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Hay momentos en los que seguramente te has sentido triste y con ganas de llorar, o quizás has tenido miedo, pero no lo dices. En otros te habrás molestado y tampoco lo expresas. Todo esto forma parte de vivir en un entorno en el cual podemos sentir ansiedad, tristeza o molestia, sin embargo, muchas veces, esto es mal visto, pues se cree que no importando la situación ni las circunstancias, siempre debemos sonreír física y emocional y ser optimista.
Efectivamente, el ser optimistas es bueno, pero si no lo eres todo el tiempo, tampoco es malo, lo importante es cuidar la salud física y emocional y sentir bienestar. No se deben reprimir las emociones, pues esto no conduce a tener una buena salud emocional.
La salud física es el óptimo funcionamiento fisiológico del organismo, ya que tiene que ver con nuestro cuerpo, el mismo que debemos cuidar para llegar lo más lejos posible en nuestra vida. Por ello que debemos tratar de mantenerlo a través de ejercicios, deporte, buena alimentación y una buena salud mental. En este contexto, cuidar nuestra salud corporal es esencial para llevar una vida equilibrada.
Por su parte, la salud mental es la forma en la que manejamos nuestra vida diaria, lo que está vinculado con el hecho de cómo nos relacionamos con nuestro entorno y con los demás, en los distintos ambientes que nos desarrollamos, y con la forma en la cual equilibramos los deseos, habilidades, sentimientos, habilidades y valores con los que contamos.
Entretanto, la salud física y emocional está referida al manejo, en forma responsable, de sentimientos, pensamientos y comportamientos, para lo cual los reconocemos y los integramos para que estén al servicio de los valores.
Es por ello que existe una relación estrecha entre la salud física y emocional, por lo que debemos cuidarnos y mantenernos sanos y equilibrados. En tal sentido, debemos realizar ejercicios físicos y también usar técnicas de meditación, relajación o utilizar el mindfulness para manejar el estrés. Además, mantener una buena condición física es clave para reforzar la resistencia tanto del cuerpo como de la mente.
La salud es un estado de bienestar o de equilibrio que puede ser visto a nivel subjetivo o a nivel objetivo. El término salud se contrapone al de enfermedad, y es objeto de especial atención por parte de la medicina y de las ciencias de la salud. Se considera actividad física a cualquier movimiento corporal producido por los músculos que exija gasto de energía. Una actividad tiene muchos conceptos: nadar, correr, jugar, saltar y montar en bicicleta, entre otros. Practicar deporte es resultado de un gasto de energía mayor a la tasa del metabolismo basal.
Las relaciones entre la actividad física y la salud, es muy simple; con una buena actividad física, la salud mejora notablemente.
¡Sigue leyendo y descubre cómo se relaciona la actividad física y la salud!
Es muy importante tener una buena actividad física y salud, ya que aporta numerosos beneficios. Entre sus múltiples beneficios podemos destacar:
Tambien mejora la fuerza muscular y favorece el trabajo de distintos grupos musculares, lo que contribuye a una mejor movilidad y estabilidad. Además, ayuda a prevenir enfermedades crónicas como la diabetes tipo 2 o problemas cardiovasculares.
Es decir, reduce los factores de riesgo. ¡Es importante realizar una buena cantidad de actividad física!
Nuestra salud física y emocional es un aspecto en nuestra vida que debemos cuidar no solo en un contexto de pandemia, sino en las acciones que realizamos día a día de manera rutinaria y preventiva. Nuestro bienestar físico y mental es fundamental para poder desarrollar plenamente nuestras actividades físicas , hacerle frente al estrés de la vida diaria, ser productivos en el ámbito laboral y personal, y con ello contribuir positivamente en nuestra salud mental. Llevar una vida activa promueve hábitos saludables.
En ese sentido, es crucial priorizar nuestra salud física y emocional y definir acciones que contribuyan a mantenernos saludables, tanto en el aspecto mental— emocional como físico, para asi lograr un equilibrio que nos permita hallar un bienestar físico. Todo esto forma parte de la dimensión física de la salud, que abarca el cuidado del cuerpo mediante el ejercicio, la nutrición y el descanso.
La buena salud combina la salud física y emocional, es decir, la salud física mental, y cuando trabajamos en ambas en forma conjunta, nos sentimos mucho mejor. Te presentamos 4 consejos para mejorar tu bienestar emocional, más aún en estos tiempos de pandemia:
Además, desde edades tempranas, la salud en educación física cobra relevancia en la formación de hábitos saludables y conciencia del cuerpo.
¿Qué puedes hacer por tu salud física y emocional en tu día a día? Podemos seguir las siguientes recomendaciones para nuestro día a día:
Vamos a seguir complicando este artículo, añadiendo un factor más: el social. ¿Cómo se relacionan el bienestar físico, mental y social? Aunque ya hemos visto que el plano físico y emocional están muy conectados, ambos tienen una influencia directa en el lado social. No se puede hablar de salud óptima cuando se descuida alguno de estos tres elementos.
El bienestar físico implica mantener el cuerpo en buen estado a través de una alimentación saludable, actividad física regular y descanso adecuado. Cuando el cuerpo funciona bien, los demás elementos también lo hacen. Por ejemplo, se reducen los niveles de estrés, se mejora el estado de ánimo y se potencia la autoestima, aspectos que influyen en el bienestar mental.
Por bienestar mental entendemos la capacidad de gestionar las emociones, el estrés y los pensamientos de manera saludable. Una mente equilibrada nos ayuda a tomar mejores decisiones y a mantener relaciones más sanas, lo que impacta en nuestro plano social. Por otro lado, cuando sufrimos de ansiedad o depresión, aumenta la probabilidad de descuidarnos físicamente.
Por último, el bienestar social consiste en el mantenimiento de relaciones positivas con los demás. Este apoyo social es indispensable para hacer frente a los problemas emocionales, lo que también tiene un impacto directo en el cuidado del cuerpo y de la mente.
Cada una de las emociones cumple un objetivo específico en nuestras vidas; sin embargo, es necesario que las cadenas que las reprimen sean soltadas, ya que cuando esto sucede, comenzamos a vivir realmente. Es importante no reprimir las emociones, sin embargo, es necesario saber tratarlas para cuidar así nuestro bienestar emocional.
Nuestro cuerpo y mente son sabios, y sin necesidad de que le solicitemos algo, saben lo que necesitan, esto se evidencia con los procesos automáticos que se registran en nuestro organismo, por ejemplo el latir del corazón y la respiración, los cuales no le pedimos a nuestro cuerpo que lo haga, sino que el mismo organismo los gestiona.
Existe una conexión entre cuerpo y mente y si esta última decide reprimir las emociones, no tendrán más opción, sino manifestarse en la parte física. Es por ello que hay momentos en que hay algún tipo de malestar sin una causa aparente, por ejemplo un dolor de espalda o de cabeza, quizás un reflujo o migraña, y es por ello que hay que analizar si hay alguna emoción que quedó desatendida y que en consecuencia su forma de escape fue nuestro cuerpo.
Las represiones emocionales pueden desencadenar trastornos emocionales, entre los que destacan depresión grave y trastornos por estrés agudo, es por ello la necesidad de cuidar la salud física y emocional.
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