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La práctica de la tanatopraxia antes y después ha cambiado como consecuencia del uso de diferentes técnicas de conservación de cuerpos. Ahora bien, ya en la antigüedad existía un culto por la muerte en la que los difuntos eran preparados con sus mejores galas para acceder a la otra vida.
Actualmente la tanatopraxia debe desarrollarse en unas condiciones de higiene estandarizadas para evitar la putrefacción o el deterioro de los cuerpos, lo que hace a estas prácticas indispensable para garantizar que el fallecido tenga el mejor aspecto posible para que se puedan despedir de él sus seres más queridos.
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Tecnico Profesional en Tanatoestetica y Tanatopraxia (Titulacion Profesional)
El origen etimológico de la palabra tanatopraxia se encuentra en el griego donde la palabra thanatos significa muerte y praxia se refiere a la práctica. Si se unen ambas palabras el concepto que aparece es el de tanatopraxia, que se refiere a un conjunto de prácticas que se llevan a cabo en los fallecidos. Estas prácticas engloban la limpieza, la conservación, el embalsamiento o la higienización. Una labor que se hacía en tanatopraxia antes y después, y que veremos su evolución a continuación.
El origen de la tanatopraxia se remonta a la época prehistórica, más concretamente a la Edad de Piedra. Es en esta época donde se comienzan a apreciar prácticas relacionadas con la tanatopraxia como la de ataviar a los difuntos con un tipo de vestimenta especial o pintar la cara de los fallecidos con barro. De esta forma, se estaban preparando para un paso a la otra vida, entendida esta como una ocasión especial. Un aspecto que no difiere tanto de la tanatopraxia antes y después, que
Tradicionalmente, la cultura egipcia es la que más prácticas de tanatopraxia moderna ha realizado. La momificación y el embalsamiento de los cadáveres era más que habitual, siendo estos además precursores en el uso del maquillaje en los muertos. Para ello utilizaban minerales como la malaquita, usaban henna o incluso carmín, lo que los convierte en los auténticos pioneros de la tanatopraxia. En la misma línea que la civilización egipcia, la antigua China también aplicaban el uso de cosméticos en los cuerpos como los polvos de azahar o incluso usando desmaquillantes naturales las pulpas de algunas frutas. La civilización griega en cambio, utilizaba otras técnicas de tanatopraxia como el tinte del pelo de los muertos empleando aceites de procedencia vegetal o cubriendo el rostro con plomo blanco para prepararlos para la otra vida.
El punto de inflexión que marcó en la tanatopraxia antes y después fue el uso de mezclas que se introducían en las arterias de los difuntos. El pionero de esta práctica fue William Haervey y Fréderick Ruysche. La composición de este líquido inyectado a los muertos tenía la función de retrasar la descomposición de los fallecidos. En este contexto, en la armada francesa comenzó a utilizarse esta práctica de tanatopraxia para así poder enviar a los soldados caídos en combate a su lugar de procedencia sin sufrir ningún deterioro. Llegado a este punto, nos encontramos con el primer embalsamiento registrado realizado por el doctor Thomas Holmes, que es considerado el iniciador de esta práctica y que se hizo como motivo de la guerra de sucesión de los Estados Unidos.
Al contrario que en la tanatopraxia que se realizaba en las antiguas civilizaciones, en la actualidad esta práctica se ha desligado de su carácter religioso, para convertirse en una práctica que requiere un triple enfoque científico, cultural y social. Junto con la tanatoestética, la reconstrucción de cadáveres o su conservación se desarrolla en unas condiciones de higiene y salud más avanzadas, se utilizan herramientas de extracción más sofisticadas y se presta un servicio funerario más completo. Los productos cosméticos que se aplican a los fallecidos consiguen un aspecto que esconde de forma más natural los signos de la defunción para que sus seres queridos mantengan una imagen realista del difundo a cuando tenia vida. Finaliza aquí el recorrido por la tanatopraxia antes y después.
La práctica de la tanatopraxia tiene un fuerte componente emocional para quienes se dedican a ella. En este sentido, puede ser un trabajo reconfortante, si se consigue un resultado profesional que origine la satisfacción de los familiares del fallecido. El cuidado de detalles como ocultar heridas, cortes o laceraciones puede ser agradecido por los seres queridos del difunto que podrán despedirse de él con una imagen lo más realista a su apariencia en vida.
Existen ocasiones en los que los tanatopractor tienen que realizar su trabajo con fallecidos de edad joven o incluso niños lo que supone una situación violenta y desagradable. Además se deberá de mantener un contacto con los familiares o conocidos del difunto que estarán afligidos por su muerte, lo que, se enfrentan a estados emocionales complicados de gestionar en algunas ocasiones.
La preparación de los difuntos para su funeral requiere de realizar multitud de tareas entre las que se encuentran la reconstrucción y reconstrucción del cadáver, la prevención de enfermedades, la presentación o la exposición del cadáver o incluso conocer los diferentes ritos funerarios para así evitar situaciones de empatía con los familiares y ofrecer un servicio profesional y satisfactoria. También se necesitará de conocer de forma experta la normativa en cuanto a los servicios funerarios, tanatorios o cementerios.
Consecuentemente la tanatopraxia antes y después se desarrolla en un recorrido profesional multidisciplinar en el que en muchas ocasiones aparece de forma complementaria con otras prácticas como la tanatoestética. Aunque existen diferencias entre tanatopraxia y tanatoestética, el objetivo es común en cuanto a conseguir la satisfacción de los clientes, en este caso, los familiares del difunto. Si estás interesado en acceder a una de las profesiones con más demanda de profesionales cualificados en la actualidad, estaremos encantados de que consultes nuestro blog. En Euroinnova tenemos un amplio catálogo de cursos de tanatopraxia que te permitirán desarrollar tu trayectoria profesional en esta área de la mano del equipo de profesionales más experimentado y que mantiene un contacto directo con la realidad del sector para poder ofrecerte una formación basada en los contenidos más didácticos y la metodología más práctica.
Cristina Polo Calvo
COPYWRITER
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