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Si trabajas en el mundo de la edificación o la ingeniería, seguro que ya te has topado con BIM, el sistema de modelado de información para la construcción que aglutina procesos fundamentales de gestión de datos provenientes de todas las vertientes que integran un proyecto.
El mayor valor disruptivo de BIM es que propone un modelo de trabajo colaborativo e instantáneo, en el que se persigue un objetivo común y en el que la comunicación entre departamentos es mucho más fácil. El sector de la construcción es uno en los que la transformación digital se ha hecho más evidente, dado el auge de herramientas digitales y empresas que trabajan en él desarrollan software específico del sector de la edificación como Autodesk.
En este post nos centraremos en conocer el ciclo de vida de un proyecto BIM. ¡Sigue leyendo si quieres saber más acerca de las nuevas metodologías en arquitectura!
El ciclo de vida de un proyecto BIM incluye a todas las fases que integran el proceso, desde el anteproyecto hasta la etapa de operación. En él intervienen varios perfiles profesionales y softwares especializados en cada tarea.
En esta fase introductoria se preconcibe el proyecto desde su inicio hasta su culminación, por lo que implica tomar decisiones con la vista puesta en el largo plazo. Y una de estas disyuntivas consiste en decidir si conviene implementar la metodología BIM en el proyecto en cuestión. Rara es la ocasión en la que se prescinde de BIM, pero siempre ha de considerarse en función de las particularidades de cada proyecto constructivo. Así pues, en este estadio inicial se le debe presentar al gestor de proyectos un modelo bien perfilado que proporcione todos los pormenores sobre las instalaciones por construir, los gastos esperables y los recursos materiales necesarios.
Se estudia el lugar de construcción, los factores ambientales y topográficos. También es importante conocer las normativas que conciernan al proyecto e incluso elementos culturales en el que se va a desarrollar la construcción. Toda información es importante para elaborar el primer boceto. En esta fase intervienen el arquitecto, el topógrafo, el equipo geotécnico y el promotor.
El final de esta fase de prediseño lo delimitan las primeras propuestas de diseño constructivo y se debaten entre el arquitecto, el proyectista y el promotor. Por su parte, los modeladores BIM serán los encargados de realizar esos diseños.
Es el momento de desarrollar el anterproyecto, una vez se aprueben la estrategia de construcción, los planos, los proveedores y la presupuestación. Intervienen modeladores BIM tanto en el departamento de arquitectura, como de MEP y estructuras. También es esencial definir bien los elementos de referencia para que todos los profesionales de todas las áreas puedan trabajar coordinadamente. La figura del BIM manager será el encargado de guiar a todo el equipo.
Es en esta fase en la que otras partes del proyecto BIM ganan protagonismo como la programación. En primer lugar, hay que estimar cuáles son las etapas necesarias para llevar a término la construcción y cuánto tiempo ocupará cada una de ellas. De esta forma, podremos enfocar nuestras acciones dentro de un marco temporal. Además, se debe confeccionar un presupuesto finito que permita rentabilizar la inversión en el proyecto. Antaño, era complicado coordinar a diferentes personas, y todas las labores eran eminentemente manuales. Hoy día, gracias a la tecnología y la metodología BIM, los flujos de trabajo en la construcción se han agilizado y nos permiten realizar estimaciones temporales y presupuestarias más certeras.
Aquí el uso de BIM aporta grandes beneficios para la organización de los equipos y recursos. Se evitan retrasos con los proveedores y con los obreros, entre otras cosas. En esta etapa trabajan la constructora, el jefe de obra, peritos, oficiales de obra, peones y demás técnicos especializados. El modelo BIM sigue siendo muy útil y evoluciona al modelo as built (planos de una obra terminada).
Una vez se termina la fase de diseño, se procede a plasmarlo en la realidad en la fase de construcción. Así pues, las constructoras contactan con sus proveedores y subcontratas, y movilizan al personal laboral contratado para ponerse manos a la obra observando la temporalización y el presupuesto estipulados en la fase de diseño. Todas las partes implicadas en el proyecto deben mantener una comunicación abierta y fluida para completar el proyecto de forma coordinada tal y como se concibió en un principio.
A su vez, antes de lanzarse a construir, las constructoras intentan anticipar posibles problemas futuros que podrían paralizar el proceso constructivo mediante simulaciones. Además, estas simulaciones del proyecto de construcción ayudan a acertar con la estimación temporal del proyecto.
Una vez realizada la obra se procede a revisiones periódicas y a su mantenimiento. Por ejemplo, en caso de tener que reparar algo, el modelo BIM que habíamos ideado durante la fase de diseño del proyecto nos proporcionará información sobre la situación de la construcción y servirá para predecir y localizar cualquier posible falla. Esta fase suele resultar costosa y se prolonga durante muchos años, ya que la normativa arquitectónica requiere un grado de periodicidad de revisiones, así como suelen sucederse reformas legales en materia de construcción, edificación y urbanización.
BIM trabaja con inteligencia artificial y ello le permite registrar complejos conceptos de geometría, espacio, información geográfica, volúmenes y características de los materiales de un edificio, entre otros muchos datos. También es capaz de valorar la calidad de los fabricantes y de realizar comparaciones entre ellos, su calidad, precio y demás prestaciones
Con BIM también se puede trabajar el proceso de diseño de obras de todo tipo, e incluso de ingeniería civil, de mantenimiento o de demolición. También puede guardar y gestionar datos laborales de los profesionales que participan en un proyecto y otros detalles sobre componentes y secuencias de actividades de construcción.
Si trabajas con BIM, lo harás conociendo todas las vertientes de un proyecto y manteniendo una visión global de la labor que desarrolla todo el grupo.
Otras ventajas que aporta la metodología BIM son:
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