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La Praxia es una habilidad que se desarrolla a lo largo del tiempo y se convierte en una parte integral de nuestra capacidad para interactuar con el mundo que nos rodea. Sin embargo, en algunos casos, la praxia puede verse afectada por diversas condiciones y trastornos, lo que puede dificultar el desempeño de ciertas actividades diarias.
En este artículo, exploraremos qué es, sus tipos y cómo se puede mejorar a través de diferentes ejercicios y terapias.
Es la capacidad de planificar y ejecutar movimientos intencionales, ya sean simples o complejos, para lograr un objetivo específico. Es una habilidad que se adquiere en el transcurso del desarrollo infantil y se desarrolla a lo largo del tiempo a medida que el cerebro madura.
Envuelve varios procesos cognitivos y neurológicos, como la percepción, la integración sensorial, la memoria y la atención. Estos procesos trabajan juntos para permitir que el cerebro planifique y ejecute movimientos intencionales de manera efectiva.
Existen varios tipos de praxia, cada uno de los cuales se refiere a la capacidad de realizar movimientos específicos. Los principales son:
Es la capacidad de realizar movimientos voluntarios a partir de la representación mental de una acción. Es decir, es la habilidad de imaginar una acción y llevarla a cabo. Por ejemplo, imaginar que estamos cortando una manzana y realizar el movimiento con las manos sin tener una manzana delante.
Esta habilidad está relacionada con la capacidad de planificación y la coordinación de movimientos finos. Las personas que tienen problemas con la praxia ideomotora pueden tener dificultades para realizar tareas que requieren coordinación fina, como escribir o dibujar.
La praxia ideatoria se refiere a la capacidad de planificar y ejecutar acciones complejas y coordinadas que involucran múltiples movimientos. Por ejemplo, tocar un instrumento musical, realizar una coreografía o jugar al baloncesto.
Esta habilidad requiere de una buena planificación, memoria, atención y coordinación de movimientos. Las personas que tienen dificultades con la praxia ideatoria pueden tener dificultades para realizar actividades que requieren una coordinación fina y compleja.
La praxia constructiva se refiere a la capacidad de construir o crear objetos y estructuras utilizando diferentes materiales. Esta habilidad está relacionada con la creatividad y la capacidad de planificación y coordinación.
Las personas que tienen dificultades con la praxia constructiva pueden tener dificultades para construir objetos con legos o realizar manualidades.
La praxia bucofacial se refiere a la capacidad de coordinar los movimientos de la boca y la cara para realizar acciones como hablar, masticar, tragar, sonreír, etc.
Esta habilidad requiere de una buena coordinación de los músculos de la cara y la boca, así como de la capacidad de planificación y atención. Las personas que tienen dificultades con la praxia bucofacial pueden tener problemas para hablar claramente, masticar o tragar alimentos.
La praxia oculomotora se refiere a la capacidad de coordinar los movimientos oculares para seguir objetos en movimiento, leer, escanear visualmente, etc.
Esta habilidad requiere de una buena coordinación de los músculos oculares y de la capacidad de planificación y atención. Las personas que tienen dificultades con la oculomotora pueden tener problemas para leer de forma fluida, seguir objetos en movimiento o escanear visualmente.
Evoca la capacidad de coordinar los movimientos de todo el cuerpo en relación con el espacio y los objetos que lo rodean. Esta habilidad está relacionada con la capacidad de planificación y la percepción visual-espacial.
Las personas que tienen dificultades con la praxia visoespacial pueden tener problemas para ubicarse en el espacio, comprender mapas y planos, o realizar actividades que requieren coordinación espacial como deportes o manualidades.
Cuando se ve afectada, puede resultar en dificultades para realizar ciertas actividades diarias.
Los trastornos de praxia son comunes en personas con condiciones como el trastorno del espectro autista, el trastorno del desarrollo de la coordinación y el síndrome de Asperger. Algunas de las señales de que puede estar afectada incluyen:
Afortunadamente, existen muchos ejercicios y terapias que pueden ayudar a mejorar la praxia. Algunos de los más efectivos incluyen:
Los ejercicios que se utilizan para mejorar la praxia se centran en mejorar la coordinación, la percepción espacial y la capacidad de planificación. Los terapeutas pueden adaptar estos ejercicios y terapias para satisfacer las necesidades individuales de cada persona y trabajar con ellos para lograr los mejores resultados posibles.
La praxia es una habilidad importante que nos permite interactuar con el mundo que nos rodea. Sin embargo, en algunos casos, la praxia puede verse afectada por diversas condiciones y trastornos, lo que puede dificultar el desempeño de ciertas actividades diarias.
Afortunadamente, hay muchos ejercicios y terapias disponibles que pueden ayudar a mejorarla. Al trabajar con un terapeuta ocupacional o realizar ejercicios de estimulación sensorial y terapias de movimiento rítmico, las personas pueden mejorar su coordinación, la percepción espacial y la capacidad de planificación.
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