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Nunca te has preguntado ¿Por qué algunas construcciones de piedra conservan tanto el frío? La respuesta está en el material de los muros con los que se han realizado. Pero de una forma más concreta, la razón está en lo que se conoce como inercia térmica. ¿Sabes en qué consiste? Pues bien en este post te vamos a contar todo lo que necesitas saber sobre esta propiedad para entender mejor qué es la eficiencia energética y como se puede lograr teniendo en cuenta esta inercia térmica.
El sector energético es, en la actualidad uno de los que cuenta con mayores oportunidades profesionales. Y es que, el auge de energías limpias como puede ser la eólica, hidráulica o solar han pasado de ser un lujo a alcanzar una gran popularidad y usos también en los hogares de millones de familias. Por ello, son muchos los profesionales que han puesto el foco en este sector en busca de un futuro profesional apasionante y repleto de oportunidades en los que crecer en el ámbito laboral. Lograrlo es posible siempre y cuando se cuente con una formación especializada en la que se aborden áreas como la eficiencia energética en diferentes tipos de instalaciones, la implantación de energías renovables o la búsqueda de alternativas que mejoren la energía en edificaciones o empresas. Ahora con el master mba en energía de Euroinnova, todas estas y otras muchas más áreas te dotarán de las competencias profesionales necesarias para hacerte un hueco en este sector.
La inercia térmica es la propiedad que algunos materiales poseen de conservar el calor, y consecuentemente de alterar la temperatura en un tiempo determinado. Siguiendo con este razonamiento, un material que tenga gran inercia térmica requerirá de mayores niveles de energía para lograr que su temperatura se eleve en la misma cantidad de tiempo.
Es por ello, que a la hora de adquirir una vivienda crezca la preocupación por encontrar aquella que sea capaz de retener el calor para la época invernal y el frescor para el verano. Conseguirlo dependerá del aislamiento de la vivienda, que será fundamental para reducir el coste de la energía y lograr una mayor eficiencia energética, ya que, se hará un menor uso de los sistemas de calefacción o refrigeración.
El material con el que están fabricadas las viviendas será la clave para lograr el aislamiento que logre la inercia térmica deseada. Ahora bien para conseguirlo, se deberán de tener en cuenta las siguientes características:
Calor específico o la capacidad de almacenaje de la temperatura.
Masa que mide la relación entre el calor que transmite a un cuerpo y la variación calorífica que se experimenta.
Densidad entendida como la relación volumen-masa de cada elemento.
Existen dos elementos clave a la hora de medir la inercia térmica: la efusividad y la difusividad térmica. La difusividad térmica indica la velocidad con la que se produce un cambio de temperatura de un material condicionado por elementos térmicos externos. En cambio la efusividad térmica, está ligado con la capacidad de bloquear la transmisión de calor de un material.
Los conceptos de inercia térmica y aislamiento aunque pudieran parecer similares o sinónimos, la realidad es que hacen alusión a dos realidades diferentes. El objetivo principal del aislante es el mantenimiento de temperatura interior que permanece estable una vez eliminadas las anomalías de la pared. Se produce así una reducción entre la transmisión de calor entre los entornos interiores y exteriores de la vivienda. En cambio, la inercia térmica trata de lograr almacenar calor en las paredes.
Uno de los recursos más empleados en lo que se conoce como diseño pasivo de edificios es la inercia térmica de los materiales con los que están construidas las viviendas. Ahora bien, su aprovechamiento estará condicionado por los siguientes aspectos:
Clima: en aquellas zonas geográficas en las que existan variaciones importantes de temperatura entre la noche y el día serán las más adecuadas para utilizar materiales aislantes que favorezcan la inercia térmica.
Uso del edificio: el uso que se haga de los edificios condiciona también la inercia energética. Y es que, por ejemplo, no es el mismo gasto de energía el que se hace en una vivienda que el que se hace en un hospital.
Ubicación de los materiales: aquellos que se colocan en el exterior debe tener unas características diferentes a las del interior.
Capacidad de almacenaje del calor: el calor que puede acumular el material con el que se construyen las viviendas deberá ser medido en base a criterios como la densidad del material, el espesor y su calor específico.
La eficiencia energética más allá del ahorro que supone para los hogares, es también un aspecto fundamental para las empresas que pueden realizar un derroche energético perjudicial que puede incluso, incidir en su capacidad competitiva por el alto coste que supone. Por ello, son cada vez más las que apuestan por el uso de energías renovables para reducir sus presupuestos energéticos. En este sentido, los profesionales formados en cursos online enfocado a energías renovables cotizan al alza.
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