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Antes de tocar el tema de las competencias personales y profesionales, queremos explicarte qué son las competencias en general. Éstas son los conocimientos, habilidades y capacidades que posee una persona para cumplir de manera eficaz la tarea que le fue asignada.
Las competencias definen a una persona como profesional y son las características que determinan las capacidades con las que cuenta a la hora de salir al campo laboral y demostrar sus habilidades y de lo que está hecho.
Las competencias no solo se limitan al campo laboral, estas además ayudan a definir los valores y qué tan bueno se puede ser el manejo que se tiene para la solución de problemas; las competencias personales y profesionales se diferencian pero a la vez se complementan y son partes importantes de nuestra vida. El aprendizaje y la formación de una persona, bien sea mediante experiencias o por medio de los estudios y preparación a nivel profesional son claves con las que se podrá ejercer un trabajo determinado en el que son requeridas tales competencias.
Las competencias personales y profesionales no son las únicas que existen. Dependiendo del área de trabajo donde sean requeridas, las competencias se diferencian, por lo que existen varios tipos de competencias. Estos tipos son:
Dentro de este tipo de competencias existe una subdivisión que encierra varias categorías más específicas. Éstas son:
El tema de las competencias profesionales es tan importante que se considera “talento humano” al trabajador capaz de aportar ventajas competitivas a la empresa donde labora, con base en sus conocimientos, capacidades y competencias para realizar determinadas tareas o desempeñar ciertas funciones. Estas cualidades se convierten en competencias laborales, ejemplos de éstas son: el dominio de varios idiomas por parte de un gerente de ventas, lo cual facilita negociar con clientes extranjeros o la capacidad de los empleados para trabajar en equipo.
Es sabido que la globalización como contexto para el desarrollo empresarial obliga a estas organizaciones a contratar trabajadores competentes, quienes garanticen la satisfacción de sus objetivos y las metas de crecimiento, así como la consolidación de sus planes de negocios. Debido a esto, el alto valor de un trabajador se fundamenta en sus competencias personales y profesionales. Por eso, es relevante fomentar en el desarrollo de las capacidades y habilidades para convertirlas en competencias laborales que agreguen valor a la empresa mediante la formación profesional.
De hecho, las empresas exitosas son aquellas que invierten en la capacitación de sus trabajadores con el objetivo de optimizar su desempeño mediante la gestión de sus competencias laborales técnicas indispensables, como: El manejo de maquinarias y equipos de avanzada, la operación de sistemas informáticos de vanguardia o la aplicación de estrategias que garanticen una mejor calidad de sus productos. Pero, también, de sus competencias personales y profesionales y sus habilidades blandas vinculadas con la gestión eficiente de su inteligencia emocional.
Si bien las habilidades y destrezas de las personas son naturales, las competencias personales y profesionales se desarrollan con base en una acción formativa. Ésta se ha convertido en uno de los retos para la Educación Universitaria, como se establece en la Declaración Mundial sobre la Educación Superior en el siglo XXI: Visión y Acción (1998) de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO por sus siglas en inglés).
En consecuencia, la educación universitaria ha desarrollado un modelo de formación basado en competencias, el cual tiene como propósito “generar individuos preparados para los retos del futuro con conocimientos y habilidades en diversos ámbitos y campos de estudio, por medio de un programa educativo flexible y a la medida de cada alumno”.
Con base en este objetivo las instituciones universitarias gestionan el proceso educativo en el “conocer” y el “saber hacer”, así como en los programas de formación continua que satisfacen la premisa del aprendizaje para toda la vida, basada en el desarrollo de competencias personales y profesionales. Entre las características de la educación basada en competencias destacan las siguientes:
No obstante, este modelo educativo, es gestionado, también por todas las organizaciones educativas, desde la educación inicial, a través del desarrollo de estrategias que fomentan el “aprender haciendo”.
Entre las organizaciones que han asumido el modelo de educación basado en competencias, destaca Euroinnova, la Escuela de negocios para la Formación online, la cual pone a tu disposición más de 19 mil experiencias de formación homologadas. Estas han sido diseñadas para fomentar el desarrollo de competencias personales y profesionales, así como habilidades laborales. Entre las mismas se ubican:
Visita el portal institucional de Euroinnova, la Escuela de Negocios para la Formación online e infórmate sobre los detalles de estas experiencias, entre otras diseñadas para contribuir al mejoramiento profesional de quienes están comprometidos con su formación continua.
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