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Algunas personas prefieren el árbol de Navidad frente al belén, otras optan por los Reyes Magos en lugar de Papá Noel, y algunas disfrutan de todo por igual. Entre las luces, las fiestas, las cenas y los regalos, ¿te has planteado alguna vez de dónde surgieron estas tradiciones? Si te interesa, acompáñanos en este artículo, donde hablaremos sobre la Navidad pagana: dos conceptos que, aunque puedan parecer opuestos, están profundamente conectados.
Algunos historiadores afirman que las raíces paganas de la Navidad se encuentran en las festividades romanas que se celebraban durante el solsticio de invierno, como el Dies Natalis Solis (el nacimiento del sol), conmemorada el 25 de diciembre, o las Saturnales, fiestas dedicadas a Saturno, dios de la cosecha. Sin embargo, esta teoría no es unánime. Otros expertos sostienen que estas celebraciones paganas surgieron únicamente tras la consolidación del cristianismo.
La respuesta parece obvia: porque Jesús nació en diciembre… ¿o no? En realidad, los Evangelios no indican ninguna fecha específica para el nacimiento de Cristo. Antes del cristianismo, muchas culturas, como los celtas y los romanos, ya celebraban los solsticios de invierno y verano con diversos rituales.
En Roma, por ejemplo, el 25 de diciembre coincidía con la fiesta de Sol Invictus, mientras que los celtas conmemoraban el Yule en fechas similares. Ambas tradiciones marcaban el final de un ciclo y el comienzo de otro, algo que quizás refleja la necesidad humana de renacer y comenzar de nuevo.
Este periodo del año también era un momento para agradecer a las deidades, especialmente por las cosechas y los nacimientos. Se celebraban con banquetes, bailes y ofrendas, a menudo sangrientas. En Roma, desde el 15 de diciembre, se llevaban a cabo las Saturnales en honor a Saturno, mientras que en Grecia se realizaban festividades dedicadas a Deméter, diosa de la fertilidad y la agricultura.
Qué sería de la Navidad sin las luces, los regalos, las cenas abundantes y ese particular "espíritu navideño"?
Los celtas, más que el marketing moderno, son responsables de muchos de los símbolos que asociamos con esta época. Durante el Yule, que daba comienzo a un nuevo ciclo, se encendía un fuego durante toda la noche para proteger el hogar de los espíritus malignos. Este ritual originó el famoso tronco de Yule, que en la actualidad se ha convertido en el tradicional pastel navideño.
Además, los celtas ofrecían banquetes en honor a Thor, dios del trueno y las cosechas, y a Freyja, diosa de la fertilidad, algo que podría haber inspirado nuestras comidas familiares en esta época.
El árbol decorado y los regalos son dos elementos imprescindibles de la Navidad moderna, pero ¿sabías que no tienen origen bíblico? Para los celtas, el árbol perenne simbolizaba la vida eterna y se adornaba con piñas y frutos silvestres que representaban los nueve mundos de su mitología. Al final de las festividades, se quemaba como una ofrenda.
Otras decoraciones, como el acebo o la hiedra, servían para alejar a los malos espíritus durante los días más oscuros del año.
Por otro lado, la tradición de hacer regalos en Navidad tiene su origen en el Holly King, un druida celta que distribuía sus cosechas invernales entre los aldeanos. Este personaje, siempre acompañado por renos, fue evolucionando desde su vestimenta con hojas de muérdago, hasta convertirse en la figura de Papá Noel, quien apareció por primera vez en 1822.
Junto al bondadoso Rey Acebo existía el Krampus, una criatura de las leyendas alpinas que castigaba a los niños desobedientes llevándoselos con él.
Aunque las investigaciones sugieren que Jesús nació en primavera, entre los siglos III y IV, la Iglesia decidió reinterpretar las antiguas tradiciones paganas. Así, el 25 de diciembre fue declarado oficialmente como la fecha del nacimiento de Cristo, reemplazando celebraciones como las Saturnales.
Con el tiempo, las historias cristianas tomaron el lugar de los antiguos rituales: los druidas se convirtieron en los Reyes Magos, las cenas en banquetes sagrados, y los árboles en belenes. De esta forma, las costumbres paganas se integraron en la nueva fe.
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