Índice
La liquidez es un concepto esencial, pero que a menudo se suele pasar por alto en comparación con otros indicadores como la rentabilidad o el crecimiento dentro del ámbito de las finanzas. Sin embargo, la liquidez financiera es muy importante para la supervivencia y el éxito a largo plazo de cualquier ente, ya sea una empresa, una institución financiera o un individuo.
En este artículo, vamos a conocer qué es la liquidez financiera, su importancia, qué es el ratio de liquidez y los tipos de activos que existen.
La liquidez financiera en un concepto que hace referencia a la capacidad de una empresa o individuo para convertir sus activos en efectivo rápidamente y sin pérdida significativa de valor. La liquidez es sinónimo de flexibilidad y seguridad, ya que afianza que se puedan cumplir las obligaciones de pago a corto plazo, como la retribución a proveedores, deudas inmediatas y cualquier imprevisto que requiera un desembolso de dinero.
Existen varios niveles de liquidez, dependiendo de la facilidad con la que los activos pueden ser convertidos en dinero en efectivo. Por ejemplo, el efectivo en mano y los depósitos bancarios son considerados los más líquidos, mientras que los bienes raíces o las inversiones en acciones puede requerir más tiempo para su conversión y, por lo tanto, son menos líquidos.
La liquidez también está estrechamente relacionada con la solvencia; sin embargo, son conceptos distintos. Mientras que la solvencia mide la capacidad de una entidad para pagar sus deudas a largo plazo, la liquidez se enfoca en el corto plazo.
En el análisis financiero, se utilizan diversos indicadores para medir la liquidez, como el ratio de liquidez, que compara el activo corriente con el pasivo corriente, y el ratio de prueba ácida, que excluye el inventario del activo corriente.
El ratio de liquidez, también conocido como coeficiente de liquidez, es un indicativo financiero que permite medir la cabida de una empresa para hacer frente a sus obligaciones a corto plazo con los activos más líquidos que posee. Este ratio es fundamental para evaluar la salud financiera inmediata de una organización.
Así, el ratio de liquidez de una compañía, se obtiene dividiendo el activo corriente (dinero en caja y cuentas bancarias, existencias, cuentas por cobrar, etc.) entre el pasivo corriente (las dudas a corto plazo).
Ratio de liquidez = activo corriente / pasivo corriente |
Si el resultado obtenido es mayor que 1, significa que la empresa puede cubrir y hacer frente a sus deudas a corto plazo. Si, por el contrario, se obtiene menos de 1, esto es sinónimo de que la empresa no puede pagar sus deudas con sus activos más líquidos y podría encarar una suspensión de pagos.
Estos ratios son herramientas clave para los analistas financieros, controllers financieros, inversores y acreedores, ya que proporcionan información valiosa sobre la capacidad de una empresa para solventar sus compromisos financieros a corto plazo sin necesidad de obtener financiación adicional o liquidar activos a precios desfavorables. Una empresa con un ratio de liquidez adecuado es generalmente vista como más estable y con menor riesgo financiero.
Mientras que la liquidez, hace referencia a la capacidad de una institución de hacer frente a sus deudas inmediatas, la solvencia se refiere a la cabida financiera de un individuo o empresa en el largo plazo. Es decir, se refiere a la disposición de activos de una empresa y a su habilidad de producir fondos suficientes para cumplir con sus obligaciones financieras actuales y futuras. Una empresa puede ser solvente, pero no líquida si no puede hacer frente a sus obligaciones inmediatas.
Para evaluar la solvencia en una empresa es necesario comprobar la existencia de:
Dinero en efectivo.
Cuentas corrientes.
Derechos de cobro.
Bienes inmuebles.
Maquinaria.
Los activos de una empresa o individuo se pueden clasificar según su liquidez, esto es, la facilidad y rapidez con la que se pueden convertir en efectivo. Algunos tipos de activos ordenados de mayor a menos liquidez son:
Son los activos más líquidos y comprenden el dinero en efectivo, depósitos bancarios a la vista y otros instrumentos financieros de alta liquidez y bajo riesgo, como los fondos del mercado monetario.
Incluyen acciones, bonos y otros valores que se pueden vender rápidamente en el mercado abierto.
Son los pagos que los clientes deben a la empresa por bienes o servicios ya entregados. Aunque no son tan líquidos como el efectivo, generalmente se pueden convertir en dinero en un plazo corto.
Aunque son activos corrientes, su liquidez depende de la velocidad con la que se pueden vender los productos. No son tan líquidos como el efectivo o las cuentas por cobrar debido a que su conversión implica un proceso de venta.
Son bienes de larga duración como maquinaria, edificios y terrenos. Su liquidez es baja porque su venta puede llevar mucho tiempo y a menudo requiere un precio de mercado fluctuante.
Incluyen participaciones en otras empresas o bienes inmuebles destinados a la renta. Estos activos financieros se mantienen con la intención de generar ingresos o ganancias a largo plazo y no están disponibles para la venta inmediata.
Como patentes, marcas registradas y fondo de comercio. Son los menos líquidos, ya que su valor es más difícil de determinar y su venta puede ser compleja y prolongada.
Si sigues queriendo conocer más sobre el tema de la liquidez, ¡no te pierdas este blog sobre qué son las razones de liquidez!
Nuestra Formación
Nuestro porfolio se compone de cursos online, cursos homologados, baremables en oposiciones y formación superior de posgrado y máster.
Ver oferta formativa¡Muchas gracias!
Hemos recibido correctamente tus datos. En breve nos pondremos en contacto contigo.