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El ictus, también denominado accidente cerebrovascular, es una de las principales causas de mortalidad y discapacidad en el mundo. Se trata de una emergencia médica que ocurre cuando se interrumpe el flujo sanguíneo a una parte del cerebro, lo que provoca la muerte de las células cerebrales.
Aunque es una condición grave, la buena noticia es que muchos de los factores de riesgo son modificables y, por lo tanto, prevenir un ictus es posible. Si deseas conocer cómo reducir tu riesgo de sufrir un ictus, ¡te invitamos a seguir leyendo!
Un ictus, también conocido como accidente cerebrovascular, es una condición médica grave que ocurre cuando el flujo de sangre a una parte del cerebro se interrumpe o se reduce significativamente. Esto impide que el tejido cerebral reciba oxígeno y nutrientes, lo que provoca la muerte de las células cerebrales en cuestión de minutos. Un ictus es una emergencia médica que requiere atención inmediata para minimizar el daño cerebral y mejorar las posibilidades de recuperación.
Existen dos tipos principales de ictus: el ictus isquémico y el ictus hemorrágico.
Los factores de riesgo pueden dividirse en dos categorías: no modificables y modificables. Los factores de riesgo no modificables incluyen la edad, el sexo y antecedentes familiares. Sin embargo, los factores de riesgo modificables son aquellos que podemos cambiar o controlar para reducir la probabilidad de sufrir un ictus.
La presión arterial alta es uno de los principales factores de riesgo de ictus. Mantener la presión arterial bajo control es crucial para prevenir un ictus. Aquí, tres consejos:
La intolerancia a la glucosa y la diabetes aumentan significativamente el riesgo de ictus. Es vital mantener los niveles de azúcar en sangre bajo control mediante una dieta adecuada, ejercicio y, si es necesario, medicamentos.
El colesterol alto puede llevar a la estenosis carotídea, una condición en la que las arterias que suministran sangre al cerebro se estrechan o bloquean. Para reducir los niveles de colesterol:
El tabaco y el consumo excesivo de alcohol son factores de riesgo establecidos para el ictus. Dejar de fumar y limitar la ingesta de alcohol puede reducir significativamente el riesgo.
La fibrilación auricular es una arritmia que puede provocar la formación de coágulos en el corazón, aumentando el riesgo de ictus. Es importante seguir el tratamiento recomendado por el médico, que puede incluir medicamentos para controlar el ritmo cardíaco y anticoagulantes para prevenir la formación de coágulos.
Reconocer los síntomas de un ictus y buscar atención médica inmediata puede salvar vidas y reducir los daños cerebrales. Los síntomas comunes incluyen:
Si alguien muestra síntomas de ictus, es crucial actuar rápidamente, llamando a emergencias para buscar atención médica de inmediato. El tratamiento temprano puede minimizar los daños cerebrales y mejorar las posibilidades de recuperación.
La prevención del ictus es posible mediante la adopción de un estilo de vida saludable y el control de los factores de riesgo modificables. Mantener una dieta equilibrada, hacer ejercicio regularmente, controlar la presión arterial y el colesterol, y evitar el tabaco y el alcohol son pasos esenciales para reducir el riesgo de sufrir un ictus.
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