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Antes de profundizar en la psicología positiva en el aula, queremos que entiendas el concepto base de la psicología positiva, porque nada tiene que ver con reprimir las emociones o evitar los sentimientos negativos. Tampoco se refiere al hecho de no ver el lado negativo de las cosas o de conformarse con aquello que nos hace sentir incómodos. Más bien, esta rama de la psicología consiste en todo lo contrario: en detectar aquellos puntos oscuros de nuestros procedimientos o factores externos que nos afligen y de saber como resolverlos de la manera más asertiva posible.
Uno de los principales objetivos de la psicología positiva es encontrar y comprender qué factores contribuyen a una vida plena y significativa, y cómo se pueden fomentar estas características en las personas. Esto, extrapolado al ámbito educativo, consistiría en optimizar el proceso de aprendizaje, buscando los puntos que más motivan a los alumnos y fortaleciendo sus habilidades.
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La psicología positiva es una rama de la psicología que se centra en el estudio y promoción de aspectos positivos del ser humano, como las emociones positivas, las fortalezas personales y el bienestar psicológico. A diferencia de otras corrientes psicológicas, que se enfocan en tratar problemas y trastornos, la psicología positiva se orienta hacia el crecimiento personal, la felicidad y el florecimiento humano, interesándose por el estudio de las emociones positivas, como: la gratitud, la alegría, la esperanza y la satisfacción, así como por el desarrollo de fortalezas y virtudes personales, como la resiliencia, la creatividad, el optimismo y la empatía.
La psicología positiva en el aula se usa con el fin de crear un buen ambiente para el aprendizaje, fomentar la inclusión, la igualdad y dar a conocer los puntos fuertes de cada alumno. Además, mira todo lo que se puede conseguir aplicándola:
Mejorar el clima y la cultura escolar: la psicología positiva proporciona herramientas y estrategias para fomentar un clima escolar positivo, inclusivo y motivador. Se enfoca en fortalecer las relaciones interpersonales, promover la empatía y la colaboración. Esto hace que se cultive un entorno propicio para el aprendizaje y el bienestar de todos los estudiantes.
Desarrolla fortalezas y habilidades sociales: esta rama de la psicología centra en el reconocimiento y el desarrollo de las fortalezas individuales de los estudiantes, como la creatividad, la resiliencia, el optimismo y la gratitud. Esto les ayuda a desarrollar habilidades socioemocionales importantes, como la autorregulación emocional, la empatía, la resolución de conflictos y la comunicación efectiva.
Fomenta el optimismo y la resiliencia: la psicología positiva en el aula trabaja en el fortalecimiento del pensamiento positivo y el optimismo, lo que contribuye a que los estudiantes vean los desafíos como oportunidades de crecimiento y superación. Además, se enfoca en el desarrollo de la resiliencia, ayudando a los estudiantes a enfrentar y superar las adversidades y a mantener una actitud de perseverancia.
Potencia el sentido de pertenencia: promueve la búsqueda y el descubrimiento del sentido de vida y de pertenencia en los estudiantes. Ayuda a que los jóvenes encuentren motivación y propósito en sus estudios, conectando el contenido curricular con sus intereses personales y metas futuras.
Para aplicar la psicología positiva en el aula, se debe de hacer mediante actividades adaptadas a la edad, necesidades y características de cada grupo de alumnos. Para que puedas hacerte una idea y basarte en ejemplos reales, aquí te dejamos cinco actividades como ejemplo:
Diario de gratitud: pide a los estudiantes que lleven un diario de gratitud, en el cual escriban diariamente tres cosas por las que se sienten agradecidos. Esto les ayudará a enfocarse en lo positivo de sus vidas y a cultivar una actitud de gratitud. Al final de la semana, pueden compartir sus reflexiones en clase y discutir cómo el enfoque en la gratitud ha impactado su bienestar emocional.
Carteles de fortalezas: realiza una actividad en la que los estudiantes identifiquen y compartan sus fortalezas personales. Luego, haz que exhiban los carteles en el aula para que todos puedan apreciar y reconocer las fortalezas de sus compañeros. Esto promoverá un ambiente de aprecio y positividad.
Momentos de mindfulness: dedica unos minutos en cada clase para realizar ejercicios breves de mindfulness. Puedes guiar a los estudiantes en prácticas de respiración consciente, atención plena al presente o visualización positiva. Estos momentos de calma ayudarán a reducir el estrés y a aumentar la concentración.
Cajas de cumplidos: coloca cajas de cumplidos en el aula, donde los estudiantes puedan escribir notas de aprecio y reconocimiento hacia sus compañeros. Anima a que todos participen y que cada día se lean algunos de los cumplidos en voz alta.
Proyecto de servicio comunitario: organiza un proyecto de servicio comunitario en el que los estudiantes puedan aplicar sus habilidades y fortalezas para ayudar a los demás. Pueden participar en actividades de voluntariado, recolectar donaciones o desarrollar iniciativas para mejorar su comunidad.
Después de leer este post, igual te ha surgido la idea de que la psicología positiva se parece bastante al coaching, pues bien, aunque ambas disciplinas comparten muchos puntos en común y el objetivo sea proporcionar a las personas una vida plena partiendo de las emociones positivas y desde el desarrollo personal, si hay que puntualizar lo siguiente: mientras la psicología positiva está respaldada por investigaciones científicas y teorías psicológicas sólidas y se fundamenta en estudios empíricos y enfoques científicos para comprender la psicología humana, el coaching se basa en una combinación de prácticas, técnicas y enfoques derivados de diversas disciplinas, como la psicología, la gestión empresarial y la motivación personal.
Además, cualquier rama de la psicología tiene un enfoque terapéutico, mientras que el coaching se centra en el crecimiento personal y el desarrollo profesional, brindando apoyo y orientación para alcanzar metas específicas y superar desafíos.
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Cristina Polo Calvo
COPYWRITER
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