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La terapia manual es un tratamiento que se compone de una serie de técnicas para tratar el dolor en el cuerpo derivado de los sistemas neuronal, muscular y esquelético, especialmente en las extremidades y en la columna vertebral. Como su nombre bien indica, se caracterizan por aplicarse directamente mediante movimientos de manos.
Normalmente, se suele asociar la terapia manual a los masajes y a la quiropráctica, enmarcados dentro de la fisioterapia. No obstante, una diferencia destacable con otras subramas de la fisioterapia es que la terapia manual sí está avalada por evidencia científica, por lo que su eficacia en la mejora de lesiones musculares y de las funciones corporales biomecánicas está más que demostrada. No se puede decir lo mismo, por ejemplo, de los quiromasajes o la reflexología.
No, la terapia manual y la fisioterapia no son lo mismo. La fisioterapia es una rama de la medicina que se enfoca en el tratamiento de lesiones y enfermedades mediante el uso de técnicas físicas, como la terapia manual.
La terapia manual, por otro lado, es una técnica de tratamiento que utiliza maniobras manuales para corregir las disfunciones musculoesqueléticas y mejorar la movilidad de las articulaciones. En otras palabras, la terapia manual es una herramienta que pueden aplicar los fisioterapeutas como parte de su enfoque de tratamiento, pero no es lo mismo que la fisioterapia en sí misma.
Otras técnicas usadas en fisioterapia que contrastan con la terapia manual son la terapia electro-física, la prescripción de ejercicios y estiramiento terapéuticos autónomos, la terapia acuática y los masajes.
A su vez, aunque la terapia manual y los masajes guarden muchas semejanzas, tampoco son lo mismo. De hecho, una diferencia fundamental radica en las técnicas que utilizan: mientras que los masajes se sirven de movimientos de presión y fricción, la terapia manual se basa en ajustes, estiramientos y otros tipos de manipulación corporal.
A diferencia de otros tipos de masaje, la terapia manual no está destinada a la relajación muscular o a reducir el malestar psicológico. Si bien puede traer estos efectos positivos como beneficios colaterales, su enfoque es eminentemente terapéutico y físico.
Así es como puede ayudar la terapia manual en el cuerpo humano:
Con la terapia manual se puede ejercer fuerza de tracción para separar un poco las vértebras y liberar la rigidez articular, mejorando automáticamente la movilidad de la zona. También ayuda a reducir el dolor y la inflamación.
La liberación miofascial se enfoca en el tratamiento de puntos dolorosos específicos en los músculos y tejidos blandos, conocidos como puntos gatillo miofasciales. Estos puntos gatillo miofasciales son áreas de tensión y dolor que pueden verse aliviados mediante la terapia manual.
Es una rama de la fisioterapia que se enfoca en el tratamiento de lesiones y disfunciones del sistema nervioso. Para ser más exactos, se centra en el diagnóstico y tratamiento de problemas relacionados con los nervios periféricos, como la neuropatía, la radiculopatía y otros trastornos neurológicos.
La terapia manual también puede aplicarse en la zona del abdomen para tratar dolencias estomacales o estreñimiento. No obstante, la terapia manual solo será un complemento para dolencias del tracto digestivo que un profesional de la salud recetará a un paciente al margen de su tratamiento ordinario.
Como todo tratamiento médico y científicamente reglado, la terapia manual sigue un procedimiento simple y predecible, pero muy efectivo. Las personas que acuden a la terapia manual suelen aludir dolor y malestar por esguinces, molestias en articulaciones (frecuentemente en hombros, cadera y rodillas), tendinopatías, lumbalgias y otras dolencias propias del aparato locomotor.
Es por ello que es crucial la detección acertada de lesiones y su correcto diagnóstico. Así pues, en primer lugar, se realiza una exploración física exhaustiva donde el paciente refiere dolor o tensión. Esta exploración física podrá ser manual, pero también se recomienda combinarla con pruebas médicas reveladoras como radiografías o resonancias.
Una vez obtengamos los resultados de las pruebas, el fisioterapeuta procederá a prescribir un tratamiento que puede incluir o no la terapia manual en función de las dolencias identificadas. Por norma general, la terapia manual va acompañada de otras técnicas como la electroterapia. La terapia manual se compone de una serie de técnicas que ayudan a mejorar el estado físico del paciente, pero no debe servir como tratamiento único, sino que conviene combinarla y potenciarla con otros métodos dentro de la fisioterapia reglada.
La terapia manual puede prescribirse como un complemento auxiliar a un tratamiento principal para más lesiones que las anteriormente mencionadas como los esguinces o la lumbalgia. De esta forma, la terapia manual puede atenuar el dolor provocado por:
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