no varían, por lo que son las mismas sin importar el tipo ni rango de base imponible.
Las alícuotas variables varían en función de los rangos de la base imponible, de tal modo que puede disminuirse o incrementarse.
Las alícuotas progresivas incrementan según el aumento de la base imponible del contribuyente.
Estos son los campos en los que el término alícuota se utiliza comúnmente:
Este es el ámbito en el que la alícuota es más utilizada para calcular la proporción que habrá que pagar sobre determinado objeto sujeto a gravamen. El ejemplo más claro de esto es el IVA, como se ha visto antes, o los impuestos al patrimonio. El sujeto implicado es conocido como contribuyente.
Los testamos son parte del derecho sucesorio. En este ámbito, la alícuota consiste en el cálculo de las partes iguales que los herederos recibirán de aquello que se les fue asignado. Entonces, los bienes son susceptibles de división para que cada uno reciba la alícuota correspondiente según la ley.
Aquí la alícuota alude a la muestra proporcional de un conjunto de datos o población. Dicha muestra se caracteriza por ser representativa y de mejor tamaño. Una correcta elección y cálculo determina la validez de los resultados de análisis estadísticos.
En cuanto a experimentos o análisis científicos, la alícuota se refiere a una muestra, sea líquida o sólida, que es representativa de la composición total del objeto de estudio. Esto es útil para no utilizar por completo dicho objeto.
Veamos ahora los ejemplos de alícuotas según el campo en el que se utilizan y se calculan.
Un contribuyente con un patrimonio total de 1 500 000 euros debe pagar un impuesto al patrimonio con una alícuota del 0.5%. La base imponible se establece en 1 200 000 euros, tras aplicar deducciones.
El cálculo sería:
1,200,000 euros × 0.5% = 6,000 euros, lo que representa el impuesto que debe pagar. En este caso, se aplica una alícuota fija sobre el patrimonio imponible del contribuyente, cumpliendo con su obligación tributaria.
Tres herederos deben vender un inmueble valorado en 600 000 euros para repartir partes iguales. La alícuota aplicada a cada heredero es del 33.33%.
Tras la venta, cada uno recibirá:
600,000 euros × 33.33% = 200,000 euros.
Este método garantiza que la propiedad indivisible se distribuye equitativamente, conforme a las leyes sucesorias.
En un estudio demográfico, se toma una alícuota del 10 % de la población de una ciudad con 500 000 habitantes para proyectar el crecimiento.
La muestra es de:
500 000 × 10 % = 50,000 personas.
Esta muestra permitirá inferir tendencias de crecimiento en la ciudad.
En un experimento, se toma una alícuota de 20 ml de una solución química de 200 ml para realizar pruebas de concentración.
El volumen extraído representa:
200 ml × 10 % = 20 ml.
Esta alícuota permite analizar la muestra sin utilizar toda la solución.
Real Academia Española (s.f.). Alícuota. En Diccionario de la lengua española. Recuperado en 1 de octubre de 2024, de https://dle.rae.es/al%C3%ADcuota
Real Academia Española (s.f.). Alícuota. En Diccionario panhispánico del español jurídico. Recuperado en 1 de octubre de 2024, de https://dpej.rae.es/lema/al%C3%ADcuota
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