Índice
Si te han dolido los “huesos” del frío o has sentido mareos por el calor, sabrás lo difícil que resulta vivir o trabajar con condiciones de temperatura demasiado bajas o altas. Y es que los seres humanos tenemos una temperatura interna que condiciona aquellas temperaturas en las que sentimos más bienestar. Todo se trata de una cuestión de equilibrio entre el ambiente y el propio cuerpo. Y, para regular esto en espacios interiores, ha surgido el concepto de confort término.
El confort térmico se define como la sensación de satisfacción con las condiciones ambientales de un espacio, especialmente en lo que respecta a la temperatura y la humedad. Se trata de un estado subjetivo, ya que lo que resulta confortable para una persona puede no serlo para otra. Sin embargo, existen ciertos factores que determinan en gran medida el confort térmico de un edificio o lugar.
Para tener unas guías o bases que establecen los parámetros para conseguir un ambiente interior confortable se creó la Norma ISO 7730.
De acuerdo la Norma ISO 7730 el confort térmico de las personas se alcanza cuando el intercambio de energía entre su cuerpo y el entorno se realiza manteniendo una temperatura corporal constante de aproximadamente 36ºC, sin necesidad de activar mecanismos de defensa como el temblor o la sudoración.
Para conseguir esto, se establece una evaluación de los siguientes factores que determinan el equilibrio térmico:
Es el factor más importante para el confort térmico. En términos de sostenibilidad, las instalaciones deberían mantener una temperatura entre 21ºC y 25ºC.
No obstante, en términos de calefacción y refrigeración son: 21ºC en calefacción y 26ºC en refrigeración. Sin embargo, por circunstancias especiales de ahorro energético, en España se ha establecido una temperatura máxima de calefacción en 19ºC y mínima en refrigeración de 27ºC.
La humedad relativa ideal para el confort térmico se encuentra entre el 40% y el 60%. Un ambiente demasiado húmedo puede provocar sensación de calor, mientras que uno demasiado seco puede resecar las mucosas.
La velocidad del aire también influye en el confort térmico. Un movimiento de aire excesivo puede provocar sensación de frío, mientras que un ambiente estancado puede resultar agobiante.
El nivel de actividad física de las personas que ocupan un espacio también influye en el confort térmico. Las personas que realizan una actividad física intensa necesitan una temperatura más baja que las que están en reposo.
La ropa que se lleva también influye en la sensación de confort. En general, es recomendable llevar ropa ligera y transpirable en ambientes cálidos, y ropa más abrigada en ambientes fríos
Existen diferentes estrategias para lograr el confort térmico en un espacio, como
La búsqueda de un confort térmico en los edificios, sin dañar el medio ambiente, es cada vez más importante. Afortunadamente, existen diversas técnicas sostenibles que permiten climatizar los espacios de forma eficiente y con un menor consumo de energía, lo que se traduce en un ahorro económico y una reducción de la huella de carbono. Estas son algunas de ellas:
Vegetación y cubiertas verdes
La presencia de vegetación alrededor del edificio ayuda a refrescarlo en verano y protegerlo del viento, reduciendo la necesidad de utilizar sistemas de climatización artificial.
A su vez, las cubiertas verdes, además de sus beneficios estéticos, actúan como aislante térmico natural, mejorando el confort térmico del edificio y reduciendo el consumo energético.
Uso de materiales sostenibles
La elección de materiales de construcción sostenibles, como madera, corcho o tierra cruda, puede contribuir a mejorar el confort térmico y la eficiencia energética del edificio.
Bioclimatización
Se trata de diseñar edificios teniendo en cuenta los principios de la arquitectura bioclimática, que buscan aprovechar al máximo los recursos naturales para climatizar los espacios.
Aprovechamiento de la energía solar
Control domótico
La implementación de un sistema de control domótico permite gestionar de forma eficiente la climatización del edificio. De esta forma se optimiza el consumo de energía y se ajustan las condiciones ambientales a las necesidades de los ocupantes.
Para evaluar el bienestar térmico de un edificio, se pueden utilizar diferentes métodos, como:
Existen diferentes normativas que regulan el confort térmico en edificios. No obstante, como hemos mencionado, la norma ISO 7730 es la más usada.
Estas normativas establecen los requisitos mínimos que deben cumplir los edificios para garantizar el confort térmico de sus ocupantes.
El confort térmico es uno de los aspectos que se tienen en cuenta para obtener las certificaciones de sostenibilidad de edificios, como LEED o BREEAM. Estas certificaciones reconocen a los edificios que son más eficientes energéticamente y que ofrecen un mayor confort térmico a las personas que lo habitan o trabajan en él.
Conseguir el confort térmico es un factor importante para la salud y el bienestar de las personas. Un buen confort térmico puede mejorar la productividad y la calidad de vida de las personas que ocupan un espacio. En consecuencia, en entornos laborales cobra una especial importancia.
CURSO DE CLIMATIZACIÓN INDUSTRIAL
MÁSTER EN CLIMATIZACIÓN FRÍO INDUSTRIAL
NormasISO.org (2024) Recuperado de NormasISO.org: "Norma ISO 7730" en la categoría edificación y construcción.
Nuestra Formación
Nuestro porfolio se compone de cursos online, cursos homologados, baremables en oposiciones y formación superior de posgrado y máster.
Ver oferta formativa¡Muchas gracias!
Hemos recibido correctamente tus datos. En breve nos pondremos en contacto contigo.