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El cerebro de los seres humanos supone el 3 por ciento del peso de nuestro cuerpo, es decir, pesa aproximadamente, unas tres libras. Sin embargo, este órgano emplea el 20 por ciento de nuestra energía, ya que en él se almacena toda la información que vamos recogiendo a lo largo de nuestra vida, pero, además, es en nuestro cerebro donde se desarrolla el proceso cognitivo.
En conclusión, es este es uno de los órganos más importante, ya que en él no solo se sistematizan los pensamientos y recuerdos, también las principales funciones de nuestro cuerpo. Por consiguiente, nos preguntamos ¿Qué se entiende por capacidad cerebral? Veámoslo en este artículo.
Es un órgano muy complejo que comprende gran parte del encéfalo. El mismo, está ubicado dentro del cráneo y forma parte del sistema nervioso central. El cerebro humano está en la parte anterior y superior de la cavidad craneal y flota en un líquido transparente denominado líquido cefalorraquídeo que cumple la función de protección tanto física como inmunológica.
Además, algunas de la funciones que cumple este órgano están relacionadas tanto a la mente como al cuerpo, en otras palabras, a la capacidad cerebral, y van desde la respiración, el hecho de comer y dormir, la capacidad de razonar, pensar, comunicarse, entre otras.
Es la parte que es más fácil ver ya que se encuentra en la corteza del cerebro y está conformado por:
Está ubicado debajo del telencéfalo en lo más profundo del Sistema Nervioso Central y está conformado por:
Pese a que no hay un concepto que pueda definirnos de forma concreta lo que es la también denominada aptitud mental, podemos analizarla y describir algunas de sus características más estudiadas y notorias en la Neurociencia. En otras palabras, si un grupo de personas tiene determinados conocimientos los heredará a sus descendientes. No obstante, estos saberes quizás para el tiempo de su existencia, no sirvan a estas nuevas generaciones, por lo que deberán recurrir al aprendizaje de nuevas formas de resolución de problemas o de obtener conocimientos que sirvan a sus propósitos actuales.
En ese sentido, la capacidad cerebral implica que, debido a la plasticidad del cerebro, el aprendizaje de nuevas habilidades esté asociado indiscutiblemente con el dominio de la habilidad. Sin embargo, hay personas que pese a poseer una inteligencia y haber tenido el tiempo propicio para la instrucción o enseñanza de una habilidad, no pueden ejecutarla con total desenvolvimiento.
De allí que tengamos algunos ejemplos como el de una persona disléxica, es decir, que tiene dificultades para leer. Aunque esta persona dedique tiempo suficiente para aprender, no lo podrá lograr a menos que haga uso de las herramientas que le ofrece su entorno, compensando de esta manera, la incapacidad de su cerebro para dominar una habilidad determinada.
Desde la infancia es necesario adoptar condiciones de vida que beneficien nuestra salud mental, para que al llegar a la edad adulta, nuestro cerebro pueda seguir desarrollándose y permitiendo la capacidad para adquirir nuevos conocimientos.
Para aumentar la capacidad cerebral es recomendamos realizar los siguientes ejercicios:
Las primeras experiencias de los niños, contribuyen a desarrollar la estructura de su cerebro y su capacidad cerebral. La calidad, cantidad y consistencia de la estimulación determinarán, en gran medida, el número de sinapsis que se forman en la corteza cerebral y el desarrollo cognitivo y emocional. Sobre este tema, la autora Pam Schiller presenta su obra “La capacidad cerebral en la primera infancia. Cómo lograr un desarrollo óptimo”. Así, presenta los hallazgos clave, los pilares fundamentales y los principios básicos que todo aprendizaje ha de tener en cualquier contexto.
El libro esta destinado a familias, docentes, futuros profesionales de la educación y del ocio, porque en cada capítulo integra datos e informaciones justificados por numerosas investigaciones, y una infinidad de propuestas de actividades prácticas y fáciles para bebés, preescolares y niños en edad escolar, así como también para diferentes agrupamientos para que aprendan bien y mejor.
En esta obra, los lectores pueden encontrar una cantidad copiosa de datos, investigaciones, autores, actividades. En ella Pam Schiller deja la vía abierta para que cada lector seleccione verdades y , descarte otros y recuerde otros tantos. Presenta temas relacionados con la capacidad cerebral asociada al rendimiento en la primera infancia, señala la necesidad de una buena alimentación para fortalecer las conexiones neuronales “Alimentar bien el cerebro”.
La etapa preverbal de la primera infancia se extiende desde el nacimiento hasta el inicio del lenguaje. Durante los primeros tres meses el niño solamente produce llanto como forma de expresar desagrado. Antes del llanto hay muchas otras señales que no suelen ser atendidas. La estructura de frase se comienza a observar entre los 18 y los 36 meses. A partir de este momento el lenguaje del niño adquiere su máxima capacidad de desarrollo y en poco tiempo se convierte en la herramienta de comunicación más eficiente
Después del año de vida el niño comienza a producir sonidos de manera secuencial. En este período se inicia la verdadera etapa verbal. El comienzo de los aprendizajes articulatorios se asocia con la maduración de su capacidad cerebral. A partir de este momento el lenguaje del niño se desarrolla rápidamente y en poco tiempo se convierte en la herramienta de comunicación más eficiente. Es importante anotar que la representación emocional de los sonidos que aparecen tempranamente en el niño se asocia con la maduración de su capacidad cerebral.
La producción del lenguaje verbal se inicia de manera gradual, especialmente entre los dos y tres años de vida, a pesar de que desde el año ya se producen algunas palabras y existe algún nivel de comprensión verbal. Sin embargo, se estima que entre los dos y los tres años se adquiere cerca del 50% del lenguaje que se poseerá durante la adultez. Generalmente se observa un desarrollo paralelo entre el lenguaje y su capacidad cerebral.
A medida que se envejece, nuestro cerebro y el sistema nervioso pasan por cambios naturales. El cerebro y la médula espinal pierden peso y neuronas. Las neuronas pueden comenzar a transmitir mensajes más lentamente que en el pasado. Los productos de desecho u otros productos químicos como beta amiloide se pueden acumular en el tejido cerebral, a medida que las neuronas se descomponen y se va perdiendo la capacidad cerebral.
La descomposición de los nervios puede afectar los sentidos. Se podría presentar reducción o pérdida de los reflejos o la sensibilidad. Esto lleva a problemas con el movimiento y la seguridad. La reducción en el pensamiento, la memoria y la capacidad cerebral es una parte normal del envejecimiento. Estos cambios no son iguales en todas las personas. Algunos adultos presentan muchos cambios en los nervios y en el tejido cerebral. Otras tienen pocos cambios, estos cambios no siempre están relacionados con efectos en su capacidad para pensar.
Estudios realizados por neurocientíficos señalan que la demencia y la pérdida importante de la memoria no son una parte normal del envejecimiento en el adulto mayor. Pueden ser causadas por deterioro de la capacidad cerebral, como el mal de Alzheimer, el cual en la neurociencia se piensa que está asociado con placas y ovillos neurofibrilares que se forman en el cerebro.
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