Autoestima en la adolescencia: cómo trabajarla y mejorarla
La adolescencia es una etapa crucial en el desarrollo humano, caracterizada por cambios físicos, emocionales y sociales. Durante este periodo, la autoestima, entendida como la valoración que una persona tiene de sí misma, adquiere una importancia significativa en la formación de la identidad.
La autoestima influye en cómo los adolescentes perciben su valía personal, en su capacidad para enfrentar desafíos y en sus interacciones con los demás. En esta fase, los jóvenes están construyendo su autoconcepto, que se basa en sus experiencias, relaciones y logros. Por tanto, la autoestima se convierte en un pilar esencial para su bienestar emocional y su ajuste psicológico.
¿Quieres conocer más sobre la autoestima adolescente? No te muevas que, en este post, hablaremos sobre los factores que intervienen en la autoestima de la población adolescente, además de cómo poder trabajarla y potenciarla.
Factores influyentes en la autoestima
Son muchos los factores que influyen en la autoestima de los adolescentes, afectando tanto su desarrollo como su estabilidad emocional. Entre los más destacados se encuentran:
Relaciones familiares: La calidad de las interacciones con los padres y otros miembros de la familia tiene un impacto profundo en la autoestima. Un ambiente familiar de apoyo, donde se fomenta la comunicación y la aceptación, ayuda a los adolescentes a construir una autoestima positiva.
Grupos de pares: Las relaciones con amigos y compañeros juegan un papel importante en la valoración que los adolescentes hacen de sí mismos. La aceptación social y el sentido de pertenencia pueden reforzar la autoestima, mientras que la exclusión o el acoso pueden dañarla gravemente.
Éxito académico y habilidades personales: Logros en el ámbito escolar y la percepción de competencia en diversas habilidades (como deportes o creatividad) contribuyen positivamente a la autoestima. Los fracasos académicos o la sensación de no ser competente pueden, por el contrario, disminuirla.
Cambios físicos y autopercepción corporal: La adolescencia trae consigo cambios hormonales y físicos. La imagen corporal es un factor clave en la autoestima durante esta etapa. La comparación con modelos sociales idealizados o la presión por cumplir con ciertos estándares de belleza pueden afectar negativamente la autoimagen.
Redes sociales y tecnología: En la era digital, las redes sociales se han convertido en un factor influyente en la autoestima adolescente. La constante exposición a vidas idealizadas y la búsqueda de aprobación en forma de "likes" pueden generar inseguridades y una percepción distorsionada de la propia valía.
La autoestima varía; no es estática. Es por ello por lo que dependiendo de las circunstancias específicas que experimenta la persona afecta de una forma u otra. Al depender la autoestima, principalmente de los resultados que se producen en ciertas áreas específicas, la población adolescente suele estar más motivada por obtener éxito y no fallar. En definitiva, esto sucede por la búsqueda de experimentar de forma intensa las emociones positivas, evitando las emociones dolorosas y baja autoestima que resultan del fracaso.
La relación entre autoestima y emociones
Un estudio realizado por Schoeps et al., (2019), cuya finalidad era analizar la relación entre competencias emocionales, autoestima y ajuste psicológico en adolescentes demostró que la autoestima y la capacidad de percibir, comprender y regular emociones ayudan a reducir síntomas emocionales y conductas disfuncionales, independientemente de las variables demográficas.
Principalmente, en él estudió se observó que:
No hay diferencias significativas entre hombres y mujeres en competencias emocionales, excepto en la percepción y comprensión de emociones, donde las mujeres sobresalen. Ellas también presentan más síntomas emocionales (preocupación, miedo), mientras que los hombres muestran más problemas de conducta (comportamiento agresivo).
No se encontraron diferencias en competencias emocionales entre preadolescentes (12-13 años) y adolescentes (14-15 años). Las competencias emocionales se relacionan positivamente con la autoestima y negativamente con problemas emocionales y conductuales. Los adolescentes con mejores competencias emocionales tienen una mayor autoestima y mejor ajuste psicológico.
La autoestima es un mejor predictor de los problemas emocionales y conductuales que las competencias emocionales, lo que sugiere que los adolescentes con alta autoestima gestionan mejor el estrés y los cambios.
¿Cómo potenciar y mejorar la autoestima?
Conseguir potenciar y mejorar la autoestima en la población adolescente es fundamental para que puedan tener un desarrollo integral. La autoestima, entendida como factor protector, actúa en problemas emocionales como ansiedad y/o depresión, además de en comportamientos que pueden llegar a ser disfuncionales como la baja motivación o la agresividad.
Es por ello por lo que, como se ha demostrado en la investigación comentada, la población adolescente con una autoestima sana y/o saludable, son más capaces de afrontar los desafíos que se le presenten. Por ende, tienen una mayor resiliencia ante los fracasos y son más propensos a desarrollar relaciones interpersonales sanas.
A todo esto, se le puede sumar que una autoestima alta está asociada a una mayor autoconfianza y a la predisposición positiva de asumir retos profesionales y personales.
¿Cómo trabajar la autoestima para mejorarla?
Y os preguntaréis, todo esto está genial, pero ¿cómo podemos trabajar la autoestima de nuestros/as adolescente para mejorarla? Pues bien, para poder mejorar la autoestima en población adolescente, lo primero que se debe de hacer es aprender y usar estrategias y ejercicios que les ayuden a reconocerse, aceptarse y valorarse. Veamos algunos ejemplos.
Diario de logros personales. En él, se les anima a llevar un registro diario de pequeños logros o actividades que les hagan sentir orgullosos. Cuando se consiga que esto, se convierta en hábito, les ayudará a centrarse en sus fortalezas y avances, en vez de en sus fallos.
Otro ejercicio útil que se podría aplicar es la visualización positiva, donde se guía a los/as adolescentes a imaginarse afrontando desafíos con éxito, lo que fomenta una mentalidad de superación y aumenta su confianza. Si a esto le sumamos las afirmaciones positivas, tenemos un buen tándem. Estas consisten en que las personas escriban y repitan frases que refuercen una imagen positiva de sí mismas, lo que resulta efectivo para reestructurar pensamientos negativos.
¡Lograr una autoestima sana!
Todo lo expuesto hasta ahora nos lleva a la misma conclusión. Mejorar y conseguir que la población general, y en concreto la adolescente, posea una autoestima sana. Desarrollar y mantener una autoestima sana requiere un proceso continuo de autoevaluación y autoconocimiento.
Mantén relaciones saludables, acepta que nadie es perfecto, busca ayuda, apóyate en redes de apoyo y, por último, pero no menos importante, trabaja el autoconocimiento y el autocuidado.
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