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El ruido y la contaminación acústica de las ciudades suele ser un impedimento para mantener una vida tranquila y sana en nuestras propias viviendas. Es por ello que hoy día es prácticamente obligatorio realizar mediciones de ruido antes de proceder a insonorizar una casa y tener una idea exacta de las condiciones acústicas del entorno.
En este artículo te hablaremos de cómo se llevan a cabo las mediciones de ruido en una vivienda, normativa relacionada con el ruido y qué aparato se utiliza para medir ruidos en una medición acústica. Además, te propondremos formación para que te puedas desarrollar profesionalmente en este campo tan desconocido. ¡Infórmate con nosotros!
Las mediciones de ruido o mediciones acústicas son uno de los pasos necesarios para completar un estudio acústico. Mediante una medición de ruido podemos determinar la cantidad y calidad del ruido que nos rodea. Esta puede medir el ruido de una habitación en una vivienda, en un entorno a cielo abierto o los ruidos que emiten elementos concretos como maquinaria o electrodomésticos (aires acondicionados, por ejemplo).
Muy ligada a las mediciones de ruido están las mediciones de vibraciones. Aunque esta sea menos común, la medición de vibraciones se emplea para establecer diagnósticos sobre los decibelios que se producen en espacios de trabajo como las fábricas o la construcción. Estas vibraciones pueden acabar provocando afecciones en los trabajadores tras un tiempo de exposición prolongado, como dolores lumbares, problemas digestivos o problemas de equilibrio.
Normativas legales como el Código Técnico de la edificación (CTE) o la Ley del Ruido estatal marcan un estándar para los edificios en cuestión acústica, además de establecer un límite en el nivel de decibelios permitidos. En cuestión de seguridad en el trabajo, los convenios de trabajos expuestos al ruido exigen por parte del empleador la correcta equipación y seguridad de los trabajadores.
También existen normativas de ámbito internacional que describen las técnicas reglamentarias de medición de ruido y los instrumentos adecuados que hay que aplicar en cada caso.
La forma en la que se mide el ruido de los aviones es bastante compleja, pues comprenden métricas diferentes y específicas. Según la Organización Mundial de la Salud, un avión debe producir hasta 45 decibelios durante el día (Lden) máximo y 40 decibelios por la noche.
Estos niveles de decibelios recomendados por la OMS respecto al ruido aéreo no son necesariamente perjudiciales para la salud si se superan. No todo el mundo se sentirá molesto por un ruido aéreo que exceda los 45 Lden, pero sí una cantidad de gente considerable para convertirlo en un estándar general.
Por ruido de ambiente entendemos todos los sonidos presentes en el entorno. El ruido ambiental puede medirse en cualquier momento, pero variará significativamente con el tiempo debido a que las condiciones ambientales son muy cambiantes como, por ejemplo, la cantidad de tráfico en un momento dado.
La norma ISO 1996/1 recomienda dos métricas para las mediciones de ruido ambiental: LAeqT (nivel sonoro continuo equivalente) y LAnT. Esta última métrica es la que más se recomienda, pues mide con mayor precisión los niveles máximos y mínimos de ruido en un período de tiempo en una ubicación concreta.
En general, los aparatos que se emplean para medir el ruido son los dosímetros, los sonómetros y los sonómetros integrados. Cada uno de ellos se usa en contextos diferentes.
Un sonómetro está compuesto de un micrófono, circuitos eléctricos y una pantallita. El micrófono detecta las leves variaciones en la presión del aire asociadas a los sonidos y las transforma en corriente eléctrica. Un sonómetro estándar solo puede medir sonidos que se producen en un momento puntual, por lo que no necesitaríamos uno más potente si se quisiera medir un ruido constante en un ambiente de trabajo. No obstante, en espacios de trabajo donde abunden los ruidos de impacto o discontinuos puede no resultar tan preciso.
Un sonómetro integrado es similar a un dosímetro en que determina los niveles de sonidos equivalentes en un período más prolongado. Representa las variaciones de un sonido en una línea continua en un gráfico que, al transformarse en decibelios, pasa a denominarse como nivel de presión sonora.
Un dosímetro acústico es un dispositivo de bolsillo que lo puede llevar un trabajador pegado en un extremo del hombro cerca de la oreja. Es muy útil en entornos de trabajo, ya que puede ofrecer una perspectiva individualizada del ruido que experimenta cada trabajador en durante toda su jornada laboral. Se suele implementar en procesos industriales, pues los sonidos emitidos suelen oscilar en duración, intensidad y ubicación.
La OMS recomienda un máximo de 55 decibelios para habitar una vivienda durante el día. Aunque esto no es más una directriz general sin carácter legal. Por ello, para comprobar cuáles son los decibelios permitidos en una vivienda habría que recurrir a la normativa de cada ayuntamiento. No hay unos decibelios permitidos a nivel nacional.
No obstante, se observa que la mayoría de municipios limitan el nivel de decibelios permitidos en una vivienda a 35 decibelios durante el día y a 30 decibelios durante la noche.
En lo que respecta a los decibelios permitidos en el trabajo, la ley marca que los trabajadores no deberán estar expuestos a ruidos por encima de los 80 decibelios de forma continua. En caso de superar este límite, la empresa deberá proporcionarles el equipamiento de seguridad pertinente.
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