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Seguro has llegado a percatarte sobre cómo cada persona adquiere de manera distinta los conocimientos, y esto no tiene nada que ver en que los que aprenden más rápido son más inteligentes que los que presentan un proceso más tardío de adquisición de conocimientos. Pero, para entender esto, necesitamos de las neurociencias en la educación.
Necesitamos de ellas, porque son las neurociencias en la educación las que se encargan de estudiar y descubrir el funcionamiento del cerebro cuando se somete a procesos de aprendizaje. Gracias a ellas se determinan cuáles son los procesos educativos que funcionan y cuáles son los que no, y evidentemente las razones del éxito o el fracaso de estos métodos pedagógicos de enseñanza.
Aprender forma parte de la esencia del ser humano, pues desde que estamos en el útero de nuestras madres aprendemos determinadas cosas que al nacer ponemos en práctica. No obstante, desde que nacemos nuestra vida transcurre en un largo proceso de aprendizaje, y después de que somos adultos, a diario podemos aprender cosas que antes no sabíamos.
Para comprender a profundidad qué son las neurociencias en la educación, es de vital importancia que primero conozcamos el concepto de neurociencia.
Para nadie es un secreto que nuestro cerebro es uno de los órganos más importantes que tenemos, pues gracias a él podemos ejecutar y coordinar todos los movimientos que llevamos a cabo. Nuestro cerebro es el encargado de responder ante los estímulos que recibimos, e incluso es el responsable de enamorarnos de alguien o de que asociemos un olor con algún lugar.
Ahora bien, la neurociencia, como su nombre lo indica, es la ciencia que se encarga de estudiar el sistema nervioso y todas sus funciones, y es la responsable de comprender el funcionamiento de éste.
Las neurociencias educativas, también conocidas como neurodidáctica o neuroeducación, no es más que una ciencia que se encarga de estudiar el funcionamiento del cerebro cuando se somete a procesos de aprendizaje.
Aunque la neurociencia no está concebida como una técnica milagrosa para la educación, sin duda, alguna representa una fuente de conocimientos importantes para redirigir ciertas actuaciones que se estén llevando a cabo y no rindan frutos.
Es cierto que la pedagogía ha estudiado un sinfín de formas para transmitir el conocimiento, y que las neurociencias en la educación han avalado en una gran parte sus estudios, por esa razón, se complementan de manera significativa y están a la vanguardia en cuanto a procesos de aprendizajes óptimos.
Las neurociencias en la educación han sido pilar fundamental para determinar que según la edad y la maduración del cerebro se aprende de diversas formas. Y por esa razón, en las aulas de clases deben transmitir el conocimiento de acuerdo a la edad de los alumnos. Pues existen claras diferencias entre la forma de aprender de un adulto, un adolescente y un niño.
¿Alguna vez has pesando que no eres creativo solo porque no naciste con ese don? ¿O quizá alguien te lo ha dicho? La verdad es que gracias a las neurociencias en la educación se desmiente ese mito, pues según esta ciencia tan maravillosa, todos tenemos dentro de nosotros el potencial para explotar nuestra creatividad y todos somos creativos de diversas formas y en diversas áreas.
Las neurociencias educativas ayudan a los docentes a entender cómo aprenden sus alumnos, al igual que son útiles para concebir las relaciones existentes entre las emociones y los pensamientos, todo esto para que la enseñanza se lleve a cabo de una manera idónea y eficiente.
De igual forma aporta conocimientos relativos a las bases neurales del aprendizaje propiamente, también de la memoria y por otra parte de las emociones; pero no solo esto sino también de funciones cerebrales diversas.
En tal sentido, los especialistas en el área, manifiestan que las neurociencias en la educación son útiles para el diseño de métodos de enseñanza novedosos y de políticas educativas más idóneas, al igual que afirman:
Las neurociencias en la educación son determinantes. Te presentamos algunos consejos para mejorar el proceso de enseñanza aprendizaje, basándose en la neurociencia:
El motor del aprendizaje es la emoción. Los conocimientos se logran al experimentar y al emocionarse, no al memorizar ni al repetirlo una y otra vez; es por ello que los docentes deben tratar de emocionar a sus estudiantes para despertarle así tanto su atención como su curiosidad.
Los profesores y docentes deben tener la capacidad de saber cuáles son los agentes que pueden activar el aprendizaje, pudiendo ser la música, el teatro, artes escénicas, entre otros.
Es relevante que sea impulsado el trabajo cooperativo en clase, recordando siempre que el cerebro es un órgano netamente social, por lo que aprende de otras y con otras personas.
El aprendizaje debe ser favorecido con el empleo de distintos recursos, así la información va a lucir mucho más atractiva, es por ello que se debe hacer que los estudiantes perciban su entorno mediante sus sentidos, así el aprendizaje será realmente mucho más significativo.
Mientras se lleven a cabo mayor cantidad de juegos y de movimientos, el aprendizaje va a mejorar. El componente lúdico debe estar presente.
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