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Debemos comenzar hablando sobre las diferencias sexuales, biológicas, anatómicas, fisiológicas y cromosómicas entre hombres y mujeres, ya que estas son interpretadas por la cultura y determinan la asignación de comportamientos y roles.
El concepto de género es una categoría teórica que analiza los roles y los valores que la cultura patriarcal asigna a los hombres y a las mujeres. Hoy en día hemos visto el desarrollo y las luchas que se llevan a cabo por la igualdad de género en el ámbito educativo, laboral y otros.
La construcción de género es modificable, pero se sabe que cambiar los aspectos culturales, pensamientos y conductas de otros no es tarea sencilla, requiere compromiso tanto de mujeres como de hombres.
La igualdad de género en el ámbito educativo, es sin duda una etapa primordial para lograr la igualdad. Un modelo educativo tradicionalista propone al docente como emisor desde donde fluye la información, como la persona que ejerce el control y sobre el conocimiento y sobre la conducta del alumnado.
Así mismo, las personas que se educan bajo este modelo se convierten en receptores del conocimiento, generalmente su participación tiende a ser pasiva y se convierte en un eslabón más de la sociedad tradicionalista. El modelo educativo liberal propone un pensamiento respecto a las mujeres, en el que se les concedan los mismos derechos y la misma protección de las leyes.
Los grandes temas en una agenda de equidad de género siguen siendo el acceso de las mujeres a los mismos derechos otorgados a los hombres, obtener la misma protección legal e igualdad en el acceso de oportunidades.
Si bien se conoce como estereotipos a aquellos conjuntos de ideas que son utilizadas para explicar el comportamiento de hombres y de mujeres, la adquisición de los estereotipos de género ocurre progresivamente con el crecimiento y el desarrollo de los niños y niñas en su etapa educativa, de forma que con la madurez se distinguen con mayor precisión.
Mientras que durante la niñez los estereotipos de género son imprecisos y rígidos, al entrar en la etapa adolescente se adquiere paulatinamente un conocimiento más preciso de éstos, por ello el enfoque correcto ante la igualdad de género en el ámbito educativo debe iniciar en los primeros niveles de educación.
Los estereotipos y la discriminación, en general, pueden conceptualizarse como representaciones mentales, interconectadas, de creencias compartidas sobre grupos de personas o categorías sociales. Se puede decir, desde un punto de vista evolutivo que los niños construyen la realidad a través de la interacción del sujeto con el medio externo, la cual se experimenta desde los primeros esquemas de acción instrumental, hasta las complejas relaciones lógicas del pensamiento formal. Se pueden dividir mediante tres procesos:
Un punto que muchas veces se deja pasar de lado al hablar de la igualdad de género en el ámbito educativo es el uso de los sanitarios, si bien es cierto que para los niños puede resultar sencillo emplear cualquier sitio para miccionar, no resulta igual con las niñas en caso de tener la menstruación, por ejemplo.
Puede generar una experiencia negativa que impida que se sientan cómodas y deseen asistir durante esos días. En los 145 países de los que se tiene acceso a diferentes datos un aproximado del 50% de las instalaciones educativas no cuentan con una correcta infraestructura sanitaria.
De este porcentaje tan solo 9 de los 44 países estudiados contaban con baños separados para niñas y niños en las escuelas, según el Informe de Seguimiento de la Educación en el Mundo. En el caso de países como áfrica, este tipo de desigualdades hace que 9 de cada diez niñas no asistan durante los días que tienen la menstruación.
La igualdad de género en el ámbito educativo también abarca lo que es el componente sexual, pues evaluando los diversos programas de salud sexual la mayoría se orienta en la prevención netamente del VIH sin ahondar en otros problemas con los que se puede enfrentar una persona.
Es por ello que las directrices y normas internacionales se orientan a hacer hincapié en un aspecto que es de mayor peso, tal como sucede con el enfoque integral relacionado con el género, pues la mujer por su percepción ante la sociedad como ser débil, suele ser víctima de violencia y abusos sexuales con mayor frecuencia que el hombre.
Se realizó un estudio en Kenia que abarcaba un total de 78 escuelas en las que el 75% de los docentes señaló que sus programas sobre sexualidad eran integrales, mientras que tan solo el 2% de los alumnos admitieron realmente haber aprendido sobre el tema.
En cuanto al tipo de información, el estudio demostró que el 60% de los docentes había enseñado de forma errónea que los preservativos solos no impiden un embarazo, haciendo que la mujer fuera la responsable principal de un embarazado no deseado. En este punto la igualdad de género en el ámbito educativo causa un impacto muy grande en la sociedad.
Dentro de la escuela, el papel del docente se vuelve imprescindible a la hora de impartir una enseñanza de calidad y con trato igualitario, que busque el bienestar de los estudiantes, la aceptación, la empatía y el respeto a las normas profesionales. Algunos consejos para trabajar la desigualdad y apoyar la igualdad de género en el ámbito educativo principalmente dentro del aula pueden ser:
La importancia de este, dentro del aprendizaje, se debe a que el género es uno de esos patrones culturales y sociales que la escuela y la educación primaria reproducen y mantienen como una estructura de dominación. La escuela enseña la igualdad de género en el ámbito educativo, a obedecer y a ser leales con un sistema que legitima hábitos, prácticas, valores y normas catalogadas como válidas que no siempre respetan la equidad de género.
En la actualidad, para lograr la igualdad de género en el ámbito educativo, se proponen estrategias de acción que van desde la gratuidad de la educación para garantizar el acceso a las niñas y mujeres más pobres hasta aspectos relacionados con los imaginarios de género, pasando por acciones que involucran la formación docente y las políticas públicas relativas a la participación.
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