Máster en Sexología Clínica. Intervención y Terapia Sexual + Titulación Universitaria
Online
1500h
5 ECTS
Índice
El trastorno orgásmico femenino es una condición que afecta a muchas mujeres en todo el mundo, aunque a menudo no se discute abiertamente debido a la naturaleza íntima del problema y los estigmas sociales asociados con la sexualidad femenina. Este trastorno se refiere a la dificultad o incapacidad recurrente para alcanzar el orgasmo después de la excitación sexual adecuada.
En este blog, vamos a conocer qué es exactamente el trastorno orgásmico femenino, sus posibles causas, cómo se diagnostica y qué opcimientes de tratamiento están disponibles.
El trastorno orgásmico femenino (TOF), también conocido como anorgasmia, es una disfunción sexual que se caracteriza por la dificultad o la incapacidad reiterada de alcanzar el orgasmo femenino después de una excitación sexual adecuada. No todas las dificultades para llegar al orgasmo constituyen un trastorno, sin embargo, cuando estas dificultades son persistentes y causan angustia, se clasifican como TOF.
Las manifestaciones de esta disfunción pueden ser diversas, desde la incapacidad total para experimentar orgasmos hasta la presencia de estos de manera tardía o con una intensidad menor a la anticipada. Es crucial reconocer que el clímax sexual es una vivencia profundamente personal y su naturaleza puede diferir significativamente de una mujer a otra.
Es esencial subrayar que la capacidad de alcanzar el orgasmo no solo está influenciada por causas biológicas, sino también por factores psicológicos y contextuales. La comunicación en la pareja, la autoestima, y las actitudes hacia la sexualidad juegan un papel fundamental en la sexualidad femenina.
Por lo tanto, el abordaje terapéutico del trastorno orgásmico femenino puede requerir un enfoque integral que contemple la educación sexual, la psicología sexual, la terapia de pareja, y en algunos casos, la intervención farmacológica para tratar condiciones subyacentes que puedan estar interfiriendo con la respuesta sexual. La meta es facilitar un entorno donde la mujer pueda explorar y expresar su sexualidad de manera saludable y satisfactoria.
Las causas del trastorno orgásmico femenino son múltiples y pueden variar de una mujer a otra. A continuación, conoceremos algunas de sus causas más comunes:
El tratamiento del trastorno orgásmico femenino, depende de la causa subyacente y de la gravedad del problema. El enfoque terapéutico suele ser multidisciplinarios e involucra una combinación de estrategias incluyendo:
La terapia sexual es un componente fundamental del tratamiento y puede ser realizada por un terapeuta sexual o un psicólogo con experiencia en sexología. En la terapia sexual, se trabajan diversos aspectos como:
Si se identifican problemas psicológicos latentes como la ansiedad, la depresión o traumas, la terapia psicológica individual o de pareja puede ser necesaria para abordarlos.
En algunos casos, se pueden recetar medicamentos para tratar condiciones médicas subyacentes al trastorno orgásmico femenino, como los desequilibrios hormonales o la depresión.
En ciertos casos, se puede considerar otras terapias como la acupuntura, el yoga o la meditación para ayudar a reducir el estrés y la ansiedad, y mejorar la respuesta sexual.
Los Ejercicios de Kegel se destacan por su enfoque en el dominio del suelo pélvico, una estructura clave en la anatomía interna que sostiene nuestras vísceras y se extiende como un soporte a lo largo de la pelvis. Este conjunto de músculos y tejidos, que muchos aún no conocen, posee una gran sensibilidad y es capaz de ser controlado conscientemente, permitiendo una mayor resistencia y agilidad.
El suelo pélvico no solo es fundamental para funciones básicas como la eliminación de residuos, sino que también juega un rol crucial en diversas respuestas fisiológicas, incluyendo el proceso del orgasmo. A pesar de su importancia, esta área sigue siendo una de las menos comprendidas y más ignoradas en términos de conocimiento corporal por la mayoría de las personas.
Fomentar la familiaridad con el suelo pélvico y combatir la desinformación y los prejuicios sobre la sexualidad son pasos esenciales para mejorar nuestra experiencia sexual. Este aprendizaje además de ser beneficioso para uno mismo, también puede enriquecer la relación de pareja, creando un vínculo más íntimo y satisfactorio a través de un mayor entendimiento y disfrute de nuestro propio cuerpo.
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