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Los sentidos desempeñan un papel fundamental en el proceso de aprendizaje y comprensión del mundo que nos rodea. Al proporcionar experiencias sensoriales en el entorno escolar, se promueve el desarrollo de habilidades cognitivas, emocionales y motoras en los niños.
La estimulación sensorial ayuda a los niños a explorar y comprender mejor el entorno, fortaleciendo sus conexiones neuronales y promoviendo el desarrollo de habilidades perceptivas mediante la exposición a diferentes estímulos sensoriales, como sonidos, texturas, colores y olores. De esta forma, se fomenta la curiosidad, la atención y la concentración.
Se considera que los primeros años de vida de un niño son esenciales para trabajar la estimulación sensorial, ya que durante este período el cerebro está en pleno desarrollo y es especialmente receptivo a este tipo de actividades.
Entendemos por estimulación sensorial el proceso de proporcionar experiencias y estímulos que activan los sentidos de los niños. Consiste en exponer a los niños a una variedad de estímulos sensoriales, como sonidos, texturas, colores, olores y sabores, con el objetivo de promover su desarrollo y aprendizaje.
Así pues, la estimulación sensorial se puede practicar para cada uno de los sentidos de la siguiente forma:
Vista: Exposición a diferentes colores, formas y patrones a través de juguetes y materiales visuales, como imágenes, libros ilustrados y actividades de arte.
Oído: Exposición a diferentes sonidos y ritmos con canciones, música, cuentos, sonidos de la naturaleza y actividades de escucha activa.
Tacto: Se les invita a los niños a palpar diferentes texturas y sensaciones táctiles. Para ello, experimentan a través del juego con objetos de diferentes superficies, como pelotas suaves, peluches, bloques de construcción y materiales sensoriales.
Gusto: Implica ofrecerles a los niños diferentes alimentos para que experimenten una amplia gama de sabores. Además, se fomenta unos buenos hábitos alimenticios a través de la introducción gradual de alimentos saludables y variados, fomentando su curiosidad y preferencias alimentarias.
Olfato: Los niños se exponen a olores y aromas que proviene de diferentes fuentes como oler flores, especias, frutas y otros objetos aromáticos.
Tanto si eres un docente, como un especialista en atención temprana, o si aspiras a trabajar en el ámbito de la educación infantil, es importante que conozcas las mejores actividades o juegos que estimulan el sentido de manera lúdica. Así podrás ayudar a los pequeños en su desarrollo sensorial y aplicarlas tanto en casa como en el aula.
Para darte una mejor idea de cómo son estos juegos para trabajar la estimulación sensorial en el aula, aquí te dejamos una lista con los más populares:
Este es un juego que sin dudas despertará la curiosidad de los niños y buscará desarrollar su sentido del tacto. Para llevarlo a cabo, es necesario agregar a una caja bolas sensoriales que representan diversas sensaciones.
De este modo, el niño debe encontrar cada objeto guiándose por lo que siente, sin poder utilizar la vista.
Se trata de un espacio tranquilo y bastante acogedor, adaptado especialmente al desarrollo de la curiosidad del niño. Consiste en acondicionar el ambiente con juguetes como pelotas de espejo, bolas olorosas, bastón de lluvia, etc.
Cada uno de los objetos allí encontrados debe destinarse a trabajar la estimulación sensorial en el aula de uno o varios sentidos. Puede ser personalizado según cada grupo de estudiantes en función de sus características.
Para compartir un momento de calma, complicidad y descubrimiento, existen ciertas herramientas de masaje que ayudan a los pequeños a experimentar con diferentes texturas.
Se recomienda tener un fondo sonoro a la hora de implementar esta actividad para agudizar la estimulación sensorial auditiva. También se puede establecer como un ritual antes de dormir, así el pequeño se puede relajar, calmar y se sentirá reconfortado.
Este juego es perfecto para trabajar la estimulación sensorial en el aula debido a lo fácil y práctico que es. Se trata de una actividad donde se utiliza la memoria táctil y visual, se trabaja con una caja sensorial, plastilina y pelotas táctiles, el objetivo del estudiante es asociar las pelotas marcadas con diferentes materiales y denominaciones de texturas.
Se trata de un juego que trabaja las habilidades motoras y el desarrollo sensorial de los más pequeños. Para realizar este juego, es necesario contar con balones medicinales y multisensoriales que tienen la particularidad de estimular el sentido propioceptivo, es decir, la conciencia de uno mismo.
Este juego está pensado para 3 personas o más. El objetivo es simple: solo pasar de uno a otro los balones. El niño debe sujetar en sus manos diferentes pesos y su cuerpo dará la potencia muscular necesaria para sujetar cada balón.
Prepara pintura casera con diferentes texturas, como pintura con arena, con espuma o con gelatina. Invita a los niños a pintar con los dedos o con pinceles, explorando las diferentes sensaciones táctiles. Además de la estimulación sensorial, también trabajarás su creatividad y despertarás el genio que llevan dentro.
Prepara una bandeja con diferentes recipientes que contengan diferentes aromas, como vainilla, limón, café o lavanda. Los niños pueden oler y adivinar qué aroma están experimentando. Puedes escoger diferentes elementos: desde perfumes baratos, flores olorosas, comidas o materiales no tóxicos.
Crea un ambiente musical utilizando diferentes instrumentos de percusión, como tambores, castañuelas, maracas y campanas. Es una forma excelente de invitar a los niños a que experimenten con los sonidos, explorar diferentes ritmos y moverse al compás de la música. Además, también se puede sumar a una actividad de baile y expresión corporal.
Trae a clase una linterna o una lámpara y proyecta sombras en una pared o en el suelo. Los niños pueden jugar a atrapar las sombras, crear figuras con sus manos o hacer movimientos imitando las formas proyectadas. Intenta que no haya obstáculos en el aula o salón que puedan provocar caídas o rasguños en los niños al desplazarse a tientas por el espacio.
Proporciona una variedad de alimentos con diferentes sabores, texturas y colores. Los niños pueden probar y describir las características de cada alimento, estimulando su sentido del gusto. Puedes incluir sabores variados y muy marcados de todas las categorías. Algunos sabores bastante estimulantes son el de la cebolla, las mieles, la cúrcuma, la pimienta, las algas o la canela.
Al trabajar la estimulación sensorial en la escuela, los profesionales de la educación y la atención temprana pueden identificar señales de alerta tempranas relacionadas con el procesamiento sensorial atípico. Estas señales pueden indicar la presencia de trastornos del desarrollo, como el trastorno del espectro autista, el trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) u otros trastornos sensoriales.
El diagnóstico precoz de estos trastornos del desarrollo es crucial para proporcionar intervenciones y apoyos adecuados a los niños, lo que puede mejorar su calidad de vida y sus resultados académicos a largo plazo. En definitiva, la estimulación sensorial en la escuela, en colaboración con profesionales de la salud y la atención temprana, puede ayudar en la identificación temprana de posibles trastornos y facilitar el acceso a evaluaciones y tratamientos especializados.
Los alumnos con problemas del procesamiento sensorial poseen inconvenientes para manejar la integración sensorial. En el colegio se enfrentan a sonidos, olores, texturas y otras sensaciones que obstaculizan su aprendizaje.
¿Qué adaptaciones en el aula tienen la posibilidad de contribuir a los niños con problemas del procesamiento sensorial? Estas son varias técnicas que los profesores tienen la posibilidad de poner en marcha.
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