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La enfermería de geriatría se centra en atender a las personas mayores de forma individualizada. También promoviendo el autocuidado, fomentando la autonomía y por tanto retrasando las situaciones de dependencia. ¿Te interesa saber más sobre cuáles son los cuidados de enfermería en geriatría? ¡Sigue leyendo!
La enfermería geriátrica se ocupa de valorar, planificar e implementar los cuidados de enfermería para las personas mayores. Es decir, trabaja por ofrecer la mejor atención con alta calidad de servicio a este sector de la población y a su entorno inmediato. Pero... ¿Cuáles son los cuidados de enfermería en geriatría? ¿Qué funciones desempeña el enfermero especializado en Geriatría? ¡Vamos a responder estas preguntas!
La enfermería geriátrica atiende a un sector de la población específica: las personas mayores. Con unas problemáticas y patologías también específicas. Por ello ofrece una atención especializada acorde con esta población. Además, las funciones de una enfermera geriátrica también incluyen la salud y el bienestar de las personas mayores, ofrece apoyo a los familiares o a las personas del entorno cercano y trabaja junto a otros profesionales para alcanzar los objetivos. Las funciones que se realizan pueden ser:
La enfermería de geriatría se centra en atender a las personas mayores de forma individualizada. También promoviendo el autocuidado, fomentando la autonomía y por tanto retrasando las situaciones de dependencia. Además, valora casos y detecta situaciones de riesgo. O resuelve comportamientos inadecuados que perjudiquen a la salud.
Esta función se trata de la coordinación del equipo de enfermería y redacción de los informes relacionados con los cuidados. Así mismo, se organizan los recursos disponibles (materiales y personales) y se realizan funciones administrativas.
La docencia en enfermería geriátrica trata de formar y reciclar a los enfermeros y enfermeras. También tiene en cuenta las necesidades de los profesionales, de las personas mayores y de sus familiares.
A través de esta función, la profesional participa en proyectos de investigación de esta y otras disciplinas. Su objetivo es el de mejorar los cuidados y la atención a este sector de la población y sus familiares.
Con estas funciones nos hacemos una idea de la calidad de su trabajo. También de que podemos estar equivocados en la imagen que tenemos de la enfermería. Quizás imaginas una enfermera tomando la tensión, sacando sangre o controlando la medicación. Pero su labor va más allá. Es una disciplina que abarca muchas funciones y ofrece una atención integral. Veamos dónde pueden trabajar los profesionales de la enfermería geriátrica.
Diferenciamos dos tipos de higiene en los mayores o personas de la Tercera Edad:
La higiene personal
No debemos olvidar que estamos ante pacientes incapacitados, en muchas ocasiones, para realizar tal actividad. Proporcionarles ayuda de forma segura y adecuada no solamente requiere de fuerza y voluntad, sino de ser conocedor de ciertas técnicas que ofrezcan, por un lado, tranquilidad y confianza en el paciente y, por otro lado, que la higiene se realiza de la forma correcta.
La higiene postural
Mantener una correcta posición del cuerpo permitirá un menor desgaste del mismo, disminuirá los riesgos de lesiones y evitará que se presenten dolores. Por tanto, la higiene postural debe cuidarse tanto cuando el paciente se encuentra sentado o tumbado, como cuando se encuentra de pie. Espalda recta, pies alineados con los hombros, cabeza erguida y evitar cruzar las piernas, son algunas de las claves básicas del cuidado de la postura.
La nutrición es la base de la salud de todos y cobra especial importancia en edades avanzadas, cuando el ejercicio físico (otro pilar de salud) se ve reducido.
Es importante que cada paciente cuente con un estudio adaptado a sus necesidades nutritivas y sus limitaciones. Para conocer mejor los aspectos nutricionales que se deben tener en cuenta para elaborar un menú óptimo, puedes formarte en nutrición:
La disminución de las tareas y de la actividad social, junto con el deterioro de la movilidad física, convierte a los más mayores en vulnerables ante los trastornos del estado anímico.
La higiene del sueño repercute enormemente en la calidad de vida y en la salud de los pacientes geriátricos. Un profesional de la enfermería geriátrica debe conocer los posibles tratamientos existentes y ofrecer una solución adecuada atendiendo a las patologías del paciente.
Mantener un círculo de pertenencia y relaciones sociales de calidad ayudará a que el estado de ánimo de los pacientes no se vea mermado.
Entre las enfermedades geriátricas más comunes nos encontramos con aquellas asociadas a la edad como son las de carácter circulatorio (como puede ser la hipertensión), articular (como es la artrosis y la artritis) o neurológicas (demencia, alzheimer o párkinson), pero también con muchas adquiridas por los hábitos de vida, como la diabetes, la obesidad o las anemias.
Las funciones que acabamos de ver, las ponen en práctica en diferentes lugares de trabajo y entornos. El trabajo de la enfermería geriátrica abarca una gran variedad de opciones.
Y al mismo tiempo, este trabajo lo llevan a cabo en equipo con otros profesionales de la salud y sociosanitarios. Por eso, su labor es integral, global e incluye todos los ámbitos de la persona atendida. Estos algunos de los ámbitos laborales de esta disciplina:
En estas unidades de los hospitales atienden a las personas mayores que ingresan por alguna dolencia. Esta atención es específica y concreta para esta parte de la sociedad.
En estos centros se atiende a las personas de forma integral. Mediante un equipo de distintos profesionales se realiza la recuperación. El objetivo principal es conseguir que la persona no pierda su autonomía funcional.
Los centros residenciales para personas mayores atienden y cuidan de forma continua. Una vez en el centro, la enfermera valora a la persona y crea un plan de cuidados. En éste se incluyen la toma de constantes, las curas necesarias, la medicación, el control de citas médicas o la asistencia a las urgencias, entre otros.
La atención en el domicilio se reserva para los casos en que la persona tiene problemas físicos para salir de casa. Por ejemplo, en caso de una enfermedad temporal que les impida acudir a las revisiones hospitalarias. Esta labor incluye los cuidados sanitarios, la prevención y la promoción de la salud.
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