Curso de Gamificación: Educar Jugando (Titulación Universitaria con 5 Créditos ECTS)
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La evaluación educativa es un proceso amplio y complejo. No solo se basa en asignar una calificación, sino que integra diversos tipos de valores que buscan mejorar el aprendizaje de quien las recibe, los estudiantes, así como las prácticas de la enseñanza.
Los tipos de evaluación, a su vez, tienen propósitos y alcances específicos. Por lo que es recomendable conocerlos para enriquecer la labor docente.
Podemos diferenciar hasta 6 fórmulas para evaluar lo que aprenden los estudiantes dependiendo del objetivo y el momento. Y es lo que vamos a desarrollar, a continuación, los tipos de evaluación que existen.
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De una manera muy resumida, se trata de un proceso planificado que busca recoger, sistematizar y analizar información por medio de técnicas, herramientas e instrumentos con el objetivo de verificar los avances y dificultades de los alumnos.
Según los expertos en esta materia, la evaluación es útil tanto en docentes como en alumnos/as por diferentes razones:
Como hemos mencionado, existen 6 tipos principales de evaluación educativa:
Se tienen en cuenta las fortalezas, debilidades, conocimientos y habilidades de un alumno antes de la formación. Principalmente, sirve para conocer el punto de partida. Es una base desde la que trabajar los conocimientos que los alumnos van a adquirir durante el programa formativo.
Se evalúa el rendimiento de un alumno durante la formación y, de forma general, se produce con regularidad durante todo el proceso de instrucción. Podríamos considerar la evaluación formativa como un repaso para poder revisar la calidad de la formación recibida por si fuese necesario realizar modificaciones en el método de enseñanza.
La evaluación sumativa apunta a valorar el alcance al cual han llegado los resultados más importantes al final de la instrucción. En la evaluación sumativa se mide el rendimiento de un estudiante al final de la formación. Es la forma de saber qué ha aprendido y qué no.
Se mide el rendimiento de un alumno frente a una meta, un objetivo específico o estándar. Consiguiendo obtener datos y conclusiones más concretas sobre el proceso de enseñanza y aprendizaje.
Compara el rendimiento de un estudiante con el del aula promedio, por ejemplo, el promedio nacional para la materia Historia. Otro ejemplo es cuando el docente compara la calificación promedio de sus estudiantes con la calificación promedio de toda la escuela.
Mide el rendimiento de un estudiante con los rendimientos previos de ese estudiante. Por lo que no se está comparando al alumno con otros estudiantes, se comparan los resultados actuales con los datos previos.
Los y las docentes serán los encargados de realizar una observación continuada que requiere el proceso de evaluación. Y, según los objetivos que se pretendan evaluar, recurrirán al tipo de evaluación que mejor se ajuste.
Igualmente, a la hora de realizar la evaluación distinguimos varios sistemas o técnicas que se utilizan de forma complementaria: observación, pruebas, revisión de tareas y entrevistas.
Para ello, los profesionales cuentan con instrumentos como las listas de control, que permiten registrar ausencias o conductas en clase, o realizar escalas de estimación para detectar la frecuencia con la que se realizan determinadas tareas o conductas.
Es vital que el docente observe la evolución de cada alumno, actitudes en el aula, la relación con el resto de alumnado, sus progresos en las diferentes materias, sus dificultades… Con el fin de detectar posibles problemas de aprendizaje y adoptar las medidas necesarias.
Permite ver cómo es el trabajo diario de cada estudiante. Su implicación, el tiempo que requiere para realizar las diferentes tareas y proyectos, si es constante… Por tanto, se trata de una evaluación continua y, a diferencia de los exámenes, no dependerá de si el alumno ha tenido un mal día o de si no ha sido capaz de abordar esa prueba.
Las entrevistas con las familias de cada alumno proporcionan información sobre su entorno más próximo, si tiene algún problema familiar o cómo ha sido su adaptación a la escuela. Deben realizarse de forma regular, especialmente si hay problemas de aprendizaje o conducta.
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