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En el día a día, realizamos una serie de tareas que parecen simples: preparar el desayuno, pagar facturas, organizar el armario o hacer la compra. Sin embargo, detrás de esta aparente automatización se encuentran las actividades instrumentales de la vida diariaCada una de estas acciones requiere de habilidades cognitivas, físicas y emocionales que, al ejecutarlas diariamente, permiten que llevemos una vida estructurada y organizada.
Estas tareas, a menudo invisibles, pero esenciales, nos permiten funcionar de manera independiente en la sociedad. Aunque pueden parecer triviales, su dominio es fundamental para nuestra calidad de vida. ¿Quieres saber más sobre las actividades instrumentales de la vida diaria? ¡Sigue leyendo!
Las actividades instrumentales de la vida diaria (AIVD) son aquellas habilidades y tareas necesarias para vivir de manera independiente y funcionar eficazmente en la sociedad. A diferencia de las actividades básicas de la vida diaria, que incluyen tareas más fundamentales como comer, vestirse y bañarse, las AIVD son actividades más complejas que implican habilidades cognitivas y de organización.
Veamos algunos tipos de actividades instrumentales de la vida diaria:
Limpieza, organización y mantenimiento: aspirar, fregar suelos, quitar el polvo, lavar ventanas, clasificar y guardar objetos de manera lógica y accesible, así como realizar reparaciones menores y mantenimiento rutinario del hogar.
Preparación de comidas: decidir qué comidas preparar y elaborar la lista de ingredientes necesarios, seguir recetas y utilizar técnicas culinarias para preparar alimentos de manera segura, y utilizar herramientas de cocina correctamente.
Manejo de dinero y finanzas: planificar ingresos y gastos para asegurar la estabilidad financiera, realizar pagos a tiempo y administrar cuentas de ahorro e inversiones para el futuro.
Gestión de medicamentos y salud: tomar medicinas según las indicaciones y mantener un registro de ellas, programar y asistir a citas con profesionales de la salud, y realizar actividades preventivas para mantener la salud.
Uso de tecnología y comunicación: manejar llamadas telefónicas y correos electrónicos para mantenerse comunicado, utilizar Internet y dispositivos electrónicos para acceder a información y mantenerse en contacto con otros.
Transporte y movilidad: conducir de manera segura y conocer las reglas de tránsito, navegar y utilizar el transporte público de manera efectiva, y planificar rutas para llegar a los destinos.
Como decíamos al inicio, aunque las actividades instrumentales puedan parecer básicas y rutinarias, lo cierto es que son fundamentales para llevar una vida independiente y mejorar el bienestar general en cualquier etapa de la vida.
Esto es particularmente relevante para la tercera edad, ya que mantener la capacidad de realizar actividades instrumentales puede significar la diferencia entre vivir de manera independiente o necesitar asistencia. A continuación, te compartimos los objetivos principales de este tipo de actividades:
Promover la independencia: las actividades instrumentales de la vida diaria buscan permitir que las personas se ocupen de sus necesidades cotidianas sin depender de otros, fomentando su autonomía personal y su capacidad para tomar decisiones.
Mantener la funcionalidad y el bienestar: son esenciales para asegurar que las personas puedan mantener su salud física, ya sea preparando comidas nutritivas o manteniendo un entorno limpio, así como su salud mental.
Fomentar la seguridad y el manejo de riesgos: enseñar y reforzar prácticas seguras en la realización de tareas cotidianas es crucial para prevenir accidentes domésticos, como caídas, quemaduras o intoxicaciones, y para asegurar la correcta administración de medicamentos.
Facilitar la gestión de recursos y finanzas: ayudan a las personas a manejar eficientemente sus ingresos, gastos, ahorros e inversiones.
Mejorar la calidad de vida: estas actividades contribuyen a crear un entorno hogareño confortable y agradable, lo que aumenta la satisfacción personal. Además, facilitan la participación en actividades sociales y comunitarias mediante el uso adecuado de tecnologías de comunicación y transporte.
Desarrollar habilidades prácticas y cognitivas: a través de la ejecución de tareas cotidianas, las personas desarrollan y perfeccionan habilidades manuales y prácticas necesarias para su vida diaria, así como funciones cognitivas como la memoria, la planificación y la resolución de problemas.
Apoyar la adaptación y la resiliencia: ayudan a las personas a adaptarse a cambios en sus circunstancias de vida, como el envejecimiento o cambios en la salud.
Por muy sencillas que parezcan, no todas las personas pueden realizar las actividades instrumentales de la vida diaria. Y es que algunos déficits frenan el desarrollo de estas habilidades. Los problemas cognitivos, como pérdida de memoria, dificultades en la planificación y la toma de decisiones, o problemas con la atención y la concentración, pueden obstaculizar la capacidad de manejar el dinero, organizar el hogar y seguir recetas de cocina.
Mientras tanto, limitaciones en la movilidad, debilidad muscular, problemas de coordinación y dolor crónico, complican algunas tareas como limpiar, cocinar o hacer la compra. Asimismo, las enfermedades mentales, incluyendo la depresión, la ansiedad y el estrés, también pueden afectar la motivación y la capacidad para llevar a cabo estas actividades cotidianas.
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