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Al navegar por la red, te habrás encontrado con los términos HTTP y HTTPS en la barra de direcciones de tu navegador, pero, ¿alguna vez te has detenido a pensar en la diferencia entre ambos?
En este artículo, explicaremos todo lo que necesitas saber sobre HTTP y HTTPS, dos protocolos fundamentales en la comunicación en línea. Si te interesa saber más acerca de este tema, ¡te explicamos todos los detalles en este artículo!
HTTP (Hypertext Transfer Protocol) o protocolo de transferencia de hipertexto, es el fundamento de cualquier intercambio de datos en la web. Este protocolo se utiliza para la comunicación entre un navegador y el servidor donde se aloja un sitio web. Cada vez que ingresas una dirección web o haces clic en un enlace, estás utilizando HTTP. Sin embargo, este protocolo no fue diseñado teniendo en cuenta la seguridad; su objetivo principal es la entrega eficiente de la información.
Con el auge del comercio electrónico y la necesidad de realizar transacciones seguras, como el intercambio de datos bancarios o tarjetas de crédito, surgió la necesidad de una versión más segura de HTTP. Aquí es donde entra en juego HTTPS (Hypertext Transfer Protocol Secure), que no es más que la versión segura de HTTP.
Este protocolo utiliza SSL/TLS (Secure Socket Layer/Transport Layer Security) para encriptar la comunicación entre el navegador y el servidor, garantizando así una comunicación segura.
La principal diferencia entre HTTP y HTTPS radica en la encriptación. HTTPS incorpora una capa de seguridad SSL/TLS que protege la información sensible que se transmite entre el cliente y el servidor. Esto es especialmente importante cuando se trata de información confidencial como correos electrónicos, datos bancarios o información personal.
Cuando hablamos de Tipo de Certificado SSL, estamos entrando en un terreno esencial para la seguridad en línea. Piensa en estos certificados como tus guardianes personales en el amplio mundo de internet. Están ahí para asegurarse de que cuando tú y un servidor web comparten información, esta se mantenga bajo llave, lejos de miradas indiscretas.
Ahora, no todos los certificados SSL son iguales. Existen diferentes tipos, cada uno diseñado para un propósito específico y niveles de seguridad. Vamos a desglosarlos para que te hagas una idea más precisa:
Son los más básicos y rápidos de obtener. Confirman que el solicitante tiene el control sobre el dominio del sitio web. Son perfectos para blogs personales o sitios informativos donde la transacción de datos sensibles es mínima.
Subiendo un peldaño, tenemos los certificados OV. Estos no solo verifican la propiedad del dominio, sino también algunos detalles de la organización detrás del sitio. Esto agrega una capa extra de confianza, ideal para sitios web de empresas que manejan más información de usuarios.
Los certificados EV son la joya de la corona en términos de seguridad y confianza. Requieren un proceso de verificación exhaustivo que confirma la existencia legal, física y operativa de la entidad. Cuando ves una barra de direcciones con el nombre de una empresa en verde, eso es un certificado EV en acción. Son esenciales para sitios de comercio electrónico, bancos, y cualquier lugar donde la confianza y seguridad sean primordiales.
El proceso de cambiar de HTTP a HTTPS implica la adquisición e instalación de un certificado SSL en el servidor web. Aunque puede parecer una tarea técnica, los beneficios en términos de seguridad y confianza lo hacen esencial para cualquier sitio web, especialmente aquellos que manejan información sensible.
Más allá de la seguridad, HTTPS también influye en el posicionamiento en los motores de búsqueda. Google ha confirmado que prefiere sitios HTTPS sobre aquellos que aún utilizan el protocolo HTTP, lo que significa que adoptar HTTPS puede mejorar la visibilidad de tu sitio web. Esto convierte a HTTPS no solo en una opción de seguridad, sino también en una herramienta de optimización de motores de búsqueda (SEO).
A pesar de sus claras ventajas, algunos sitios todavía utilizan HTTP. Esto se debe a diversas razones, como la falta de conocimiento sobre seguridad en internet, el costo asociado con los certificados SSL, o simplemente la inercia de cambiar una infraestructura establecida. Sin embargo, con el aumento de las amenazas en línea, la transición a HTTPS se está volviendo cada vez más indispensable.
La diferencia entre HTTP y HTTPS puede parecer mínima a primera vista, pero tiene un impacto significativo en la seguridad y eficiencia de la web. Adoptar HTTPS es un paso esencial hacia una internet más segura, donde la privacidad y la protección de datos son prioritarias. Al comprender estos protocolos, los usuarios y desarrolladores pueden tomar decisiones informadas que benefician tanto su seguridad como su presencia en línea.
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