Curso de Virología para Técnicos Especialistas de Laboratorio (Titulación Universitaria + 8 Créditos ECTS)
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El herpes zóster, conocido también como culebrilla, es una enfermedad viral que causa una dolorosa erupción cutánea. A pesar de ser común, muchos desconocen sus causas, síntomas y tratamientos. En este artículo, exploraremos en detalle qué es el herpes zóster, cómo afecta la piel y sus opciones de manejo.
El herpes zóster es causado por la reactivación del virus varicela-zóster, el mismo que provoca la varicela. Tras haber tenido varicela, el virus permanece latente en las raíces nerviosas. En ocasiones, especialmente en personas con sistemas inmunitarios debilitados o mayores (debido a la inmunosenescencia), el virus puede reactivarse y causar herpes zóster.
La reactivación del virus varicela-zóster ocurre en un ganglio de la raíz dorsal, afectando los nervios y la piel, y causando una erupción característica en una zona específica del cuerpo, normalmente sobre las fibras nerviosas infectadas.
¿Quién puede tener herpes zóster?
Cualquier persona que haya tenido varicela puede desarrollar herpes zóster, sin necesidad de contacto directo con alguien con varicela. Es más común en personas mayores de 50 años, aunque puede presentarse a cualquier edad. El brote de herpes zóster usualmente aparece una vez en la vida, aunque hasta un 6% pueden experimentar un segundo brote.
El herpes zóster atraviesa varias fases:
Fase prodrómica: Dolor, ardor o picazón antes de la erupción.
Fase eruptiva: Erupción cutánea con pequeñas ampollas que siguen un patrón nervioso.
Fase de costras: Las ampollas se secan y forman costras que luego caen.
El síntoma más característico del herpes zóster es una erupción cutánea dolorosa con ampollas, aunque puede variar entre personas, causando inflamación y sensibilidad.
Neuralgia posherpética: Un problema común es el dolor persistente (neuralgia posherpética) que puede durar mucho tiempo tras la desaparición de la erupción.
El tratamiento se centra en aliviar los síntomas y acelerar la recuperación. Los medicamentos antivirales (aciclovir, famciclovir, valaciclovir) son eficaces si se administran pronto. Además, los analgésicos y medicamentos para la picazón, junto con compresas húmedas, son recomendados. En casos de herpes zóster oftálmico o ótico, se requiere consulta con oftalmología u otorrinolaringología.
La vacunación está recomendada para personas mayores de 65 años, y también para mayores de 18 años con alto riesgo, como aquellos con ciertas condiciones médicas específicas. En España, la vacunación consta de dos dosis aplicadas entre 2 y 6 meses.
Tratamientos tópicos: Cremas hidratantes y corticosteroides para aliviar y acelerar la cicatrización.
Cremas antivirales: Ayudan a prevenir la propagación y complicaciones.
Evitar hipersensibilidad: No rascarse, usar ropa suave y aplicar compresas frías.
Prevención de cicatrices: Protección solar y productos para cicatrices ayudan a minimizar su aparición.
La información proporcionada en este artículo es informativa y no sustituye la consulta médica. Para cualquier duda o problema relacionado con tu salud, consulta a un profesional sanitario.
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