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Si has oído hablar del Día de San Patricio, seguramente vienen a tu mente imágenes de pintas de Guinness, gente vestida de verde y banderas irlandesas por todos lados. Y no estás equivocado/a: todo esto es parte de la celebración del patrón de Irlanda. Cada 17 de marzo, irlandeses de todo el mundo se reúnen para dar vida a este encuentro en el que la identidad cruza fronteras. ¿Quieres saber más? ¡Te contamos todo lo que necesitas saber en este artículo!
La tradición cristiana indica que a los santos se les conmemora en el día de su muerte, ya que es cuando suben al cielo. En el caso de san Patricio, como veremos más adelante, este día se sitúa en el 17 de marzo. Pero las primeras celebraciones en torno a su imagen se remontan al siglo XVII, cuando la Iglesia católica estableció una jornada completa para la reflexión sobre su legado. Esto ocurrió, concretamente, en 1631.
No obstante, contrario a lo que se suele creer, la devoción pública por san Patricio no tiene a Irlanda como sede principal, sino a lo que hoy conocemos como Estados Unidos. En la capital de Florida, San Agustín, que era territorio del Imperio español, se realizó el primer desfile por este santo en 1601. Considerado patrón del maíz inspiró posteriormente nuevos desfiles y fiestas conmemorativas que, con el paso del tiempo, se extendieron por el territorio norteamericano.
La primera celebración en tierras bajo dominio inglés (véanse las Trece Colonias) fue en Boston en el año 1737, que fue organizada por irlandeses afincados en la ciudad; luego, cobrando mayores dimensiones, se afirma que el primer desfile en esta zona ocurrió en algún año de la década de 1760 en Nueva York. Por entonces, se asumió como tradicional el consumo del corned beef. Estas celebraciones permanecieron tras la independencia de Estados Unidos en 1776.
Muchas de las tradiciones del Día de San Patricio, que poco a poco introdujeron aportaciones irlandesas, se mantienen hasta la actualidad. Se trata de una fiesta que ha superado las barreras del tiempo y que logra unir a irlandeses de todo el mundo. De hecho, es la fiesta nacional de Éire, como se conoce a la isla en irlandés. Aunque hoy ha perdido paulatinamente el cariz religioso, sigue congregando a personas ansiosas por saber más sobre la cultura irlandesa.
La historia de san Patricio –cargada con ciertos toques de leyenda– se remonta a finales del siglo IV d.C. No se conoce con certeza su lugar de nacimiento, pero lo que sí se sabe es que no nació en Irlanda, sino probablemente en Escocia, Gales o Britania. Bautizado como Maewyn Succat, creció en una familia cristiana, aunque esto no le supuso, hasta años más tarde, seguir este credo durante su juventud.
A sus cortos 16 años, fue secuestrado y llevado a Irlanda del Norte, donde como esclavo trabajó arduamente como pastor de ovejas. Logró fugarse al cabo de algunos años tras ser trasladado al condado de Antrim. Fue en este trayecto en el que tuvo una visión, la misma que lo condujo a abrazar creencias y costumbres profundamente religiosas.
Tras refugiarse en un monasterio de la isla de Gran Bretaña y ya convertido en sacerdote, decidió volver a Irlanda para dedicarse a la prédica y evangelización de los irlandeses. Como misionero, dedicó su apostolado no solo a los bautismos y otras actividades de difusión del cristianismo, sino también a la fundación y construcción de iglesias. De hecho, sus restos se encuentran en el camposanto de la catedral de Down, cuyo acto de fundación estuvo a cargo de Patricio, el nombre que asumió al ordenarse como sacerdote.
Siguiendo la tradición en torno a este santo, se cuenta que él utilizaba el trébol para explicar la Santa Trinidad (Dios, Hijo y Espíritu Santo), ya que le permitía explicar que tres elementos podrían uno al mismo tiempo. Pero esto no es todo, ya que también se dice que expulsó a todas las serpientes de Irlanda (tómese en cuenta que no había serpientes en la isla por entonces), lo que se entendería como una metáfora de la erradicación del paganismo.
Falleció el 17 de marzo del año 461 d.C. en el Condado de Down. Su sepulcro se reconoce gracias a una seña conmemorativa, una piedra de granito de grandes dimensiones que señalan el lugar en el que tradicionalmente se sitúa la sepultura del santo. Colocada en 1900, en dicha lápida, debajo de una cruz tallada en bajo relieve, se lee “San Patricio”.
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Hasta aquí ya hemos visto la historia del santo e, incluso, cómo es que surgió la festividad como la conocemos hoy en día. Pero es normal que te preguntes por las razones detrás de este día de alcance mundial. Lo primero que tenemos que mencionar, sin lugar a duda, es que se trata de una efeméride para recordar las aportaciones del santo a la Iglesia católica y a la difusión del cristianismo en irlanda.
Su origen, entonces, está relacionado con la reflexión espiritual, acompañada por actividades religiosas, como las misas y el recogimiento. Sin embargo, con el paso del tiempo y debido a su popularidad, esta celebración adoptó un tono mucho más festivo, convirtiéndose así en un atractivo turístico y motor de la economía irlandesa. Recordemos que la diáspora irlandesa causada por la Gran Hambruna de 1845-1852 llevó a muchos de sus ciudadanos a diversos lugares del mundo, como Estados Unidos, México, España, Argentina, Chile, Uruguay, Francia, Canadá y Costa Rica.
De hecho, el 17 de marzo es también el día nacional de Irlanda, una oportunidad para reconocer y celebrar la herencia de la cultura irlandesa tanto en la isla como en el mundo. Se realizan desfiles, se vende vestimenta verde, se portan accesorios alusivos al trébol, se consume cerveza verde, entre otros.
La historia del Día de San Patricio tiene una curiosidad que pocos conocen; de hecho, va más allá de las historias en torno a la expulsión de las serpientes de Irlanda o el uso del trébol como herramienta de evangelización, que luego tendrá sus resonancias en la simbología de este día. Se trata del color distintivo del santo y, por extensión, de la festividad en todo el mundo. Veamos: no siempre fue el verde, cuyo uso se remonta al siglo XVIII, sino el azul. Un tono específico de este color primario (muy próximo al celeste) pertenece a la Orden de San Patricio, fundada en 1783. Utilizado durante mucho tiempo como el color tradicional del santo, progresivamente el verde lo reemplazo.
Pero ¿qué aconteció para que este cambio ocurriera? La historia es sencilla, pero cargada de gran simbolismo: los soldados irlandeses optaron por vestirse de verde para contrastar con los uniformes ingleses durante la rebelión contra Gran Bretaña. Estos soldados entonaban la canción “The Wearing of the Green”, una balada que cuenta la represión que sufrieron los revolucionarios irlandeses. Cuenta con una gran cantidad de versiones, cuyas letras más conocidas pertenecen a Dion Boucicault. En ella, se leen alusiones al trébol y, desde luego, al Día de San Patricio. La asociación de estos símbolos, sumado al fuerte sentimiento de unidad de los irlandeses, convirtieron al verde en un color de identidad nacional, que por extensión llegó al santo y su festividad.
Veamos las dos primeras estrofas de “The Wearing of the Green”:
Inglés |
Español |
Oh! Paddy, dear, and did you hear The news that's goin' round, The shamrock is by law forbid To grow on Irish ground.
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¡Oh, querido Paddy! Has oído la noticia que corre por ahí, que el trébol está prohibido por ley crecer en suelo irlandés
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Saint Patrick's Day no more we'll keep His colours can't be seen For they're hanging men and women For the wearing of the green. [...] |
No tendremos más el día de San Patricio sus colores no se pueden ver porque están ahorcando a hombres y mujeres por vestir de verde.
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No dejemos pasar estas curiosidades en torno al color verde, San Patricio e Irlanda:
A Irlanda también se le conoce como la “Isla Esmeralda” debido al verde intenso de sus campos.
Los leprenchauns, duendes de la tradición folclórica de Irlanda, visten ropas verdes en las versiones modernas, pero se dice que, originalmente, portaban prendas rojas, azules y otros implementos.
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¿Cuándo se celebra el Día de San Patricio? Ya vimos que cada 17 de marzo, un día que se presenta como una oportunidad sin igual para conocer algunos detalles de la cultura y tradiciones irlandesas. Pero ¿qué actividades se pueden realizar en el aula para que los estudiantes profundicen más en esta festividad? Te proponemos algunas alternativas sencillas y al mismo tiempo útiles para complementar los contenidos asociados.
Sabemos que un símbolo del Día de San Patricio es el trébol. Utilizando diferentes materiales, se propone dibujar, pintar o crear tréboles con cartulina. También se pueden confeccionar pequeños sombreros de duende. Todo esto es particularmente útil en el nivel primario.
Los duendes irlandeses son traviesos y cuentan sus moneras, pero ¿dónde guardan su tesoro? De manera individual o grupal, los estudiantes buscan el tesoro previamente ocultado por el/la docente. El objetivo es no solo encontrar el tesoro, sino también utilizar referencias, símbolos, datos y demás para guiar a los estudiantes (véanse las pitas, las preguntas, el dato escondido, entre otros). Se trata de una dinámica que promueve el trabajo en equipo y la retención de conocimientos de manera lúdica.
El folclore irlandés, así como su literatura (no solo la moderna escrita por Wilde, Joyce, Yeats o Swift), ofrece un amplio campo de trabajo en las aulas. Se pueden utilizar los cuentos de duendes (vimos arriba a los leprechauns) o las leyendas en torno a San Patricio. Con esto como base, enmarcado en la producción e interpretación de textos, los estudiantes pueden responder cuestionarios o elaborar versiones alternativas de las leyendas.
Si estás en una ciudad en la que el Día de San Patricio se celebra activamente, los docentes podrían considerar una excursión a los desfiles. De este modo, los estudiantes verían en primera persona cómo se celebra el día más importantes de los irlandeses: podrían escuchar música tradicional y otros detalles en honor al patrón de Irlanda. Pueblos como Albuñol en Granada o la ciudad de Murcia (ambos en España) lo tienen como santo patrono.
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