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¿Has escuchado hablar en algún momento de las ciencias positivas?, son las que se ajustan tanto al positivismo, como lo indica la palabra, y de igual forma al progreso, encontrándose entre ellas las matemáticas, al igual que la física, la química, también la botánica y todas las ciencias que son catalogadas y que forman parte de las ciencias naturales, las cuales llegaron a ser las dominantes tanto en el siglo XVIII como en el siglo XIX.
Si nos remontamos a la historia, tenemos que mencionar que el término positivismo se usó por vez primera por el filósofo y matemático francés en el siglo XIX Auguste Comte, surgiendo como una forma de legitimar lo que es el estudio científico naturalista del ser humano, a nivel individual pero también colectivo. Se afirma que la necesidad de estudiar al ser humano científicamente surgió con la Revolución Francesa, pues fue a partir de allí que se comenzó a ver a la sociedad y al hombre como objetos para el estudio científico.
La historia humana se presenta en tres etapas o fases bien diferenciadas:
El positivismo es una corriente o una escuela filosófica que afirma en forma enfática y rotunda que el único conocimiento que es auténtico es el conocimiento científico, el cual surge en forma exclusiva de la afirmación positiva de teorías basadas en el método científico.
Esta corriente filosófica fue creada por Augusto Comte, quien a su vez fue el secretario y discípulo de Saint-Simon, este último mostró interés en la elaboración de programas para una reorganización de la sociedad de su época. Comte, no tenía como primera intención el fundar una nueva filosofía, más bien su objetivo era conseguir una reforma de la sociedad, por lo que señaló que para que se llevara a cabo dicha reforma, primeramente debía reformarse el saber, al igual que el método científico. Para Comte, la sociedad debe estar definida por su grado de desarrollo intelectual, centrándose para ello en tres aspectos básicos que son la filosofía de la historia, el positivismo y la sociología.
Las ciencias positivas producen saberes que responden a diversas necesidades del ser humano, entre ellas a la "necesidad de conocer". El ser humano necesita comprender el qué, por qué y cómo de la naturaleza, el qué, por qué, cómo y para qué de la sociedad, del mundo y del cosmos, entender el qué, por qué, cómo y para qué de sí mismo, su corporalidad y subjetividad, su angustia y búsqueda de felicidad, su existencia y sentido de vida, modos de ser, obrar y vivir en la comunidad, la presencia de la injusticia y pobreza en el mundo.
En este particular, las ciencias positivas producen conocimientos que responden a la "necesidad de ordenar la realidad". El sujeto humano al conocer los desequilibrios de los fenómenos naturales, de los procesos sociales y personales, así como las consecuencias de estos desequilibrios en el propio ser humano y en la comunidad en la que vive, necesita cambiar la situación, necesita ordenar la realidad con una forma y un sentido diferente a través de las ciencias positivas.
Saint-Simon puede considerarse el primer antecedente de la sociología posterior a la Revolución Francesa. Saint-Simon propuso la construcción de un “nuevo sistema intelectual”, un pensamiento científico caracterizado por su convicción creadora, positiva y con un interés reorganizador de la sociedad. Él fundó una nueva versión de las ciencias positivas que denominó "física social", “fisiología social” y "ciencia de la sociedad", la cual estudia las leyes que gobiernan las sociedades con el objetivo de “hacer entrar en la categoría de las ideas de la física los fenómenos del orden llamado moral”.Saint-Simon defendió que éstas ciencias positivas tienen el mismo estatus que el resto de las ciencias naturales.
En cuanto al positivismo, todavía embrionario en aquella época, atraía a quienes respetaban el método científico y buscaban una manera de promover el cambio social dentro del orden. Esto evitaría conflictos y la movilización de aliados incontrolables, reduciendo al mismo tiempo el contragolpe restauracionista. En este particular, se puede entonces concluir que podemos considerar a la sociología como una de las ciencias positivas porque; es empírica, porque su metodología se basa en la acumulación de conocimientos sobre fenómenos concretos de la ciencia, cuantificables y comprobables.
La modernidad ha sido una etapa histórica que junto al positivismo ha establecido una visión del mundo caracterizada por un papel protagonista de la razón a todos los niveles de la persona, tomando en cuenta las ciencias positivas como fuente de respuestas a todas las preguntas del ser humano y la presencia de la técnica y de la tecnología como herramienta de ayuda destinada a mejorar las condiciones de las personas.
Si queremos que el curso que tenga el comienzo de cada año sea altamente positivo, tener una actitud positiva no solo nos ayudará a afrontarlo con más energía, sino que también ejercitará nuestras neuronas. Además, una mentalidad positiva tiene buenos efectos en nuestra salud: ayuda a manejar mejor el estrés o la ansiedad, previene ciertas enfermedades y prolonga la vida. También mejora nuestro desempeño, tanto profesional como académico.
Últimamente hay una variedad de temas resultantes del enfoque de las ciencias positivas que han captado el interés de personas que trabajan por ayudar a los demás en su crecimiento personal. Con respeto al tema un grupo de profesionales se dio a la tarea de escribir un libro en el que, partiendo de sus experiencias, los autores presentan su modelo de Coaching Emergente FLOW, apoyado sustancialmente en la psicología positiva,
El libro se estructura en cuatro fases que podemos describir como: conocerse a sí mismo, tener un enfoque positivo de las cosas, concretar los objetivos y medir su cumplimiento, y por último, buscar la mejora del bienestar, desarrollo de actitudes positivas, la felicidad en el trabajo y en la vida.
Las ciencias positivas forman parte de una teoría bastante interesante y precisa que vale la pena estudiar a fondo. Si eres de los que les gusta la sociología y la filosofía, y quieres realizar cursos, máster o especializaciones, podrás hacerlo junto a Euroinnova, la Escuela de Negocios que piensa en ti y te ofrece, bajo la modalidad online, una larga lista de cursos para tu aprendizaje.
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