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¿Conoces el concepto de alimentos estructurales? ¿Quieres formarte en el sector de la Nutrición y Dietética para dedicarte a ello? ¡Es el momento de conocer más acerca de la alimentación! ¿Te animas a hacerlo desde casa, con máxima flexibilidad y siendo el dueño de tus horarios y ritmos? ¡De diez! Quédate y conoce uno de nuestros magíster estrella: el Magíster en Nutrición 100% virtual. ¿Nos acompañas?
¿Alguna vez te has preguntado cómo las verduras y frutas, entre otros alimentos, pueden ser tan beneficiosas para tu cuerpo? Hay un grupo de alimentos que a menudo se pasa por alto pero que juegan un papel vital en nuestra salud y bienestar.
Estos alimentos pueden ayudar a mantener nuestros huesos fuertes, a mejorar la postura y a prevenir lesiones. ¿Quieres saber más sobre ellos? En este artículo, exploraremos los alimentos que pueden proporcionar una estructura sólida a nuestro cuerpo y los beneficios que pueden ofrecer.
Los alimentos estructurales son aquellos que proporcionan componentes esenciales para la formación y mantenimiento de los tejidos corporales.
La función principal de los alimentos estructurales es proporcionar al cuerpo los nutrientes necesarios para construir y mantener tejidos y estructuras corporales, como los músculos, huesos, piel, cabello y uñas.
Estos alimentos tienen gran cantidad de proteínas, las cuales son los bloques de construcción esenciales del cuerpo humano. Además, los alimentos estructurales también pueden proporcionar otros nutrientes importantes como vitaminas y minerales que son esenciales para la salud y el bienestar general.
Los alimentos estructurales se ubican dentro del grupo de los alimentos constructores o alimentos proteicos, junto con otros alimentos ricos en proteínas. Estos alimentos, como su nombre lo sugiere, son aquellos que contienen proteínas.
Las proteínas se encuentran en alimentos de origen animal como carnes, pescados, huevos y lácteos, así como en alimentos reguladores de origen vegetal como legumbres, frutos secos y algunos granos como la quinoa. Las proteínas están compuestas por aminoácidos, y existen 20 aminoácidos diferentes que pueden combinarse para formar las proteínas que necesitamos.
La biotecnología puede ayudar a desarrollar alimentos con mayor contenido proteico. Se pueden utilizar técnicas como la ingeniería genética para modificar genéticamente plantas y animales y aumentar su producción de proteínas.
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