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El ayuno intermitente está en boca de todos. Efectivo, controlado, beneficioso, sencillo, adaptado, etc. Los adjetivos sobre este tipo de planificación alimenticia son muchos y todos intentan resaltar sus impactos positivos en el cuerpo y la salud general de las personas. Sin embargo, cuando no se realiza de manera adecuada, el ayuno puede comportar problemas a corto y largo plazo.
En este post, te contamos sobre algunos peligros del ayuno intermitente y te brindamos consejos para evitarlos, de modo que puedas llevar una alimentación adecuada. ¡Sigue leyendo!
El ayuno intermitente es una forma de control de la ingesta de alimentos durante periodos establecidos. Es una práctica que ganó fama mundial por los beneficios que reporta para la salud y el bienestar general de las personas.
Aunque los estudios científicos aún se encuentran evaluando sus efectos tanto positivos como negativos, algunas investigaciones señalan que el ayuno intermitente puede contribuir al control de enfermedades metabólicas, como la diabetes tipo 2, la prevención de las enfermedades cardiovasculares y otras condiciones como la obesidad.
Entre los beneficios más significativos, se señalan el control de la glucosa y el incremento de la sensibilidad a la insulina. Si bien estos efectos son los más ansiados por personas con condiciones preexistentes, también ayudan a quienes desean adelgazar y controlar su peso. El cualquier caso se debe consultar a un nutricionista para saber qué es lo mejor para llevar una alimentación saludable según las pautas del ayuno intermitente.
Si el ayuno intermitente se aplica durante un corto tiempo, puede contribuir a la disminución del peso y al control de este por la restricción calórica. Al limitar el tiempo de ingesta (véanse las modalidades de ayuno intermitente), las personas tienden a perder peso de manera gradual.
Otra de las grandes ventajas de la aplicación del ayuno intermitente es la reducción de la tensión arterial. ¿A qué se debe esto? La ausencia de alimentos durante un tiempo prolongado impacta en la vasodilatación y en la eliminación del sodio. Desde luego, esto se asocia con la eliminación de carbohidratos y la disminución de la circunferencia abdominal.
Ahora bien, ¿qué pasa con la glucosa durante el ayuno intermitente? La alimentación restringida puede disminuir los niveles de glucosa en la sangre y mejorar la resistencia a la insulina, beneficioso sobre todo para personas con riesgo de diabetes tipo 2. Además, controla los picos de glucosa postprandial.
La sensibilidad a la insulina consiste en la disminución rápida de los niveles de glucosa luego de una alta carga de esta en el organismo (tejidos y órganos como el hígado). Una dieta alineada con los principios del ayuno intermitente puede contribuir a la utilización eficiente de la insulina. Esto reduce el riesgo de sufrir enfermedades metabólicas.
Uno de los primeros riesgos es la pérdida de concentración, rendimiento cognitivo y problemas de atención debido a la falta de energía derivada del ayuno intermitente. Hay que recordar que el cerebro se alimenta de glucosa para funcionar, donde los procesos metabólicos son fundamentales para convertir el azúcar en fuente energética. Quienes optar por esta dieta deben saber que esta consecuencia puede extenderse en el tiempo debido a los procesos adaptativos del cuerpo.
Como se ha visto, los bajos niveles de glucosa se traducen en falta de energía y, en algunas personas, en trastornos de sueño. La calidad del descanso, al verse afectada, provoca cansancio prolongado, que también podría ser una expresión de bajos niveles de glóbulos rojos (anemia). Otro aspecto que afecta al sueño es, desde luego, los despertares causados por momentos de hipoglucemia. Estos cambios en los patrones de sueño no permiten la reposición de energía para un correcto funcionamiento tanto del cuerpo como del cerebro.
La pérdida de masa muscular es también otra de efectos secundarios del ayuno intermitente. El cuerpo, ante la ausencia de energía, puede utilizar los recursos que se encuentran en los músculos. Si bien esto inicia con la disminución de grasa corporal, el siguiente paso es recuperar recursos del tejido muscular. Ahora bien, ¿ocurre esto siempre? La respuesta es no: la pérdida de masa muscular tendrá lugar siempre y cuando el cuerpo no reciba los alimentos adecuados durante los periodos de alimentación. Para saber más sobre esto, la asesoría de un especialista es imprescindible.
Aunque algunos estudios sugieren una reducción en la muerte por enfermedad cardiovascular, sí que es cierto que otras investigaciones señalan como perjudiciales a determinadas modalidades de ayuno. Una de estas es la modalidad 16:8, que consiste en ingerir alimentos en 8 horas, dejando el tiempo restante al ayuno. ¿Qué pasa en este tiempo en el que se restringe la comida? El cuerpo, aunque las investigaciones deben abordar los efectos a largo plazo, podría experimentar cambios negativos que repercutirían en la salud cardiovascular, sobre todo, en personas con cáncer o cardiopatías.
Se reconocen otros riesgos relacionados con los mencionados en anteriormente. Los mencionamos a continuación:
El primer paso para evitar efectos secundarios permanentes es consultar a especialistas en medicina y nutrición. Por un lado, es necesario conocer el estado de la salud individual, que requiere la realización de analíticas de sangre, medición de la tensión arterial, control del peso, entre otros. Por otro lado, partiendo de estos resultados, un nutricionista sabrá recomendar un plan nutricional personalizado para no afectar ni la salud ni la calidad de vida del paciente.
Cuando se tiene iniciada una dieta que incluye ayuno intermitente, esta debe seguirse rigurosamente para evitar no solo deficiencias nutricionales, sino también el impacto negativo del consumo de alimentos poco saludables como la bollería, los refrescos y demás comidas altas en azúcar y sodio. Aunque la dieta puede tener ciertas licencias, se debe recordar que la alimentación debe ser saludable para evitar el estrés del cuerpo.
¿Y qué pasa si se experimenta al menos uno de los efectos secundarios del ayuno intermitente? El especialista en nutrición deberá revisar cuidadosamente los alimentos o los regímenes que podrían intervenir negativamente en el bienestar general del paciente. Si fuera el caso, se ajusta el plan de alimentación para cumplir los requerimientos nutricionales antes previstos.
Una cuestión que debe tenerse en cuenta es que la población de riesgo debe estar excluida de cualquier modalidad de ayuno intermitente. Se incluye a personas con enfermedades preexistentes, medicación específica, trastornos alimenticios y problemas nutricionales. En cualquier caso, el médico definirá la mejor opción para llevar una dieta adaptada, equilibrada y variada.
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