María Del Mar Díez Simón

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DOCENTE DE LA FACULTAD DE PSICOLOGÍA


Foto de María Del Mar Díez Simón

Arquitecta Técnica en ejecución de obras por la Universidad de Granada. Máster en Arquitectura Virtual, Interiorismo y Diseño de Producto. Empecé ejerciendo como Arquitecta Técnica en varias administraciones públicas, trabajando en las áreas de Urbanismo, redactando proyectos de obras municipales; y de Mantenimiento de Edificios, realizando planimetrías y proyectos de reforma de edificios municipales.


Posteriormente, mis inquietudes me hicieron volcarme en el diseño y el interiorismo, tanto a nivel formativo como laboral, siendo asesora de proyectos de decoración. He ejercido también como Arquitecta Técnica en ingeniería.  

 

Icono de información Formación

  • Licenciada en Psicología. Habilitación sanitaria.
  • Máster Profesorado Educación Secundaria Obligatoria y Bachillerato, Formación Profesional y Enseñanza de Idiomas. Especialidad: Orientación Educativa
  • Experta en Psicología Jurídica y Forense por la Universidad de Sevilla
  • Formador Ocupacional y Dinamización de cursos Elearning

Icono de información Experiencia

  • Docente en la facultad de psicología en Educa Edtech Group
  • Psicóloga en entidades sociales y proyectos de participación ciudadana
  • Docente de bienestar emocional y neuropsicología en centros sociales
  • Docente de promoción de la salud y convivencia en centros educativos y sociales
  • Miembro activo de la Sección de Psicología de la Intervención Social, Psicología Jurídica y Comisión de Igualdad de Género del Colegio Oficial de Psicología de Andalucía Oriental.

Artículos publicados

Conductismo: modelos, tipos y aplicaciones

Conductismo: modelos, tipos y aplicaciones

El conductismo es una corriente psicológica que estudia la conducta observable (y en las últimas décadas también la no observable) como objeto principal de investigación científica. Surge a principios del siglo XX, con John B. Watson, quien propuso abandonar el estudio de los procesos mentales internos, considerados inaccesibles y subjetivos, en favor de una psicología basada en hechos verificables. A través de principios como el condicionamiento clásico (Pavlov) y operante (Skinner), el conductismo busca explicar cómo los estímulos del entorno influyen en el comportamiento, enfatizando el aprendizaje y la relación causa-efecto. Modelos teóricos del conductismo Entre los MODELOS TEÓRICOS PRINCIPALES encontramos el Conductismo Clásico (John B. Watson): Este enfoque inicial se centra en la relación estímulo-respuesta (E-R). Watson proponía que todo comportamiento es producto del aprendizaje a través de asociaciones, descartando factores internos o genéticos como determinantes del comportamiento humano. Thorndike, precursor del conductismo, introdujo la Ley del Efecto, que postula que las respuestas seguidas de consecuencias satisfactorias tienen mayor probabilidad de repetirse, mientras que aquellas asociadas a consecuencias desagradables tienden a disminuir. Este principio estableció las bases para el condicionamiento operante desarrollado posteriormente por B.F. Skinner. Debemos atender de manera especial el Conductismo de Skinner expandió el conductismo al introducir el concepto de análisis funcional de la conducta. Este modelo incluye el papel de las consecuencias en el aprendizaje, postulando que los refuerzos (positivos o negativos) aumentan la probabilidad de que una conducta se repita, mientras que los castigos la reducen. Además, reconoció la importancia del entorno, no solo como estímulo, sino como modulador continuo de las respuestas. Este enfoque rechaza las explicaciones dualistas o mentalistas, centrándose en la relación entre el organismo y su entorno. En términos generales, sostiene que el comportamiento está determinado por el aprendizaje, entendido como cambios relativamente permanentes en la conducta debido a la experiencia. Tipos de conductismo Por todo esto, se desarrollan diferentes TIPOS DE CONDUCTISMO: El primero, el Conductismo Metodológico, basado en los principios de Watson, considera la conducta observable como el único objeto de estudio válido. Se limita a estudiar relaciones E-R sin especular sobre procesos mentales internos. Seguimos con el Neoconductismo, desarrollado por autores como Clark Hull, introdujo variables mediadoras (organísmicas) entre el estímulo y la respuesta. Estas variables, aunque no observables directamente, eran operativas y cuantificables, como motivación o fatiga. El interconductismo, desarrollado por Jacob R. Kantor, es una corriente psicológica que concibe la conducta como una interacción continua y dinámica entre el organismo y su entorno, enmarcada en un campo psicológico que incluye el contexto físico, social y cultural. Este enfoque, permite comprender la conducta como un fenómeno integral, influido por factores históricos y situacionales, al centrarse en la interacción organismo-ambiente. En continua expansión, identificamos el Conductismo Radical que propone que no solo las conductas externas, sino también los eventos privados (como pensamientos y emociones), son objeto de análisis, siempre y cuando puedan relacionarse con estímulos y consecuencias observables. Aplicaciones del conductismo a la vida diaria El conductismo, más allá de la simple respuesta-recompensa-castigo, tiene múltiples APLICACIONES EN LA VIDA DIARIA. Por ejemplo, en el ámbito educativo, los principios conductuales son necesarios para diseñar programas de refuerzo positivo que motiven al alumnado, como premiar la participación en clase o establecer sistemas de puntos para fomentar hábitos de estudio. Por supuesto en el marco de la salud mental, las terapias conductistas ganan terreno como las terapias con mayor evidencia científica, ya que ayudan a las personas a identificar patrones desadaptativos de comportamiento y sustituirlos por alternativas más saludables, especialmente en trastornos de ansiedad o depresión. En la gestión de recursos humanos, los principios del condicionamiento operante son utilizados para diseñar sistemas de incentivos que mejoren la productividad y el bienestar de los empleados. Por último, las aplicaciones móviles, redes sociales y videojuegos emplean el refuerzo variable para fomentar el uso continuo, aprovechando principios conductuales como el reforzamiento intermitente. Quizá te interesa leer sobre... Historia de la filosofía Estos son los mejores cursos de filosofía Titulaciones que te pueden interesar ...

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Estas son las mejores técnicas de comunicación asertiva

Estas son las mejores técnicas de comunicación asertiva

La comunicación asertiva se define como la capacidad de comunicarse de forma eficaz, logrando expresar opiniones o establecer límites sin recurrir a la agresión ni ceder de manera pasiva. Salter fue uno de los pioneros en el desarrollo de técnicas de asertividad en los años 50, mientras que Wolpe utilizó estas estrategias para tratar la ansiedad en su modelo de desensibilización sistemática. Más tarde, Ellis, en el marco de la Terapia Racional Emotiva Conductual (TREC), destacó la importancia de la asertividad para modificar creencias irracionales y mejorar la autoestima. La comunicación asertiva no solo se centra en lo que se dice, sino en cómo se dice, incorporando elementos como la entonación, el lenguaje no verbal y la empatía para construir relaciones efectivas y respetuosas. Esta habilidad es necesaria en la negociación y gestión de conflictos, particularmente en entornos laborales y familiares. Modelos teóricos de la comunicación asertiva El modelo de estilos comunicativos identifica tres tipos principales de comportamiento en la interacción: Pasivo: Evita expresar necesidades propias, lo que puede generar frustración y resentimiento. Agresivo: Prioriza los propios deseos a expensas de los demás, causando conflictos y daño relacional. Asertivo: Encuentra un equilibrio, permitiendo una comunicación clara, respetuosa y constructiva. La Teoría de los Derechos Asertivos, desarrollada por Manuel Smith, enfatiza que todas las personas tienen derechos asertivos fundamentales, como el derecho a expresar opiniones, cometer errores o decir "no" sin culpa. Este enfoque es clave en intervenciones para personas que luchan con baja autoestima o ansiedad social. En el contexto de la Terapia Racional Emotiva Conductual TREC, Albert Ellis argumentó que la falta de asertividad está relacionada con creencias irracionales, como "debo complacer a todos". Modificar estas creencias ayuda a fortalecer la comunicación asertiva y la autoestima. El trabajo de Joseph Wolpe, introdujo el entrenamiento en habilidades asertivas como una forma de tratar la ansiedad social. Este enfoque se centra en reducir la ansiedad asociada con la expresión de emociones y opiniones y en practicar respuestas asertivas en situaciones controladas. Autores como Martin Seligman han señalado que habilidades como la comunicación asertiva fortalecen la resiliencia y el bienestar emocional. La psicología positiva refuerza la importancia de establecer límites y expresar emociones para mantener relaciones equilibradas. Técnicas de Comunicación Asertiva Disco Rayado: Consiste en repetir un mensaje clave de manera calmada y consistente frente a la resistencia del interlocutor. Es útil para establecer límites claros. Mensajes en Primera Persona: Esta técnica se enfoca en expresar emociones y necesidades sin culpar al otro. Por ejemplo, en lugar de decir "Tú nunca me escuchas", se utiliza "Me siento ignorado cuando no prestas atención". Banco de Niebla: Se usa para responder a críticas reconociendo parcialmente la verdad sin ceder completamente. Por ejemplo, "Entiendo que pienses eso, pero tengo una perspectiva diferente" Técnica de Ignorar: En situaciones de provocación, la asertividad también implica elegir, no responder directamente para evitar escaladas innecesarias. Técnica de Sándwich: Se utiliza para dar retroalimentación negativa combinándola con aspectos positivos. Esto ayuda a que el mensaje sea mejor recibido. Comienza con algo positivo: "Tu trabajo en este proyecto ha sido muy valioso". Introduce la crítica: "Creo que podrías mejorar el seguimiento de los plazos". Finaliza con otro aspecto positivo: "Aprecio mucho tu dedicación al equipo". Aserción Positiva: Implica reconocer y expresar elogios sinceros hacia los demás como una forma de reforzar comportamientos deseables o fortalecer relaciones. Técnica de Preguntar: Cuando alguien hace una crítica ambigua o injusta, pedir aclaraciones ayuda a desactivar emociones y a obtener información más concreta. Ejemplo: Persona A: "Esto es un desastre". Persona B: "¿Qué parte en específico crees que necesita más atención?" Técnica del aplazamiento Si la situación es demasiado emocional, se puede posponer la conversación para evitar respuestas impulsivas. Ejemplo: "Creo que ambos estamos tensos ahora. ¿Te parece que retomemos esto mañana con más calma?" Quizá te interesa leer sobre... ¿Qué son las habilidades de comunicación? Todo sobre la comunicación comercial Titulaciones que te pueden interesar ...

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La relación de ayuda: un pilar fundamental para el bienestar

La relación de ayuda: un pilar fundamental para el bienestar

En el ámbito de la psicología y otras disciplinas que trabajan con personas, la relación de ayuda constituye una de las herramientas fundamentales para lograr cambios positivos y significativos en quienes buscan apoyo. A lo largo de este post, exploraremos qué es la relación de ayuda, sus objetivos, las fases que la componen y su importancia como vehículo de transformación. Concepto de relación de ayuda La relación de ayuda puede definirse como un vínculo profesional, estructurado y empático, que se establece entre un profesional capacitado y una persona que busca apoyo para afrontar una situación problemática o mejorar su bienestar. Esta relación se fundamenta en la confianza, la empatía, la autenticidad y el respeto mutuo, con el objetivo de crear un entorno seguro que permita al individuo explorar y superar sus dificultades. Este concepto fue popularizado por Carl Rogers, fundador de la terapia centrada en la persona, quien destacó que la relación terapéutica es, en sí misma, un factor curativo. Según Rogers, tres condiciones son esenciales para una relación de ayuda efectiva: Empatía: Comprender profundamente las experiencias y emociones del otro. Aceptación incondicional: Valorar a la persona sin juicio ni condiciones previas. Autenticidad: Ser genuino y congruente en el vínculo profesional. La relación de ayuda no se limita a contextos terapéuticos; también se aplica en áreas como la educación, el trabajo social y la gestión de recursos humanos. Objetivos de la relación de ayuda El propósito principal de la relación de ayuda es facilitar el desarrollo personal y el bienestar emocional del individuo. Sin embargo, dentro de este propósito general, pueden distinguirse varios objetivos específicos: Proveer un espacio seguro y confidencial. La relación de ayuda busca ofrecer un entorno libre de juicios donde la persona pueda expresarse con total libertad, lo que fomenta la confianza y la apertura emocional. Acompañar en la resolución de problemas. Ya sea una crisis puntual o un problema crónico, el profesional actúa como guía, ayudando al individuo a identificar recursos internos y externos que faciliten la solución de sus dificultades. Promover el autoconocimiento. Un aspecto crucial de la relación de ayuda es ayudar al individuo a reflexionar sobre sus pensamientos, emociones y comportamientos, incrementando su capacidad de autocomprensión y autorregulación. Facilitar el aprendizaje de nuevas habilidades. La relación de ayuda puede ser un espacio para aprender habilidades prácticas, como la gestión del estrés, la comunicación asertiva o la regulación emocional. Fomentar la autonomía. Aunque el profesional ofrece apoyo, el objetivo final es empoderar al individuo para que pueda enfrentar desafíos futuros de manera independiente. Fases de la relación de ayuda La relación de ayuda se desarrolla a lo largo de varias etapas que permiten que el vínculo crezca de manera progresiva y efectiva: Establecimiento del vínculo En esta etapa se construyen las bases de la relación. El profesional y el cliente se conocen, establecen confianza y definen los objetivos del trabajo conjunto. Es crucial crear un ambiente de empatía y respeto desde el primer contacto. Fase de exploración y comprensión En esta fase, el cliente comienza a explorar sus dificultades y emociones con mayor profundidad. El profesional utiliza técnicas como la escucha activa y las preguntas reflexivas para ayudar al cliente a ganar claridad sobre su situación y sus necesidades. Fase de intervención Aquí se ponen en práctica estrategias y técnicas para abordar los problemas identificados. Dependiendo del enfoque del profesional, estas pueden incluir terapia cognitivo-conductual, técnicas de relajación o intervención basada en la solución de problemas. Fase de cierre Una vez alcanzados los objetivos, se concluye la relación de ayuda. Es fundamental que el cierre sea planificado y que se refuercen los logros alcanzados, asegurando que el cliente se sienta preparado para continuar su camino de manera autónoma. Importancia de la relación de ayuda La relación de ayuda no es solo un medio para resolver problemas, sino un fin en sí misma, ya que la calidad de este vínculo influye directamente en los resultados: Potencia la eficacia de las intervenciones. Estudios en psicología han demostrado que el vínculo entre el profesional y el cliente es uno de los predictores más importantes del éxito terapéutico, incluso más que las técnicas utilizadas. Proporciona un modelo de relación saludable. Para muchas personas, la relación de ayuda puede ser la primera experiencia de un vínculo seguro y respetuoso, lo que les permite replicar este modelo en sus interacciones cotidianas. Favorece la motivación al cambio. Un vínculo positivo con el profesional fomenta la motivación del cliente para participar activamente en el proceso y realizar cambios significativos en su vida. Reduce el aislamiento emocional. La relación de ayuda proporciona un espacio de conexión y apoyo emocional, especialmente valioso para quienes se sienten solos o incomprendidos en su entorno habitual. Promueve la resiliencia. A través de la relación de ayuda, las personas desarrollan herramientas y recursos internos que les permiten afrontar futuras adversidades con mayor fortaleza y confianza. La relación de ayuda en la transformación de vidas La relación de ayuda no es simplemente una herramienta técnica, sino una interacción profundamente humana que tiene el potencial de transformar vidas. Desde su concepción hasta su aplicación práctica, este vínculo representa un acto de compromiso y cuidado que va más allá de la simple resolución de problemas. Como profesionales de la psicología, debemos recordar que nuestra presencia auténtica y empática puede ser el factor más poderoso en el camino hacia el bienestar de quienes nos buscan. Cultivar y valorar la relación de ayuda es, por tanto, un imperativo ético y profesional que beneficia tanto a quienes reciben ayuda como a quienes la brindan. Quizá te interesa leer sobre... ¿Cómo funciona el baremo de valoración de la dependencia? Tipos de dependencia en personas mayores Titulaciones que te pueden interesar ...

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