UF2857 Máquinas y Equipos de Preparación y Ensamblaje de Tejidos y Laminados
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La creación de ropas o el mero hecho de coser, no se puede definir como industria textil. Es cierto, que desde que el hombre comenzó a perder vello de su cuerpo, se ha esmerado en elaborar elementos que lo protegieran del frío, pero ni siquiera, a la manufacturación de ropa a pequeña escala se puede considerar inicio de la industria textil.
La palabra industria engloba un componente tecnológico que permite la fabricación de algo de forma sistemática y a grandes cantidades. Se podría decir que la industria textil da comienzo cuando surgen las máquinas de la industria textil específicas para la elaboración de ropa.
Hoy en día, entendemos como industria textil al sector de la economía que se dedica a la producción de fibras, hilados, cosidos, acabados e incluso elaboración de productos relacionados con la confección de ropa.
La industria textil comenzó siendo un conjunto de procesos manuales, pero esto pronto dejó de ser efectivo por la alta y concentrada demanda de vestimenta que se dio en las ciudades cuando los campesinos empezaron a emigrar. Esta industria fue de las primeras en desarrollarse tal y como hoy la entendemos, surge en el Siglo XVIII y principios del XIX con la revolución industrial. Los primeros materiales que se empezaron a tejer con maquinaria fueron el algodón y la lana para transformarlos en prendas de vestir.
En el primer cuarto del Siglo XIX, la industria textil tuvo un gran impulso gracias a las nuevas máquinas de vapor como herramienta estrella en las fábricas. También se desarrollaron nuevas técnicas en todas las esferas de la actividad humana y se fabricó la primera máquina para tejer: el telar mecánico.
Quizás sea la tecnología lo que marca la diferencia y los grandes avances en la industria, por eso, si queremos estudiar el sector textil, debemos entender la evolución técnica que han ido sufriendo sus métodos de producción.
La máquina de vapor fue el primer cambio y avance que impulsó a la industria textil, esto no solo hizo crecer a este sector, sino que supuso el gran cambio para todos los sectores de la sociedad. Más tarde se empezaron a utilizar otras energías como la eólica. Algo que también acrecentó considerablemente la producción fue el tren de vapor, que transportaba las materias primas mucho más rápido.
Algunas de las máquinas de la industria textil más conocidas desde el Siglo XIX hasta hoy son:
El telar a vapor: era un sistema mecanizado de telar accionado por un eje que transmitía el vapor por todo el mecanismo y lo accionaba.
Las lanzaderas: estas fueron el primer paso para la mecanización del telar. Consistía en un sistema de palancas que impulsaban la lanzadera llevando los hilos hacia delante.
La Máquina de hilar: permitía hilar hilos de todo tipo e imprimió mucha rapidez a la producción.
Desmontadora de algodón: el algodón era una de las principales materias primas, pero su recolección y separación manual era muy tediosa. Esta máquina mecanizó estos procesos cuando apareció en EEUU.
El telar mecánico: la mayor ventaja es que no hacían falta conocimientos sobre costura para usarlo, solo hacía falta saber usar la máquina, lo que permitía incorporar a más trabajadores y aumentar el ritmo de producción.
Aunque la maquinaria anterior fue la precursora de la industria textil que hoy conocemos, la tecnología ha evolucionado a pasos agigantados y hoy contamos con máquinas tan sofisticadas como estas:
Máquinas de hilatura: la confección de prendas empieza por convertir las fibras en trozales. Para esto es imprescindible abrirlas, limpiarlas, mezclarlas, cardarlas y peinarlas. Todo esto es lo que hacen las máquinas de hilatura.
Máquinas de producción de tejidos: estas máquinas crean las telas por medio del entretejido. Este proceso necesita de otros pasos previos más elaborados, por lo que existen muchas fábricas que solo se dedican a ellos.
Máquinas para acabados: durante el proceso de acabado, la tela producida puede verse alterada. En el acabado, se englobaría todo lo que es el tinte, el planchado, decoración, ensamblado de piezas adicionales... estas máquinas permiten dotar de diseño a las creaciones y personalizarlas con los patrones de los diseñadores y marcas.
A menudo, lo más difícil es unir los diferentes materiales textiles de manera eficiente y duradera a prueba de polvo, agua, humedad, calor… los métodos tradicionales de costura pueden afectar al diseño y materiales de las creaciones y no presentan un acabado profesional. Algunas soluciones que se da a este reto son los adhesivos, muy útiles para laminar y ensamblar elementos textiles y telas no solo en el sector de la moda, sino también en el de la decoración, en el de la salud o en el automovilístico.
Una tecnología muy recurrente, es la de PSA hot melt ljimen, que es comparable a la aplicación de una capa adhesiva autoadhesiva de doble cara. También se usa como laminado.
Además de los hot melts de PSA, también se utilizan hot melts a base de poliamida, poliolefina y EVA. Estos son adhesivos termoplásticos con una durabilidad limitada.
Otra técnica de ensamblaje pasa por los Adhesivos de poliuretano termofusibles, que dan una solución sostenible en la industria de la construcción y el montaje.
Los diversos tipos de hot melt también se adhieren a casi todos los materiales, desde piedra, cerámica, madera, tela de raíz y papel hasta diversos plásticos como PE, PP, PVC y PET.
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