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El riesgo financiero y la actividad empresarial van siempre de la mano. Podemos definir el riesgo financiero como aquella posibilidad que tienen las empresas de que se produzca un contratiempo o un problema en cuanto al rendimiento de sus inversiones. Así, las empresas siempre deben tener el foco puesto en sus productos financieros, con el objetivo de evitar estos riesgos financieros mediante distintas herramientas.
En otras palabras, el riesgo financiero se refiere a la incertidumbre que poseen muchas empresas y organizaciones en cuanto al rendimiento de una inversión, debida a los cambios producidos en el sector en el que se opera. De esta forma, podemos contemplar que los riesgos financieros afectan a las empresas, pero también a las personas individuales que posean inversiones de distinta índole.
Para comprender mejor qué es un riesgo financiero, debemos hablar de productos financieros. Estos son instrumentos que una persona física o jurídica puede adquirir con el objetivo de ayudarle a ahorrar o invertir. Por lo tanto, las empresas poseerán productos financieros, ya que esto es lo que les permitirá seguir subsistiendo, entre otros asuntos.
De esta forma, podemos contemplar que los productos financieros y los riesgos financieros van de la mano. ¿Quieres conocer más información sobre cuáles son los tipos de riesgos financieros que existen y cómo podemos resolverlos o evitarlos? ¡Vamos!
Son diversas las fuentes de las que provienen los riesgos financieros, y según su gravedad y tipología pueden tener un impacto significativo en las operaciones y el desempeño financiero de la organización. Sin embargo, y contra las apariencias, también es importante destacar que los riesgos financieros no solo representan peligros, sino una oportunidad de crecimiento.
Al fin y al cabo, la constitución de una empresa en sí supone un gran riesgo financiero en el que, en muchas ocasiones, el empresario arriesga su capital personal. Entonces, para apostar por la innovación y el crecimiento, una empresa ha de tomar ciertos riesgos. Es por eso que las empresas deben tomar decisiones informadas y basadas en datos para minimizar el riesgo de hacer inversiones baldías.
En definitiva, es a través del riesgo que una empresa invierte en proyectos estratégicos y transformadores para expandirse y ganar ventaja competitiva.
A pesar de sus oportunidades, debemos concienciarnos de que los riesgos financieros pueden ser tan catastróficos que conduzcan a la bancarrota de una empresa. Así pues, los riesgos financieros mal gestionados o inadvertidos ocasionan pérdidas financieras significativas, a veces millonarias.
Pero no es solo un perjuicio económico directo el que puede propiciar una mala inversión. En función de su alcance mediático, podría condicionar la confianza de los inversores, clientes y socios.
Es por eso que, a la hora de invertir, tanto si se trata de una empresa o una inversión bancaria de un particular, siempre hay que reflexionar sobre los posibles riesgos financieros a los que nos enfrentamos y la gravedad de sus consecuencias.
Los riesgos financieros son numerosos. De hecho, dependerán, en primer lugar, de la actividad de la empresa en cuestión, así como de los tipos de inversiones que esta haya realizado. A continuación, te detallamos algunos de los principales tipos de riesgos financieros a los que deben y/o pueden enfrentarse algunas empresas. Esto te ayudará a entender mejor el sector, así como a comenzar a formarte en el mismo. ¡Vamos!
El riesgo de crédito es uno de los más habituales en cuanto a los activos financieros de una empresa. En concreto, este tiene lugar cuando una de las partes de un contrato no puede hacerte frente a sus obligaciones de pago, por lo que dejará de pagar su parte del contrato.
Otro de los riesgos financieros más comunes en el riesgo de liquidez. Este se produce cuando una de las partes contractuales no posee la liquidez suficiente para asumir sus obligaciones. Por lo tanto, esa parte del contrato poseerá activos financieros, pero no posee la liquidez suficiente con la que asumir sus obligaciones. Entonces, diremos que se encuentra en una situación de iliquidez.
Este es el riesgo asociado a los movimientos de los mercados financieros. En otras palabras, podemos decir que el riesgo de mercado es aquel que ocasiona la probabilidad de que haya variaciones en el precio de los activos de la empresa. Por ejemplo, si una empresa decide invertir en bolsa, correrá el riesgo de que se produzcan perdidas económicas.
El riesgo legal hace referencia a la incertidumbre que presentará cualquier posible cambio significativo en la legislación de un país o territorio determinado. Así, estos hechos pueden ocasionar incertidumbre, pérdida de confianza e incluso pérdidas económicas. Aunque es algo que la empresa no podrá cambiar, sí es algo a lo que debe prestar atención para que no le afecte de forma notable.
Por último, encontramos el riesgo de cambio. Este no es un tipo de riesgo financiero que afecte a la mayoría de empresas, ya que solamente afecta a las empresas con activos y pasivos cifrados en una divisa que no es la de su país. En concreto, este riesgo financiero está asociado a la fluctuación del tipo de cambio de una moneda frente a otra. Afecta, principalmente, a multinacionales y empresas que operan en distintos mercados al suyo propio.
No hay una forma estandarizada de medir los riesgos financieros, ya que ello dependerá de la estructura financiera de cada empresa y de las decisiones de negocio que haya tomado. No obstante, en todos los análisis de riesgos financieros siempre se repiten una serie de métricas que pueden ofrecer conclusiones útiles para conocer la magnitud de un riesgo financiero.
A continuación, te presentamos las principales métricas que se calculan en materia de riesgos financieros:
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