Jesús Morales Domínguez

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DOCENTE DE LA FACULTAD DE TURISMO


Foto de Jesús Morales Domínguez

Soy un apasionado del turismo y me gusta luchar por un turismo profesionalizado, es por ello por lo que considero la educación una pieza fundamental para que se pueda llegar a la total profesionalización del sector.


Además, me gusta estar siempre actualizado con las novedades del sector, la innovación y el desarrollo de nuevas formas de negocio más eficientes y sostenibles. 

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  • Licenciado en Ciencias del Trabajo esp. RRHH
  • Diplomado en Turismo
  • Máster en Profesorado de Enseñanza Secundaria Obligatoria y Bachillerato, Formación Profesional y Enseñanzas de Idiomas esp. Economía

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  • Recepcionista Manager de restaurante Financial manager
  • Docente

Artículos publicados

¿Qué es la cata de vinos? ¡Te lo contamos todo!

¿Qué es la cata de vinos? ¡Te lo contamos todo!

Podemos decir que una cata de vinos es degustar y evaluar las múltiples facetas sensoriales de un vino, desde su color y aroma hasta su sabor y textura. Durante el proceso de la cata de vinos, se comparan distintos vinos para apreciar y contrastar sus particularidades individuales. Cuando se realiza una cata de vinos, hay que tener siempre en cuenta que es una experiencia subjetiva y personal. Por lo tanto, cada catador percibirá y preferirá aspectos diferentes.  La práctica de la cata del vino se ha convertido en una práctica muy valorada por los aficionados a esta bebida. Además, también participan en ella los sommeliers y productores vinícolas u otros profesionales que trabajan en la industria.  ¿Cómo se evalúa una cata de vino?  Como hemos comentado anteriormente, la cata de vino es algo muy personal, ya que cada uno tiene sus propios gustos y preferencias.  Sin embargo, a la hora de llevarla a cabo se realiza un proceso sistemático que generalmente tiene cinco etapas:  Una observación visual. Aquí, comenzamos examinando la apariencia del vino, vemos su color y la claridad que tiene, además de la consistencia y la textura al mover la copa.  Seguimos con una evaluación olfativa. Evaluamos el aroma del vino agitando con suavidad la copa para poder liberar los aromas y aspirando profundamente para identificar las diferentes fragancias.  Después, tenemos una evaluación gustativa. Donde se analiza el sabor del vino tomando un pequeño sorbo y dejando que cubra toda la lengua. Con esto lo que buscamos son los diversos sabores como frutales, especiados, herbales o de roble.  Evaluación táctil. Se centra en sentir la textura del vino en la boca observando si es suave, áspero, tánico o cremoso, así como su cuerpo ya sea ligero, medio o completo. El cuerpo ligero se caracteriza por una sensación más delicada en boca con menos densidad. El cuerpo medio es una sensación equilibrada entre ligereza y plenitud y el cuerpo completo tendremos una sensación más densa con una mayor persistencia de sabores.  Por último, la evaluación del final. El último paso es analizar la persistencia del sabor en la boca así como la acidez y la textura. El final puede ser breve si la sensación es fugaz en el paladar, medio si hay una persistencia moderada de los sabores o prolongado si la persistencia de sabores es duradera.  Las etapas que hemos visto anteriormente, aunque son las que generalmente se realizan, pueden cambiar según el sommelier que dirija la cata. Además, puede incluir información adicional como puede ser la región de origen, la variedad de la uva o información sobre el productor, por lo que de esta forma se obtiene una experiencia más completa.  ¿Cómo se realiza una cata de vinos?  A la hora de realizar una cata de vinos, es importante distinguir entre beber un vino y realizar una cata. Cuando realizamos una cata, vamos a necesitar varios vinos para poder realizar comparaciones entre ellos.  En cuanto a las etapas de la cata (visual, olfativa, gustativa, táctil y evaluación final), son las mismas que hemos comentado en el punto anterior. Aunque a estas etapas se le agrega una fase de comparación. En la fase de comparación se contrastan y comparan los diferentes tipos de vinos probados con el objetivo de ver sus diferencias y semejanzas. En esta fase, también se registra cuál es el vino que más te agrada y se explica por qué.  Para "limpiar" el paladar entre cada vino y evitar que los sabores se mezclen, se recomienda tener a mano un vaso de agua o algún aperitivo.  Debido a que cada vino tiene unas características únicas, es importante prestar atención a cada detalle con el fin de poder apreciarlos de forma completa.  ¿Qué tipos de cata de vinos podemos encontrar?  En el mundo de las catas de vino podemos encontrar una gran diversidad de catas, y es que todas las catas de vino no son iguales.  Vamos a ver algunos tipos de catas de vino que existen:  Cata horizontal. En este tipo de cata se degustan varios tipos de vinos, pero con el requisito de que son o de la misma cosecha o de la misma variedad.  Cata vertical. En este caso las cosechas cambian, ya que probamos diferentes cosechas, pero siempre de un mismo vino o también puede ser de una misma bodega.  Cata a ciegas. En esta cata degustaremos vinos sin saber cuáles son con el objetivo de acertar las características que tienen.  Cata técnica. Nos fijaremos en el cuerpo, la acidez o el aroma de vino.  Cata temática. Tendremos una sola temática como puede ser la variedad de vino o la región del vino.  Cata de maridaje. Es de las más populares y se probarán los vinos con platos acordes a los mismos.  Cata de espumosos: Se catan vinos espumosos como prosecco, cava o champagne.  Cata de vinos dulces. El tipo de vino que se cata es dulce.  Cata de vinos naturales. Se prueban vinos sin aditivos, realizados de forma natural u orgánicos.  Cata de vinos fortificados. Son vinos con una mayor graduación de alcohol como puede ser el vino de jerez o el porto.  Cuando realizamos una cata de vinos, no solo exploramos los matices de la copa, sino que también realizamos un viaje a la cultura, historia y naturaleza de ese vino. Cada degustación de vino es una experiencia única abriéndonos las puertas a un gran abanico de olores, sabores y tacto recordándonos la riqueza de nuestra gastronomía, ya sea nacional o extranjera.  Titulaciones que pueden interesarte CURSO SUMILLER: Curso de Sumiller (Titulación Universitaria con 5 Créditos ECTS) CURSO CATA DE VINO HOMOLOGADO: Curso de Cata de Vinos (Titulación Universitaria + 6 ECTS) ...

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¿Qué son los productos culturales?

¿Qué son los productos culturales?

Los productos culturales son aquellos que están relacionados con aspectos sociales y humanos. Algunos ejemplos de estos productos culturales son los libros, las obras de teatro, las fotografías, las películas o la publicidad. En este artículo, vamos a explorar los aspectos más relevantes de los productos culturales, viendo las características propias que los diferencian de otro tipo de productos y algunos ejemplos. Como bien sabemos, no todos los bienes y servicios ofrecidos son iguales en el ámbito económico. Hay productos que, aparte de poderse comercializar como cualquier otro producto, también reflejan acontecimientos o la memoria de la humanidad, expresando su sensibilidad y valores. A este tipo de productos, por tener estas características, se les reconoce como productos culturales. Con todo lo visto anteriormente, podemos hacernos una visión general de los productos culturales, indicando que son aquellos bienes o servicios que reflejan la identidad, valores, creencias y expresiones artísticas que tiene una sociedad.  Además, estarán vinculados con las tradiciones, costumbres y manifestaciones culturales. Por otro lado, se consideran necesarios para la preservación del patrimonio cultural y su transmisión. Características de los productos culturales Por lo que hemos visto anteriormente, se desprende que los productos culturales tienen una serie de características diferenciadoras de otros productos. A continuación, vamos a ver este tipo de particularidades que los hacen diferentes: Tienen una estrecha relación con su creador: Existe un vínculo entre el producto y su autor que es muy fuerte, siendo difícil separar la obra de quien la crea. Contienen un enfoque estético: Son fundamentales la belleza, el diseño y la armonía para la apreciación de estos productos. Su valor suele ir unido a su calidad estética. Propiedad intelectual: Normalmente, están protegidos por derechos de autor, patentes o marcas. Promoción especializada: La comercialización de los productos culturales requiere estrategias de comunicación específicas que resalten sus cualidades únicas y su valor artístico. Valor intangible: Su valor no se mide únicamente en términos económicos, sino también en su capacidad para transmitir ideas, emociones y experiencias. Riqueza simbólica: Estos productos suelen estar cargados de significados profundos y utilizan metáforas, símbolos o referencias culturales para expresar ideas y mensajes. No siempre son tangibles: Muchos productos culturales no tienen una forma física, como las canciones, danzas, espectáculos o performances. Diversidad en la percepción: La interpretación y el valor que las personas les atribuyen pueden variar enormemente. Mientras algunas personas los consideran valiosos o significativos, otras pueden no ver su relevancia. Carácter efímero: Aunque algunos productos culturales perduran a lo largo del tiempo, otros están destinados a existir solo en el momento de su presentación, como una obra de teatro o una actuación en vivo. Finalidad más allá de lo económico: No siempre se crean con el objetivo de generar ingresos. Muchas veces buscan difundir ideas, fomentar el interés por la cultura o el arte, o transmitir mensajes significativos. Requieren participación activa: Para ser disfrutados y comprendidos, es necesario que el público se involucre y participe activamente en la experiencia que ofrece el producto cultural. Originalidad y creatividad: Estos productos reflejan la creatividad y la visión única de sus creadores, quienes buscan captar la atención del público y ofrecer una experiencia impactante. Expresión de valores y diversidad cultural: Los productos culturales son un reflejo de los valores, la diversidad y el carácter multicultural de una sociedad, ofreciendo una visión única de su identidad y patrimonio. ¿Qué es la gestión cultural? La gestión cultural podríamos entenderla como la administración de ciertos recursos, ya sea un bien o un servicio cultural, con el fin de alcanzar unos objetivos específicos. La gestión cultural abarca la promoción, el impulso, el diseño y la ejecución de proyectos relacionados con la cultura desde distintos ámbitos. Ejemplos de productos culturales Los productos culturales abarcan una amplia gama de expresiones y se pueden clasificar en diferentes categorías: Productos de las artes creativas Estos incluyen obras originadas por artistas en distintas disciplinas como los libros y la literatura, la música, el teatro, la fotografía, el cine, las artes plásticas o la artesanía. Productos de las industrias culturales generalistas En esta categoría podemos ver los medios de comunicación y entretenimiento masivo, como las revistas o publicaciones, la radio y televisión, videojuegos o pódcast. Productos de otras industrias vinculadas al arte Estas son creaciones que, aunque no pertenecen a las artes tradicionales, están fuertemente influenciadas por la estética y la cultura como la publicidad, arquitectura, diseño o moda. Quizá te interesa leer sobre... ¿Qué es un gestor cultural? Etapas de un proyecto cultural   Titulaciones que te pueden interesar ...

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Riesgos laborales en hostelería

¿Conoces estos riesgos laborales en hostelería?

CURSO DE PRL EN HOSTELERÍA ¿Quieres formarte en el sector de la hostelería? Sin duda, este artículo te interesa. En los trabajos relacionados con este sector, también es imprescindible la prevención de riesgos laborales. ¡Como lo lees! Quédate en este artículo y conoce todos los detalles sobre la importancia de los riesgos laborales en el sector de la hostelería! Además, te ayudaremos a descubrir nuestro Curso online en Riesgos Laborales en la hostelería. ¡Te esperamos! Riesgos laborales en la hostelería: todos los detalles La hostelería es una industria vibrante y en constante movimiento que abarca restaurantes, bares, hoteles, cafeterías y servicios de catering. A pesar de su atractivo y dinamismo, esta industria también conlleva una serie de riesgos laborales significativos que deben ser muy tenidos en cuenta en todo momento. En este artículo te voy a contar sobre los riesgos laborales que podemos ver en hostelería, te hablaré sobre las amenazas y las medidas preventivas, así como de la seguridad en el trabajo. Los riesgos comunes en la hostelería Quemaduras y cortes La hostelería es un entorno donde las altas temperaturas y los utensilios afilados son una constante. Los trabajadores de cocina y servicio están expuestos al riesgo de quemaduras por aceite caliente, superficies calientes y vapor. También tenemos uso de cuchillos afilados y otros utensilios que aumenta este peligro de cortes accidentales. Resbalones y caídas Los suelos resbaladizos son un problema común en la hostelería debido a derrames de líquidos y alimentos. En este sentido, se pueden sufrir resbalones y caídas que pueden resultar en lesiones. Lesiones musculares y de huesos El trabajo en la hostelería implica tareas físicamente exigentes como levantar y transportar objetos pesados, estar de pie durante largos períodos y realizar movimientos repetitivos. Por lo tanto, suelen ser comunes los dolores de espalda, tendinitis y lesiones en brazos y piernas. Exposición a productos químicos La limpieza y desinfección son fundamentales en la hostelería, lo que implica el uso de productos químicos de limpieza. La exposición inadecuada a estos productos puede causar irritaciones en la piel, los ojos y las vías respiratorias. Estrés y presión de tiempo El sector de la hostelería se suele enfrentar a clientes exigentes, largas horas de trabajo y la necesidad de cumplir con plazos ajustados. Esto puede llevar a niveles significativos de estrés y agotamiento entre los trabajadores. Riesgos biológicos El manejo de alimentos crudos y la preparación de alimentos pueden exponer a los trabajadores a riesgos biológicos, como enfermedades transmitidas por alimentos por lo que hay tener siempre presenta la higiene. Seguridad en la manipulación de alimentos La manipulación y preparación de alimentos requieren un alto grado de higiene y cuidado. La falta de capacitación en seguridad alimentaria puede dar lugar a brotes de enfermedades transmitidas por alimentos. Posturas forzadas Los trabajadores de la hostelería en muchas ocasiones tienen que tener posturas incómodas o mantener la misma posición durante largos períodos, lo que puede dar lugar a lesiones. Medidas preventivas y mitigación de riesgos La seguridad en el trabajo es una prioridad fundamental en la hostelería. Para mitigar estos riesgos laborales, se deben implementar medidas preventivas adecuadas como: Capacitación en seguridad Proporcionar capacitación en seguridad laboral y en la manipulación segura de alimentos es esencial estando al tanto de los riesgos y sabiendo cómo evitarlos. Equipos de protección personal (EPP) Suministrar EPP adecuado es fundamental, esto incluye guantes resistentes al calor, delantales, gafas de protección y calzado antideslizante para reducir lesiones. Control de temperaturas Mantener un control adecuado de las temperaturas, tanto en áreas de cocina como en áreas de servicio para prevenir quemaduras o golpes de calor. Mantenimiento y seguridad eléctrica Inspeccionar y mantener regularmente los equipos eléctricos para evitar contactos eléctricos y cortocircuitos. Higiene y control de riesgos biológicos Promover prácticas de higiene adecuadas y cumplir con las regulaciones de seguridad alimentaria para prevenir enfermedades transmitidas por alimentos y riesgos biológicos. Ergonomía y posturas de trabajo Asegurarse de que las estaciones de trabajo sean ergonómicas y fomentar la rotación de tareas para reducir la exposición a posturas forzadas. Evaluación de riesgos Realizar evaluaciones de riesgos periódicas con la participación de los trabajadores para identificar y abordar problemas específicos. Primeros auxilios Establecer procedimientos claros de primeros auxilios y planes de respuesta ante emergencias para manejar situaciones de accidentes. Vigilancia de la salud Implementar un programa de vigilancia de la salud que incluya exámenes médicos regulares para los trabajadores expuestos a riesgos específicos. La importancia de la prevención de riesgos laborales La prevención de riesgos laborales en la hostelería no solo es fundamental para proteger la salud y la seguridad de los trabajadores, sino que también tiene beneficios significativos para las empresas y los clientes como: Reducción de costes La prevención de accidentes y lesiones ayuda a la reducción de costes asociados con la compensación laboral y las interrupciones en la producción. Mejora de la productividad Los trabajadores saludables y seguros tienden a ser más productivos, lo que beneficia a los negocios en términos de eficiencia y calidad del servicio. Mejora de la reputación Un enfoque en la seguridad y la higiene mejora la reputación del negocio y aumenta la confianza de los clientes. Cumplimiento legal Cumplir con las regulaciones de seguridad y salud en el trabajo evita multas y sanciones legales. Retención de talento Un entorno de trabajo seguro y saludable atrae y retiene a empleados con talento. Caso de accidente en la hostelería: ¿Qué hacer? A pesar de todas las precauciones, los accidentes pueden ocurrir en la hostelería y en el caso de suceder, se necesita llevar a cabo un protocolo de actuación: Proporcionar asistencia inmediata: Dar primeros auxilios o atención médica de emergencia si es necesario y llamar a los servicios de emergencia si la situación es grave. Reporte del incidente: Informar a los superiores y al departamento de recursos humanos sobre el accidente lo antes posible. Recopilar datos: Reunir información sobre cómo ocurrió el accidente, quiénes estaban involucrados y cualquier testigo presencial. Registrar el accidente: Documentar el incidente en un informe de accidente laboral, siendo además esencial para fines legales y de registro. Seguir procedimientos de compensación: Ayudar al trabajador accidentado a seguir los procedimientos de compensación laboral, si es aplicable. Revisar y mejorar las prácticas: Llevar a cabo una revisión de seguridad para determinar qué salió mal y cómo prevenir incidentes similares en el futuro. Los riesgos laborales en la hostelería son una realidad que no puede ser ignorada. Sin embargo, con la implementación adecuada de medidas preventivas, capacitación y atención constante a la seguridad en el trabajo, es posible minimizar estos riesgos y crear un entorno laboral seguro y saludable para los trabajadores de la industria. ¿Quieres descubrir consejos sobre prevención de riesgos laborales en otros ámbitos? PRL en el sector de la limpieza PRL en el sector de la construcción CURSO ONLINE DE GESTIÓN DEL ESTRÉS LABORAL CURSO DE AUDITORÍA EN PRL CURSO DE DELEGADO EN PRL ONLINE ...

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