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Aunque el 99 % de la gente vive aparentemente alejada de la ciencia, el conocimiento científico está presente en la vida de todos, no solo para entender cómo funciona el mundo, sino también para tomar mejores decisiones individuales y colectivas: desde evaluar los riesgos para la salud hasta los peligros de la contaminación, la energía nuclear, entre otras muchas cuestiones.
Las primeras aplicaciones de la ciencia estuvieron orientadas hacia la medicina (integrada por la química, la física y la biología), área que actualmente está totalmente dedicada a la investigación del virus de la covid-19. Como puedes ver, la ciencia está presente en nuestras vidas. Acompáñanos a descubrir cuánto.
La ciencia ha revolucionado todos los ámbitos de la vida cotidiana. La tecnología y la ciencia han surgido teniendo como base los adelantos y las investigaciones pasadas y en curso. En este artículo solo mencionaremos las aplicaciones más destacadas que forman parte de nuestra vida diaria.
La primera aplicación de la ciencia en la vida del ser humano ha sido por medio de la medicina. Esta toma cada uno de los instrumentos de las ciencias básicas —biología, física, química e incluso matemáticas— y permite conocer el cuerpo para mejorar la salud, curar patologías y prolongar la vida humana. Además, actualmente existen ramas de esta ciencia que estudian el genoma humano, con el fin de eliminar enfermedades directamente a partir de los genes.
Aplica los conocimientos de la química y la física para superar las barreras de la distancia, permitiendo la transmisión y recepción de información —imágenes, sonidos y signos— en tiempo real y con gran rapidez. De la mano de la industria tecnológica del hardware, consigue que la transmisión de datos sea cada vez más fidedigna. Estas son algunas de las aplicaciones de la ciencia en este campo.
Aplica la física y la matemática junto con la ingeniería para proyectar y diseñar construcciones. Las Torres Colón son un buen ejemplo de una obra histórica reconocida mundialmente. Dentro de las aplicaciones de la ciencia, la arquitectura busca diseñar obras funcionales que permitan construir ciudades con un hábitat más humano. Gracias a su perspectiva y trabajo en conjunto con la ingeniería, podemos encontrar inmuebles y construcciones que desafían leyes físicas y nos sorprenden, como el Woolworth Building en Nueva York.
Aplica la biología, la química y la física en unión con la medicina para preparar sustancias medicinales destinadas a prevenir y curar enfermedades. Requiere un extenso conocimiento de los procesos biológicos. La industria farmacéutica es una de las más lucrativas del mundo y se innova constantemente para lograr avances significativos en la salud. Actualmente, las aplicaciones de la ciencia en el ámbito farmacológico impulsan los estudios dirigidos al desarrollo de vacunas para combatir la covid-19.
Aplica la matemática, la física y la química a un conjunto de técnicas que permiten al ser humano innovar, crear y producir herramientas que mejoran y facilitan la vida, como lo demuestra James Newell, quien ha publicado libros sobre la ciencia de los materiales. La ingeniería agrupa numerosas ramas de interés —computación, electrónica, industria, metalurgia, entre otras— y resuelve problemas de la vida cotidiana. Con frecuencia trabaja directamente junto con la arquitectura, ejecutando lo que esta proyecta.
La industria alimentaria depende de las investigaciones e innovaciones científicas para garantizar la calidad de sus productos y la sostenibilidad de sus procesos. Si bien existe una base consolidada de conocimientos y tecnologías avanzadas, se requieren nuevas técnicas para mejorar la fertilidad de los campos de cultivo, su rendimiento y el control de plagas, un reto cada vez más difícil de afrontar debido al cambio climático. Ahora bien, la ciencia aplicada a la agronomía también se orienta a la optimización de sistemas de riego y al uso de recursos, siempre con la mirada puesta en la sostenibilidad.
Los hitos tecnológicos del siglo XXI están directamente relacionados con la nanotecnología. Uno de los campos en los que más se observan estos avances es, sin lugar a dudas, la electrónica y la computación, donde el trabajo de los científicos de esta área ha alcanzado límites insospechados en décadas anteriores: la creación de chips de silicio con transistores de tamaño nanométrico. Otras aplicaciones, cuyas investigaciones se encuentran en curso para probar su eficacia práctica, se desarrollan en la medicina, la robótica, la ciencia de materiales, entre otros. Por su alcance, la nanotecnología promete generar un gran impacto en la humanidad.
La ciencia agropecuaria se ocupa de la cría y mejora de ejemplares para la producción de alimentos de origen animal. Para ello, fundamenta su práctica en conocimientos de biología, química y veterinaria. Entre sus principales objetivos se encuentra la optimización de la nutrición y la mejora genética de especies, principalmente en la industria cárnica. No debe olvidarse la investigación en torno al impacto de esta actividad en el medioambiente, por lo que la sostenibilidad constituye otra de sus áreas de trabajo.
Esta área requiere un apartado especial por su gran importancia dentro de las aplicaciones de la ciencia en la vida diaria. A pesar de su corto recorrido como disciplina científica formal, las ciencias de la computación han contribuido enormemente a la ciencia y a la sociedad. Veamos algunas de sus aplicaciones más significativas:
El inicio de la “revolución digital” con la aparición de internet.
El concepto de lenguaje de programación, herramienta para expresar información de manera precisa a varios niveles de abstracción.
El cómputo científico, que permitió evaluar procesos y situaciones de gran complejidad, así como experimentar mediante software (big data). También impulsó la investigación de la mente humana y el mapeo del genoma.
La computación gráfica y las imágenes generadas por computadora, hoy comunes en el entretenimiento moderno: televisión, cine, publicidad, animación y videojuegos.
La inteligencia artificial (IA), cada vez más importante y compleja, presente en aplicaciones domésticas como aspiradoras robóticas, en videojuegos y en el campo militar mediante drones, sistemas antimisiles y robots de apoyo. Muchos investigadores, como John Atkinson, se dedican exclusivamente a su estudio.
Estas son apenas algunas de las aplicaciones de la ciencia. Los aportes son innumerables, incluyendo otras disciplinas que se apoyan en la tecnología para lograr sus objetivos.
La educación actual enfrenta grandes retos, pues los avances científicos crecen a pasos agigantados y requieren nuevas generaciones que continúen su legado. La primera tarea consiste en aproximar el proceso de enseñanza-aprendizaje de las ciencias al de la investigación científica: aprender investigando.
Retos principales para motivar las aplicaciones de la ciencia:
Desarrollar habilidades como la observación, la clasificación, la modelización, el planteamiento de hipótesis y el análisis científico, al mismo tiempo que se cultivan valores de respeto y solidaridad con los demás: compañeros, familia y comunidad. Este aspecto debe comenzar desde la educación preescolar.
Promover una cultura científica y tecnológica en toda la población para comprender la complejidad de la realidad contemporánea y adquirir habilidades que permitan desenvolverse en la vida diaria, en el trabajo, en la producción y en el estudio.
Garantizar la enseñanza de las ciencias naturales con calidad y, sobre todo, con equidad, de modo que las grandes masas de la población mundial se beneficien de su aprendizaje y no solo una élite.
Preparar a niños, adolescentes y jóvenes para comprender y vivir en la globalización y en la nueva normalidad del mundo actual.
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