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Imagina que estás en medio de tu jornada laboral, sintiendo el peso del estrés y la tensión acumulada en tu cuerpo. De repente, te tomas unos minutos para estirarte, caminar un poco y despejar tu mente. ¿El resultado? Te sientes renovado y más enfocado.
Este es el poder de las pausas activas en el trabajo. En un mundo donde pasamos largas horas frente a una pantalla o realizando tareas repetitivas, esta actividad física no solo mejoran nuestra salud en general, sino que también aumentan nuestra productividad.
En este artículo, exploraremos por qué son esenciales en nuestras jornadas laborales, con qué frecuencia deben realizarse, y cómo implementarlas de manera efectiva en tu rutina de higiene en el trabajo.
Las pausas activas son breves interrupciones en la jornada laboral que se utilizan para realizar actividades físicas ligeras o ejercicios de estiramiento. Estas pausas son cruciales por varias razones:
Mejora de la salud física: Permanecer sentado o en una posición fija durante largas horas puede provocar problemas de salud como dolor de espalda, rigidez muscular y problemas circulatorios. Las pausas activas ayudan a aliviar estos síntomas y a prevenir afecciones más graves a largo plazo.
Aumento de la productividad: Tomar breves descansos para moverse puede revitalizar el cerebro, mejorando la concentración y la creatividad. Esto lleva a una mayor eficiencia en el trabajo y a una mejor calidad en el rendimiento.
Reducción del estrés: Las actividades físicas ligeras ayudan a liberar tensiones acumuladas y a reducir los niveles de estrés. Un empleado menos estresado es más feliz y, por ende, más productivo.
Prevención de lesiones: En trabajos que requieren movimientos repetitivos, las pausas activas pueden prevenir lesiones por esfuerzo repetitivo, como el síndrome del túnel carpiano.
Mejora del ambiente laboral: Fomentar pausas activas en el trabajo promueve un ambiente laboral más saludable y colaborativo. Los empleados que se sienten cuidados y valorados son más propensos a estar comprometidos con su trabajo.
La frecuencia de las pausas activas puede variar según el tipo de trabajo y la duración de la jornada laboral. Sin embargo, algunas recomendaciones generales incluyen:
Implementar pausas activas de manera efectiva requiere planificación y compromiso. Aquí tienes algunos consejos:
A continuación, se presentan algunos ejercicios sencillos que puedes incorporar en tus pausas activas:
Además de las pausas activas, es fundamental ser consciente de la ergonomía como parte de la seguridad en el lugar de trabajo. Algunos errores comunes y cómo evitarlos incluyen:
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