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A lo largo de nuestras vidas, todos enfrentamos momentos de tristeza y desánimo, pero cuando estos sentimientos se vuelven persistentes y profundos, pueden ser indicativos de una condición más grave como la depresión.
Existen diferentes tipos de depresión, cada una con sus propias características y causas subyacentes. Entre ellas, la depresión endógena es una de las formas menos comprendidas, pero profundamente impactantes.
Esta forma de depresión se origina dentro del individuo, sin un desencadenante externo aparente, y puede ser debilitante. Entender la depresión endógena, sus síntomas, causas de la depresión endógena y sus tratamientos, es crucial para poder ofrecer el apoyo adecuado a quienes la padecen.
La depresión endógena es una forma de depresión mayor que se cree que tiene una fuerte base biológica o genética. A diferencia de la depresión reactiva, que es una respuesta directa a un evento externo estresante o traumático, la depresión endógena parece surgir de factores internos.
Esto no significa que los factores externos no puedan influir en la condición, pero la raíz del problema se encuentra dentro del organismo del individuo. Esta condición puede ser particularmente difícil de identificar y tratar, ya que no siempre hay un evento desencadenante claro al que se pueda atribuir la depresión.
Los síntomas de la depresión endógena pueden ser similares a los de otras formas de depresión, pero tienden a ser más severos y persistentes. Algunos de los síntomas principales incluyen:
La causa exacta de la depresión endógena no se conoce completamente, pero se cree que es el resultado de una combinación de factores biológicos, genéticos y químicos.
La predisposición genética juega un papel crucial en la depresión endógena. Las personas con antecedentes familiares de depresión tienen un mayor riesgo de desarrollar esta condición.
Los estudios han demostrado que ciertos genes pueden influir en la probabilidad de que una persona experimente depresión, afectando la regulación de neurotransmisores en el cerebro, como la serotonina y la dopamina.
Los desequilibrios en los neurotransmisores del cerebro, que son responsables de la regulación del estado de ánimo, pueden contribuir significativamente a la depresión endógena. Los niveles bajos de serotonina, dopamina y norepinefrina están asociados con sentimientos de tristeza y desesperanza.
Cambios en los niveles hormonales también pueden desencadenar o empeorar la depresión endógena. Por ejemplo, desequilibrios hormonales durante el embarazo, el posparto, la menopausia o problemas de tiroides pueden ser factores contribuyentes.
El tratamiento de la depresión endógena generalmente implica una combinación de medicación y psicoterapia.
Medicación: Los antidepresivos son frecuentemente recetados para tratar la depresión endógena. Los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS) y los inhibidores de la recaptación de serotonina y norepinefrina (IRSN) son comunes y funcionan aumentando los niveles de neurotransmisores en el cerebro.
Psicoterapia: La terapia cognitivo-conductual (TCC) es una forma efectiva de psicoterapia que ayuda a las personas a identificar y cambiar patrones de pensamiento negativos. La terapia interpersonal y la terapia psicodinámica también pueden ser beneficiosas.
Tratamientos alternativos: Además de la medicación y la psicoterapia, algunos pacientes encuentran alivio a través de tratamientos alternativos como la terapia electroconvulsiva (TEC) en casos severos, la estimulación magnética transcraneal (EMT) y los cambios en el estilo de vida, como el ejercicio regular, una dieta equilibrada y técnicas de reducción del estrés.
Distinguir la depresión endógena de la depresión exógena y otros tipos de depresión puede ser complejo, pero hay algunos puntos clave que pueden ayudar.
Factores desencadenantes
La depresión reactiva generalmente puede rastrearse hasta un evento o situación estresante específico, como la pérdida de un ser querido, un divorcio o problemas financieros. En contraste, la depresión endógena no tiene un desencadenante externo claro y parece surgir "de la nada".
Síntomas físicos
La depresión endógena a menudo se acompaña de síntomas físicos severos, como fatiga extrema y trastornos del sueño, que pueden ser menos prominentes en otros tipos de depresión.
Respuesta al tratamiento
Las personas con este tipo de depresión pueden necesitar una mayor intervención médica, incluidos antidepresivos y tratamientos especializados, mientras que las personas con depresión reactiva pueden responder mejor a la terapia y al apoyo emocional.
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