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Trabajar, sea donde sea, pone en riesgo la salud y la seguridad de los trabajadores. Estos requieren de una atención constante y cuidadosa ya que su integridad siempre está en juego. Por tanto, en este contexto, conocer los 7 tipos de riesgos laborales representan una realidad muy importante para tener una comprensión profunda y una gestión adecuada de ellos.
Los riesgos laborales pueden surgir en cualquier parte y en cualquier momento, según su diversidad y complejidad. Pueden ocurrir desde una oficina tranquila hasta un entorno industrial activo. Su manifestación puede llegar de cualquier manera, desde amenazas físicas hasta peligros más sutiles. Estos 7 tipos de riesgos laborales, además de provocar riesgos físicos, influyen en el bienestar psicológico y emocional.
Todos los trabajadores están expuestos, en mayor o menor medida, a los distintos riesgos laborales que existen. Es esencial reconocer que no son simples accidentes laborales, sino que son el resultado de una serie de factores combinados, que incluyen condiciones de trabajo inseguras, exposición a sustancias tóxicas y peligrosas o prácticas laborales inadecuadas.
La seguridad y salud laboral son aspectos fundamentales en el área laboral, y por ello, las medidas preventivas son una herramienta vital para que no ocurran estas situaciones. La definición de los riesgos laborales se define como aquellos que ponen en peligro la integridad física y mental de los trabajadores que se encuentran en el entorno laboral. Su clasificación en diferentes categorías se da según sus características y su origen. Estos 7 tipos de riesgos laborales representan situaciones o condiciones que pueden llegar a provocar daños a los trabajadores. Veamos cómo es su clasificación:
Se trata de las condiciones o situaciones en el entorno de trabajo donde resultan lesiones físicas debido a maquinaria, herramientas, procesos de trabajo o equipos defectuosos. Los riesgos mecánicos llegan a incluir situaciones peligrosas y extremas como cortes, impactos, aplastamiento, atrapamiento o golpes, entre otros que ocurren en los riesgos mecánicos.
Pueden causar lesiones corporales, cualquier clase de contusión, enfermedades, e incluso la muerte. En estos casos, es fundamental que los trabajadores implementen medidas preventivas como modo de seguridad. Algunas pueden ser señalización de áreas peligrosas, uso de guantes de protección o tener la capacidad de usar ese tipo de maquinaria.
Uno de los 7 tipos de riesgos laborales, los riesgos biológicos son aquellas exposiciones que se dan ante agentes biológicos como virus, hongos, bacterias y parásitos, que pueden llegar a provocar la aparición de enfermedades infecciosas. Estos riesgos biológicos son de los riesgos laborales más comunes ocurridos en hospitales, laboratorios o sectores de atención de salud. Y otros lugares que suelen ocurrir son las escuelas, las guarderías, colegios o universidades.
Su prevención incluye el uso de equipos de protección personal (EPP) adecuados a la situación, como guantes, batas o mascarillas, al igual que los protocolos de higiene y desinfección rigurosos que se deben implementar.
Hablamos de los riesgos relacionados con los factores ambientales que afectan a la salud y seguridad de los trabajadores. Los riesgos físicos se concentran en el ruido excesivo, las radiaciones ionizantes y no, las vibraciones, la iluminación inadecuada y las temperaturas extremas, entre otras. De los 7 tipos de riesgos laborales, los riesgos físicos pueden ser los menos obvios. No todos se pueden ver o tocar. Los riesgos físicos son aquellos que afectan a los trabajadores que están expuestos a temperaturas extremas o entornos de trabajo nocivos.
Son los tipos de riesgos que provocan trastornos músculo-esqueléticos que afectan al cuello, la espalda, las extremidades o los hombros, y pueden incluir cualquier daño o trastorno de las articulaciones u otros tejidos. Los riesgos ergonómicos provocan problemas de salud que van desde leves hasta enfermedades más graves que requieren baja por enfermedad o tratamiento médico. Los problemas de los riesgos ergonómicos vienen de la adopción de posturas forzadas, la manipulación manual de cargas, por hacer movimientos repetitivos y por la aplicación de fuerzas.
Se refieren a los riesgos dados por la exposición a sustancias químicas peligrosas en el entorno laboral. Las sustancias químicas dañan al organismo por inhalación, absorción de la piel o ingestión. Los productos químicos que pueden producir los riesgos químicos pueden ser productos de limpieza, ácidos, disolventes, pinturas, humos o vapores que provienen gases, soldaduras, materiales inflamables, solventes, explosivos, etc.
Los efectos más peligrosos de los riesgos químicos pueden llegar a ser corrosión, asfixia, anestésicos, cáncer o reacción alérgica. Y para evitar estas situaciones, la empresa debe identificar y etiquetar correctamente los productos químicos, proporcionar equipos de protección personal adecuados y capacitar a los trabajadores sobre riesgos y medidas de seguridad.
Son uno de los 7 tipos de riesgos laborales que están originados por una deficiente organización y gestión de las tareas y el ambiente social negativo que se respira en el entorno laboral. Los factores de los riesgos psicosociales pueden llegar a afectar a la salud física, social y psíquica del trabajador. ¿Y qué provoca riesgos psicosociales? La carga excesiva de trabajo, la falta de claridad en las funciones que debe desempeñar, o la comunicación ineficaz, entre otros.
Los riesgos ambientales son aquellas condiciones del entorno de trabajo que llegan a ser un impacto negativo en la salud y la seguridad de los trabajadores. Estos tipos de riesgos están relacionados con fenómenos naturales como el calentamiento global y sus efectos, los cuales son cada vez más impredecibles y radicales. Por ejemplo, las temperaturas extremas, como calor o frío extremo, los niveles peligrosos de radiación o la contaminación atmosférica.
Y los efectos que tienen los riesgos ambientales pueden ser deshidratación, insolación, quemaduras, etc. Para evitar estos riesgos ambientales, las empresas deben realizar evaluaciones regulares del entorno de trabajo, dando por seguro que las instalaciones cumplen con las normas de seguridad y salud.
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