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El Día de Internet se celebra cada 17 de mayo para destacar el rol transformador de la red en la sociedad. Esta efeméride invita a reflexionar sobre cómo la tecnología facilita el acceso a la información y promueve el desarrollo cultural, educativo y económico. Además, se enfatiza la importancia del uso responsable, la ciberseguridad y la reducción de la brecha digital. Desde sus orígenes con ARPANET y la creación de la World Wide Web hasta el auge de las redes sociales, Internet ha revolucionado la comunicación y la interacción global. La celebración se convierte en un espacio para el diálogo y la propuesta de medidas que aseguren un acceso universal y seguro. ¿Quieres saber más? ¡Este texto te interesa!
El Día de Internet –como ocurre con todas las efemérides– es una jornada dedicada a pensar, reflexionar y celebrar el rol transformador que esta tecnología tiene en la sociedad actual. Si bien se resaltan los avances tecnológicos como la base para la expansión de la red alrededor del mundo, el impacto que tiene esta abarca mucho más que el lanzamiento de nuevos dispositivos: internet permite el acceso a la información, cuyo impacto en la cultura, la educación, la comunicación, entre otros, es incalculable.
Este día, entonces, se convierte en una tribuna para el diálogo, la discusión y la propuesta de medidas para promover el acceso universal y seguro a internet en cuanto herramienta para el desarrollo. Además, se recuerda que internet es el medio para que millones de personas puedan acceder a más y mejores oportunidades, ya sea en la educación o el trabajo. De hecho, es importante resaltar que internet no solo es medio para el entretenimiento y la construcción de redes entre personas, sino también un motor para el crecimiento.
Internet está presente en nuestras vidas desde hace muy poco tiempo si pensamos en la historia de la humanidad: se ha colado en todas nuestras interacciones y actividades apenas algunas décadas atrás. Esta es la demostración de su rápida evolución, que ha ido a la par de los dispositivos electrónicos cada vez más complejos. Así, internet a caminado codo a codo con la ciencia y otras innovaciones en las telecomunicaciones, como las redes satelitales y la fibra óptica. Conscientes de esto, los integrantes de la Asociación de Usuarios de Internet propusieron la creación del Día de Internet, cuya primera edición tuvo lugar el 25 de octubre de 2005.
Esta iniciativa, que condujo a la celebración de diversas actividades, hizo eco en las Naciones Unidas tras la Cumbre Mundial Sobre la Sociedad de la Información (CMSI) en Túnez. Un año después, en 2006, esta organización declaró el 17 de mayo como Día Mundial de las Telecomunicaciones y de la Sociedad de la Información. Con esta fecha adicional, se pone de manifiesto el lugar que ocupa internet en las sociedades actuales, donde la educación, la ciencia, el arte, las profesiones, los oficios, entre otros, encuentran espacio para su desarrollo. La información se ha convertido, gracias a esta conexión global, en un bien inmaterial que debe y puede llegar a todos. Se trata de un motor de desarrollo social, económico y cultural.
Este día busca los siguientes objetivos:
Concienciar sobre el alcance y posibilidades de internet para mejorar la calidad de vida de las personas.
Promover internet como herramienta para el acceso a información actualizada y de calidad.
Incentivar el uso responsable de internet, de modo tal que se sigan prácticas éticas y seguras, con especial énfasis en los niños y adolescentes.
Reducir la brecha digital y así favorecer el acceso a las TIC en comunidades que aún no disponen de estas tecnologías.
Involucrar a la población en la construcción de la sociedad de la información, en la que todos los actores, desde los ciudadanos hasta las instituciones, contribuyan al desarrollo.
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Estos son los cuatro momentos que dan cuenta de la evolución de internet desde su creación.
La historia detrás de ARPANET es muy conocida: se desarrolló durante la Guerra Fría como herramienta para las comunicaciones militares estadounidenses sin la dependencia de un ordenador central. Lo que ocurrió fue un hito: en 1969, ARPANET logró conectar a la Universidad de California en los Ángeles, el Instituto de Investigación de Stanford, la Universidad de California en Santa Bárbara y la Universidad de Utah. Si bien nunca llegó a consolidarse como una red mundial, las modificaciones e innovaciones que introdujo hacia 1983 sentaron las bases del internet que conocemos hoy.
Pero internet, tal y como lo conocemos en la actualidad, sienta sus bases en la creación de los protocolos de World Wide Web. Con estos, se pudo desplegar, en 1990, la primera página web de la historia. Esta proeza tecnológica tiene como protagonista a Tim Berners-Lee, quien había comenzado a desarrollar un sistema de gestión de la información que consistía en conectar los ordenadores entre sí para acceder fácilmente a ella.
Paralelamente, este investigador del CERN ya había trabajado en la creación del lenguaje HTML, el protocolo de transferencia de hipertextos (HTTP) y las direcciones URI o URL. Berners-Lee, echando mano de estas innovaciones, publicó la primera web el 20 de diciembre de 1990. Esta se caracterizó por su simpleza: enlaces y texto plano. Gracias a esto, durante esta década, se crearon cientos de nuevas páginas y también surgieron los primeros navegadores, entre ellos, Google.
La primera década del siglo XX estuvo marcada por la expansión de internet alrededor del mundo. Sus posibilidades se habían multiplicado debido a su rápido crecimiento: páginas webs más completas y completas, buscadores, juegos en línea, plataformas de vídeo, entre otros. Estos diez primeros años fueron testigos de la popularidad de MSN Messenger (lanzado en 1999), la creación de YouTube en 2005 y el posicionamiento de Google como buscador por excelencia. Todos y todas comenzaban a ser parte de la conectividad.
No obstante, la década de 2010 presenció un cambio aún mayor: si bien existían redes sociales como Hi5, Tuenti o MySpace, llegó Facebook para modificar por completo el panorama de la conectividad y, por supuesto, de la conectividad. Esta plataforma supuso un fenómeno mundial, ya que no solo se crearon millones de perfiles, sino que también los emergentes teléfonos inteligentes con conexión a internet comenzaron a incluir su aplicación. Lo que resta de historia se conoce por de más: aparecieron Twitter (en la actualidad, X), Instagram, TikTok y muchas otras redes sociales.
Ya hemos visto, y lo constatamos cada día, que internet está en todos lados y que, de cierta forma, dependemos de él: nos permite realizar búsquedas, consultar mapas en tiempo real, realizar compras, acceder a recursos audiovisuales, estudiar a distancia e interactuar con la inteligencia artificial. Pero ¿qué supone todo esto? Lo primero de todo es que la principal preocupación de los especialistas en internet y redes es la privacidad: ¿cómo se usan los datos?, ¿cómo acceden las empresas a ellos?, ¿cuál es el impacto o alcance de nuestra huella digital?, ¿son realmente efectivas las políticas de privacidad y protección de datos?
La ciberseguridad es uno de los temas más resaltantes de esta época. Los usuarios de plataformas virtuales y aplicaciones móviles se enfrentan al riesgo de robo de datos, estafas, suplantaciones de identidad y otros delitos informáticos. ¿Cómo enfrentar estos problemas? La alfabetización digital debe –sí, se trata de una obligación– dotar a las personas de conocimientos sobre métodos y prácticas seguras en la red. Se trata de una necesidad de nuestro tiempo, en cuanto los datos se han convertido en unos de los bienes más preciados en la industria y el comercio, todo en el marco del big data y la ingeniería de datos.
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