¿Por qué eliminar los tabús sobre los trastornos sexuales?

Los trastornos sexuales, a pesar de su importancia y relevancia en la vida cotidiana y la salud mental, son un tema tabú. Esto se traduce en la perpetuación de estigmas, la ignorancia en torno a estos problemas y la escasa información sobre el tratamiento adecuado. Precisamente, esta falta de visibilidad la que resalta la urgente de abordar estos trastornos de manera más abierta y comprensiva. 

Desde la disfunción eréctil hasta la anorgasmia, pasando por la falta de deseo sexual o la adicción al sexo, los trastornos sexuales abarcan una amplia gama de dificultades que pueden afectar la calidad de vida y las relaciones interpersonales de quienes los experimentan. Sobre los trastornos sexuales, hablamos en este post. ¡Sigue leyendo! 

Trastornos sexuales más comunes 

Los trastornos sexuales son condiciones que afectan la capacidad de una persona para experimentar satisfacción sexual o para participar en actividades sexuales de manera saludable y satisfactoria. Estos son los trastornos más comunes: 

• Disfunción eréctil: dificultad para mantener una erección lo suficientemente firme para tener relaciones sexuales satisfactorias. 
• Eyaculación precoz: eyaculación que ocurre de manera rápida e incontrolable antes o poco después de la penetración. 
• Falta o disminución del deseo sexual: también conocido como deseo sexual hipoactivo, se caracteriza por una disminución significativa en el interés por el sexo. 
• Anorgasmia: incapacidad para alcanzar el orgasmo, ya sea durante la actividad sexual o mediante la masturbación. 
• Vaginismo: espasmos involuntarios en los músculos vaginales que dificultan o impiden la penetración. 
• Dispareunia: dolor durante las relaciones sexuales, que puede ser causado por diversas razones como infecciones, problemas físicos o trastornos psicológicos. 
• Adicción al sexo: comportamiento sexual compulsivo y persistente que interfiere en la vida cotidiana y las relaciones interpersonales. 

¿Cuáles son las causas de los trastornos sexuales? 

Las causas de los trastornos sexuales son variadas y por supuesto necesitan de una atención médica para reconocerlos con precisión. De hecho, la aparición de estos comportamientos puede ser multifactorial, es decir, a menudo involucra aspectos físicos, psicológicos y sociales.  

A continuación, mencionamos algunos factores que pueden contribuir a la aparición de los trastornos: 

• Factores físicos: problemas de salud física, como enfermedades crónicas, lesiones nerviosas, desequilibrios hormonales, efectos secundarios de medicamentos, cirugías pélvicas o enfermedades cardiovasculares, pueden afectar la función sexual y provocar trastornos como la disfunción eréctil o la anorgasmia. 
• Factores psicológicos: el estrés, la ansiedad, la depresión, la baja autoestima, los conflictos de pareja, los traumas sexuales pasados, los problemas de imagen corporal o la culpa relacionada con la sexualidad son ejemplos de factores psicológicos que pueden contribuir a los trastornos sexuales. Estos factores pueden influir en el deseo sexual, la excitación, el orgasmo y la satisfacción sexual. 
• Factores sociales y culturales: las creencias culturales, las normas sociales, la educación sexual deficiente, el acceso limitado a información precisa sobre sexualidad y los tabúes en torno al sexo pueden influir en la percepción individual de la sexualidad y contribuir a la aparición de trastornos sexuales. La falta de comunicación abierta sobre temas sexuales también puede dificultar la búsqueda de ayuda y tratamiento. 
• Factores relacionados con el estilo de vida: el consumo de alcohol, tabaco o drogas, el sedentarismo, una mala alimentación y el estrés crónico pueden afectar negativamente la función sexual y contribuir al desarrollo de trastornos sexuales. 

¿Cómo se tratan estos trastornos? 

En este punto, queremos destacar algo: en caso de que tengas sospechas o síntomas de algún trastorno sexual consulta al médico o profesional de la salud mental para obtener un diagnóstico preciso. En algunos casos, la terapia sexual, realizada por un terapeuta especializado en problemas sexuales, puede ayudar a abordar los aspectos psicológicos y emocionales de los trastornos sexuales.  

También se pueden recetar medicamentos para tratar trastornos sexuales específicos, o para tratar la depresión o ansiedad que contribuyen a los trastornos sexuales. Para algunos trastornos sexuales causados por problemas físicos, como la disfunción eréctil debido a enfermedades cardiovasculares o la falta de lubricación vaginal debido a cambios hormonales, se pueden utilizar tratamientos médicos específicos. 

Asimismo, adoptar un estilo de vida saludable que incluya una alimentación equilibrada, ejercicio regular, gestión del estrés y reducción del consumo de alcohol, tabaco y drogas puede ayudar a mejorar la función sexual y reducir los síntomas de los trastornos sexuales. 

Habla de los trastornos sexuales, busca apoyo  

Como te decíamos al inicio, a menudo los trastornos sexuales se ven envueltas en un velo de vergüenza y silencio, lo que impide que quienes las padecen busquen ayuda o apoyo. Es fundamental desterrar los mitos y estereotipos que rodean a los trastornos sexuales, y en su lugar fomentar una conversación abierta y comprensiva que promueva el acceso a la información y los recursos necesarios para abordar estos problemas de manera efectiva. 

Buscar apoyo es fundamental porque los trastornos sexuales pueden influir en la salud emocional, la autoestima y las relaciones interpersonales. La negación o la evasión de estos problemas solo agravan la situación, mientras que buscar ayuda profesional puede proporcionar recursos, estrategias y tratamientos efectivos para abordar los trastornos sexuales de manera constructiva.  

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