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Las personas somos seres sociales y tendemos a agruparnos y a crear lazos de forma instintiva. Aunque somos conscientes de la necesidad de entablar relaciones afectivas, este impulso no es racional, sino que se remonta a miles de años atrás, cuando el hombre necesitaba crear vínculos por mera supervivencia. El aspecto colaborativo era lo más importante de cara a la conservación de la especie humana, y e s que, siempre nos hemos necesitado unos a otros, desde para cazar con seguridad, hasta para reproducirnos, pasando por ayudarnos en situaciones de peligro. Esta esencia social ha perdurado a lo largo de los siglos, y ha llegado hasta nuestros días en formas de socialización mucho más complejas.
En este post hablaremos de la importancia de las habilidades sociales en el trabajo y en general, de la gran influencia que tienen para considerar que llevamos una vida plena.
¿Sabías que las relaciones sociales pueden llegar a afectar a nuestra salud? No lo decimos nosotros, lo dicen estudios científicos que aseguran que tener buenas relaciones sociales está estrechamente ligado a tener una vida más larga. Entre otros motivos, la “salud social” disminuye el estrés y los riesgos de sufrir patologías cardíacas.
De entre los tipos de relaciones, las relaciones de pareja y las relaciones personales en los entornos de trabajo son las más estudiadas, ya que es en las que estamos inmersos la mayor parte del tiempo.
Es muy común escuchar que una persona “interesada” refiriéndonos a que mantiene algún tipo de relación con alguien para conseguir un objetivo más allá de su compañía. Efectivamente, no olvidemos que, en un principio, ese es el motivo más primario por el cual nos relacionamos, pero conforme hemos ido evolucionando y desarrollando nuestras emociones e inteligencia emocional, han aparecido otros muchos factores de peso por los cuáles se crean lazos.
Podríamos dividir el tipo de relaciones sociales en dos grupos:
Relaciones sociales materiales: las que involucran algún tipo de intercambio de objetos. Se crea para fines transaccionales.
Relaciones sociales ideológicas: son las que se crean por adhesión a algún pensamiento o a valores. Son relaciones abstractas en las que los aspectos emocionales y subjetivos tienen mucho peso.
Dentro de estos dos grandes grupos encontramos diferentes variaciones de las relaciones sociales sustentadas en protocolos y normas que seguimos para no desentonar en el grupo. No obstante, el cómo desarrollemos estas relaciones dependerá de nuestros enfoques sociológicos y psicológicos. Las relaciones sociales se podrían definir en los siguientes grupos:
El trabajo es un entorno en el que se dan muchos tipos de interacciones y en el que se acaban desarrollando ciertas relaciones sociales a fuerza de pasar horas y días en contacto con las mismas personas. Es por eso que surgen desde relaciones amorosas hasta conflictos que deben ser gestionados por especialistas. El entorno laboral influye directamente en la salud mental de los trabajadores, por eso, es imprescindible entender la importancia de las habilidades sociales en el trabajo y desarrollarlas adecuadamente para poder disfrutar de un día a día productivo, en calma y, cuanto menos, agradable.
El éxito o fracaso de una empresa, viene determinado en gran medida por las relaciones sociales que se dan internamente. Por ejemplo, la comunicación, el respeto y la asertividad son factores fundamentales para que la productividad y el flujo de trabajo sean óptimos. Un equipo de trabajo que no se lleva bien, no habla y no se respeta, difícilmente pueda interiorizar y trabajar para un objetivo común.
Habilidades de liderazgo: permiten personas interaccionar eficazmente con los distintos trabajadores y dirigir su esfuerzo al logro de los objetivos empresariales. Para que prevalezca la armonía y el compromiso de cada una de las partes, el liderazgo debe desarrollarse considerando la dimensión humana, motivacional, afectiva y emocional de los trabajadores. Por ejemplo, proporcionando un feedback positivo o señalando los aspectos negativos siempre desde un punto de vista de la mejora constante.
Habilidades interpersonales: aunque en la empresa exista una jerarquía definida, es importante que haya momentos para el acercamiento. Estos momentos darán lugar a desarrollar relaciones más íntimas e incluso afectivas entre los trabajadores. Estos lazos serán muy positivos para fomentar la cooperación y la motivación.
Habilidades de gestión o técnicas: se refieren a la aplicación de conocimientos técnicos necesarios para poder realizar las actividades que requiere la organización. Esto crea los fundamentos de la estructura y establece los flujos de trabajo.
En todo tipo de empresas, es fundamental que el compromiso y el sentimiento de grupo se extienda por todos los trabajadores, y para eso, los líderes deberán practicar la escucha activa, distribuir las cargas de trabajo y responsabilidades eficientemente, así como considerar las propuestas de los empleados y ofrecer oportunidades de crecimiento.
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