Ozonoterapia

Tratamiento con Ozonoterapia: líder del siglo XXI

La Ozonoterapia es un tratamiento que ha revolucionado la Medicina estética. Y es que, junto a la Cavitación Ultrasónica, el Drenaje Linfático y la Radiofrecuencia, se ha convertido en una alternativa no quirúrgica a la liposucción y en una poderosa herramienta para modelar la figura de manera segura, eficaz y duradera. Por esta razón, cada vez más, especialistas en el rubro estudian cursos de estética para lograr resultados garantizados.

Esta técnica se caracteriza por sus propiedades antiinflamatorias, antisépticas, de modulación del estrés oxidativo y de mejora de la circulación periférica y la oxigenación tisular. Todo un portento de la Medicina estética, ¿no crees?

Ozonoterapia, ¿qué es?

¿En qué consiste la Ozonoterapia? ¡Buena pregunta!

Hablamos de un tipo de medicina alternativa sin evidencia científica. Su aplicación se mantiene tanto como tratamiento médico, como para cuidados estéticos y del mundo de la belleza. De cualquier manera, pretende la saturación de oxígeno en el organismo a través de la insuflación de una mezcla de oxígeno y ozono al cuerpo por diversas vías. 

Entre los muchos beneficios de esta terapéutica, se incluyen el tratamiento de diversas enfermedades incluyendo cáncer, VIH, esclerosis múltiple y muchas más que más tarde veremos. 

 Para que el ozono sea efectivo, debe estar presente en una concentración mucho mayor que la tolerada con seguridad por personas y animales."

En este sentido, el ozono médico se produce a partir de oxígeno medicinal: 5%, como máximo, de ozono y un 95% de oxígeno. De hecho, las dosis superiores han demostrado ser tóxicas para todos los tejidos.

Por otro lado, en la Unión Europea los generadores de ozono para uso médico son considerados productos sanitarios y, además, en España los profesionales dedicados a ello deben contar con la respectiva certificación. 

¿Qué enfermedades cura la Ozonoterapia?

Las principales aplicaciones de la Ozonoterapia son:

• Heridas y retardos de cicatrización: las úlceras venosas y el pie diabético son los usos más claros. Su forma de administración es tópica y/o sistémica.

• Hernia discal: es ideal en aquellos pacientes en los que la cirugía no esté indicada y el tratamiento farmacológico habitual sea insuficiente. Evidentemente, su forma de administración es intradiscal mediante una infiltración.

• Artrosis: disminuye los síntomas de la artrosis y mejora la calidad de vida de los pacientes.

• Arteriosclerosis periférica

• Proctitis hemorrágica: se trata de pacientes tratados con radioterapia.

• Vulvovaginitis de repetición: en caso de infecciones recidivantes y crónicas y resistentes al tratamiento farmacológico habitual. De la misma forma, su administración es intravaginal.

• Enfermedades bucodentales: hablamos de periodontitis e infecciones crónicas y recurrentes de la cavidad oral. En cuanto a su forma de administración, es mediante agua ozonizada.

• Fístulas

Y así, un amplio número de patologías más. 

¿Para qué sirve el ozono en estética?

Por otro lado, la Ozonoterapia también es utilizada en el mundo de la estética. Se usa, sobre todo, en tratamientos de recuperación capilar, acné, rosácea, reestructuración y tonificación de la piel. Y es que, mejora notablemente la celulitis y flacidez. Además, colabora en los procesos de adelgazamiento al eliminar los ácidos grasos.

En este caso, la concentración y modo de aplicación de ozono también varía en función de la patología a tratar, ya que la concentración del mismo determina el tipo de efecto biológico que produce. De la misma forma, el modo de aplicación marca su ámbito de acción en el organismo.

Efectos de la Ozonoterapia en el organismo

Dentro del sector estético, la Ozonoterapia tiene efectos muy positivos, incluso en la estética facial y corporal. Eso sí, siempre y cuando sea aplicada por profesionales. Algunos de estos efectos son:

• Oxigenante: aumenta la capacidad de la sangre para absorber y transportar mayor cantidad de oxígeno a todo el organismo, mejorando la circulación.

• Revitalizante

• Antioxidante: eliminador por excelencia de radicales libres. Y es que, es el único medio conocido que es capaz de estimular todas las enzimas celulares antioxidantes que se encargan de eliminar los radicales libres y otros oxidantes peligrosos del organismo.

• Regenerador: es capaz de promover la regeneración de diferentes tipos de tejido.

• Antiálgico y antiinflamatorio: en aplicación local, facilita la metabolización y eliminación de mediadores inflamatorios como histaminas, quininas, etc.
• Germicida: onactiva o elimina todo tipo de microorganismos patógenos, tales como bacterias, hongos y virus.