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Una de las actividades más comprometidas para un profesor es la evaluación constante de los aprendizajes de sus estudiantes. Esta es una tarea que se hace uno a uno y que requiere de observación y; aun cuando el trabajo grupal se ha fortalecido como estrategia para consolidar el “aprendizaje cooperativo”, las calificaciones deben ser expresadas en forma individual. En este sentido, una de las estrategias educativas más productivas para la enseñanza es la autoevaluación de los aprendizajes.
Seguramente te sorprendiste al leer esto, pero en realidad, más que un “tipo de evaluación”, la autoevaluación de los aprendizajes se ha convertido en una estrategia muy útil para fomentar el “aprendizaje significativo” en los estudiantes. Su práctica, los introduce en la autovaloración de sus logros y en el reconocimiento de sus fortalezas, debilidades y oportunidades como aprendices. Además, fortalece sus competencias para la toma de decisiones y la reflexión.
Es importante resaltar que dentro del proceso educativo se ponen en práctica diferentes tipos de evaluación, la autoevaluación, coevaluación y evaluación de los aprendizajes, esto quiere decir que el estudiante se evalúa a sí mismo, los estudiantes se evalúan entre ellos y el docente evalúa a los estudiantes, respectivamente.
Entonces, enfocándonos en la autoevaluación de los aprendizajes, podemos definirla como el proceso de análisis y calificación que se hace el alumno a sí mismo, para evaluar el aprendizaje obtenido.
Esta evaluación del aprendizaje autónomo, le permite al estudiante comprobar su nivel de conocimiento aprendido en determinadas actividades y reorientarlo ante la vida. La autoevaluación de los aprendizajes, permite además hacer una autocorrección reconociendo por su propio criterio las fallas o debilidades que presenta.
Producto de la concepción educativa centrada en el estudiante y no en el docente, la autoevaluación responsabiliza al alumno de su aprendizaje. Son muchas las ventajas que esta estrategia aporta, entre ellas tenemos:
Debido a que debe realizar algunos procesos adicionales para su evaluación, el alumno adquiere mayor actividad y participación, no es solo el docente quien aplica técnicas, si no que con la autoevaluación de los aprendizajes, el estudiante se convierte en un aprendiz más activo.
Al autoevaluarse, el estudiante tiene el poder de tomar sus propias decisiones haciendo uso del análisis y del criterio honesto. Deberá darse una puntuación sincera y asumirla responsablemente.
Al ver sus resultados después de la autoevaluación, el alumno está en capacidad de darse ánimo y motivarse para saber que puede mejorar en algunas debilidades.
Con la autoevaluación de los aprendizajes los estudiantes deben hacerse preguntas y darse sus propias respuestas sin necesidad de engañarse.
Con un análisis introspectivo, el estudiante aprenderá a exigirse un poco más según los resultados obtenidos en la autoevaluación de los aprendizajes.
Además de estos elementos, los jóvenes podrán aprender a valorarse, a reflexionar, a crear su propio estilo de aprendizaje, a autocríticarse, a asumir responsabilidades, y muchas actitudes más.
La autoevaluación, también permite que el estudiante asuma su rol como protagonista del proceso de enseñanza y aprendizaje, el cual ya no se centra en los programas, ni en los profesores, sino en él. Desde esta perspectiva, el hecho educativo se vuelve más integral y se adapta mejor a las motivaciones, la cultura, las necesidades y las capacidades naturales del alumno. La autoevaluación enfoca el proceso educativo en el estudiante.
La práctica de la autoevaluación de los aprendizajes le aporta al estudiante un sentido de autonomía. Éste se acostumbra a manifestar sus necesidades, así como sus motivaciones, aprendiendo a identificar sus dificultades; a evaluar las ventajas y desventajas de los recursos didácticos y a desarrollar confianza en sí mismo.
Estas estrategias del aprendizaje sirven para que el alumno se apropie mejor de su proceso educativo y seleccione las técnicas que le permitan superar sus dificultades, con mayor facilidad.
Actualmente, la autoevaluación de los aprendizajes, no se aplica en la educación primaria. Ésta se ha convertido en una estrategia para el bachillerato y la universidad, lo cual es producto de un prejuicio. Si los estudiantes del nivel básico se acostumbraran a desarrollar este tipo de estrategias, probablemente, tendríamos alumnos más autónomos y comprometidos con su propio aprendizaje, en secundaria y en la universidad.
La autoevaluación de los aprendizajes no puede ser improvisada, su desarrollo, implica una rigurosa planificación, debido a que el docente debe evaluar la madurez de su grupo de estudiantes y sus capacidades, así como, analizar el momento más apropiado para realizarla. Otro factor determinante para el desarrollo de esta estrategia es la responsabilidad de los alumnos.
Lamentablemente, los aprendices, aún los universitarios, entran al salón de clases, esperando que el docente les diga: qué hacer y cómo actuar, relegando su autonomía y su responsabilidad en otros. Esta actitud sumisa o cómoda de los estudiantes, perjudica la eficiencia en la implantación de la autoevaluación de los aprendizajes, como una herramienta para la formación.
Este tipo de evaluación requiere de ciertas condiciones para que sus resultados sean lo más preciso posible, en este sentido, veamos ciertos aspectos:
Los alumnos requieren de cierta orientación para autoevaluarse, por su nivel de inmadurez y poca experiencia es posible que no le pongan la debida seriedad que la estrategia merece. Por ello, se deben dar las pautas claras para que sigan los pasos de forma ordenada.
Los pasos para ejecutar la autoevaluación de los aprendizajes son dados en la orientación, pero antes de iniciar la actividad es necesario que se dé la información detallada sobre los puntos en materia que se deben evaluar.
El docente debe de informar a los alumnos sobre las competencias que se van a evaluar desde el punto de vista curricular.
A pesar de que sean los mismos estudiantes quienes se evaluarán, necesitan de guía, supervisión y orientación para ejecutar la autoevaluación de los aprendizajes correctamente. El alumno debe evitar la subjetividad en la propia evaluación, pues pudiera utilizarla para darse su valoración, por lo que el docente debe de supervisar el proceso.
Un docente bien formado y con experiencia, tiene las competencias para determinar, cuándo debe aplicar estas estrategias como instrumentos para fortalecer los aprendizajes adquiridos por sus estudiantes.
De igual forma, la autoevaluación de los aprendizajes es una estrategia que también puede aplicarse en los docentes desde el punto de vista profesional. En este hecho, la Escuela de negocios para la formación online Euroinnova, te ofrece su vasta experiencia en la capacitación y el mejoramiento de docentes y profesionales de diversas áreas disciplinarias.
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