Beatriz Hernandez Caballero

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DOCENTE DE LA FACULTAD DE TRABAJO SOCIAL, SERVICIOS SOCIALES E IGUALDAD


Foto de Beatriz Hernandez Caballero

El fortalecimiento de los grupos, el desarrollo de las personas y el cambio social son las señas de identidad de mi quehacer profesional. Como Trabajadora Social, mi objetivo es transmitir a través de la formación esa mirada y enfoque social tan necesarios para promover la construcción de sociedades más justas e inclusivas.   

Icono de información Formación

  • Diplomada en Trabajo Social
  • Máster en Dependencia e Igualdad en la Autonomía Personal
  • Máster en Dirección, Gestión y Emprendimiento de centros y servicios sociosanitarios
  • Certificado de profesionalidad en atención a personas dependientes en instituciones sociales
  • Formadora Ocupacional
  • Formación en igualdad de género, SAD, dependencia, demencias y mayores

Icono de información Experiencia

  • Docente del Área de Trabajo Social de INESEM Business School
  • Trabajadora Social en Residencia de Personas Mayores
  • Tutora alumnado de prácticas del Grado de Trabajo Social en la Universidad de Granada
  • Trabajadora Social en UED de personas con Alzheimer y otras demencias
  • Coordinadora del Servicio de Ayuda a Domicilio en entidad pública
  • Trabajadora Social en centro de protección de menores tutelados por la Junta de Andalucía

Artículos publicados

Violencia económica contra la mujer

Violencia económica contra la mujer

Es habitual que la violencia machista se asocie a golpes o gritos, pero no toda se manifiesta mediante la fuerza física. ¿Quieres conocer más aspectos sobre las diversas formas que puede adoptar la violencia de género? Te cuento más… Lacra social La violencia de género se ha configurado como un problema de gran calado social que ha transcendido de lo meramente familiar e íntimo para implicar a todos los agentes sociales e institucionales donde el fin común es visibilizarla y erradicarla. Las diversas manifestaciones de violencia vienen a reforzar la desigualdad entre mujeres y hombres dentro de un sistema patriarcal que perpetúa la subordinación de la mujer en todas las áreas de su vida. Esta opresión está profundamente arraigada en la organización de la sociedad y se mantiene de forma intencionada. El sistema patriarcal considera que la mujer tiene menos valía que el hombre por lo que debe ser éste quien se ocupe de los puestos de mayor poder en la política, en las empresas y en el gobierno, quedando para las mujeres aquellos espacios sin reconocimiento ni poder. Tipos de violencia de género La violencia de género implica la vulneración del bienestar físico, psíquico o relacional de la mujer, donde el objetivo es coaccionar, manipular, limitar y causar daños con todos los medios al alcance del maltratador. Esto hace que se puedan distinguir varios tipos de violencia machista: Violencia física. Es la más visible y se refiere a cualquier acto por el que se inflige daño físico a la mujer a través de una agresión directa. Violencia psicológica - emocional. Puede pasar más desapercibida dándose de forma directa, como insultos o vejaciones, o de forma más indirecta, mediante conductas que desvalorizan día a día a la mujer. Violencia sexual. Se refiere a las situaciones en las que la mujer es coaccionada o forzada a realizar actividades de índole sexual en contra de su voluntad. En este caso, no sólo se refiere a la violación sino también a la mutilación genital femenina, el acoso sexual o la prostitución. Violencia social. Se refiere al aislamiento y ruptura de las relaciones sociales y familiares al que es sometida la mujer para eliminar cualquier tipo de apoyo. Violencia vicaria. Esta violencia instrumentaliza a los hijos e hijas de la mujer con la intención de causarle un dolor extremo. Violencia económica A los diferentes tipos mencionados con anterioridad, hay que sumar la violencia económica, uno de los tipos de violencia menos investigados. Hasta el momento no se han considerado todas las dimensiones que comprende la violencia económica, aunque la mayor parte de los estudios coinciden en determinar 3 dimensiones: control económico, sabotaje laboral y explotación económica. Control económico. Es ejercido mediante acciones que impiden a la mujer acceder o tener conocimiento sobre las finanzas de la unidad familiar y pueda tomar decisiones económicas. El agresor puede controlar el uso del dinero, impedir el acceso al mismo u ocultar el dinero ganado en común, incluido el acceso de la mujer a la cuenta bancaria o el engaño sobre propiedades o bienes compartidos. Sabotaje laboral. Implica el impedimento a la mujer de obtener o mantener un empleo. En este caso, se prohíbe, interfiere o desalienta sobre el empleo o el desarrollo de acciones formativas o de recualificación lo que afecta a su desarrollo profesional. Estas acciones pueden venir excusadas y justificadas por su descuido a la familia y el hogar, infravalorando el salario percibido y el trabajo desarrollado. Explotación económica. Surge cuando el agresor destruye o se apropia de forma intencionada de los recursos económicos o el crédito de la mujer. El robo de su salario, cheques, tarjetas o la apertura de una línea de crédito a nombre de la mujer sin su conocimiento, son algunos de los ejemplos. También el daño o robo de posesiones de la mujer o de sus allegados. Datos sobre la violencia económica Las estadísticas sobre violencia económica son escasas y la mayoría de los indicadores son poco exhaustivos. El Sistema Estadístico de Criminalidad (SEC) realiza una aproximación a algunos tipos penales de violencia económica, pero es la Macroencuesta de Violencia contra la Mujer (2019) la que hace una referencia estadística más detallada. Entre otros aspectos, esta encuesta concluye que: La prevalencia de la violencia económica a lo largo de la vida es del 11, 5%, estimándose en 2.350.684 las mujeres residentes en España afectadas. La violencia económica es la tercera manifestación más frecuente de violencia machista por detrás de la emocional y psicológica. La forma más habitual de violencia económica es la prohibición de realizar compras de forma independiente o la toma de decisiones sobre la economía familiar (7, 5%). La violencia económica se interrelaciona con otros tipos de violencia. El 91, 2% de las mujeres han sufrido además violencia psicológica, un 57, 9% violencia física y un 48, 2 violencia sexual. La violencia económica está invisibilizada pero muy presente en la sociedad actual. No suele aludirse a ella como violencia de género, pero es una problemática que perpetúa el control sobre la mujer. El grado de dependencia económica que la mujer sostenga en su convivencia con el maltratador actúa como barrera para impedir o al menos limitar su salida de la violencia. Es por ello, que desarrollar acciones de sensibilización sobre todas las manifestaciones de violencia de género, además de promover una protección legislativa efectiva, es fundamental para apoyar y empoderar a las mujeres víctimas de la violencia de género. Formaciones que te pueden interesar: Curso UF2688 Análisis y Detección de la Violencia de Género y los Procesos de Atención a Mujeres en Situaciones de Violencia Curso de Agente de Igualdad de Oportunidades para la Mujer ...

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El papel de los centros de ayuda de personas migrantes

El papel de los centros de ayuda a personas migrantes

Alrededor de 184 millones de personas, lo que se traduce en el 2, 3% de la población mundial, vive fuera de su país de origen. Estas cifras lejos de reducirse no dejan de aumentar, planteando necesidades para las que los gobiernos aún no tienen una respuesta eficaz. Los movimientos migratorios suponen un desafío para el desarrollo mundial, por tanto, es fundamental estimular el debate para que se dé una cooperación global. Te cuento más sobre este fenómeno…  Flujos migratorios En el mundo globalizado en el que vivimos, los flujos migratorios se han configurado como un vector que transforma la realidad socioeconómica no sólo de la nación receptora sino también de la nación de origen.   Para dar una respuesta eficaz a este fenómeno es fundamental conocer los motivos que provocan estos movimientos y si se han producido de forma voluntaria o forzosa. En este sentido, y en función de las causas que motivan estos movimientos, se distinguen 4 tipos:   1.Por razones económicas. En este caso, las condiciones de vida en un país o región se deterioran más allá de lo soportable, lo que provoca que la población busque oportunidades en otros lugares.   2. Por cuestiones políticas. Los cambios de régimen político suelen acarrear cambios radicales que obligan a determinados grupos de personas a abandonar sus hogares, bien porque son expulsados o para salvar la propia vida.   3. Por desastres naturales. Desastres climáticos, cataclismos o grandes accidentes industriales dificultan la vida en esa región, lo que obliga a las personas a buscar otro lugar para vivir.   4. Por conflictos armados y guerras. Donde la violencia hace inhabitable las ciudades y países obligando a sus habitantes a buscar zonas pacíficas.   Atención humanitaria y sistema de acogida en España El Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones de España tiene un papel central en la atención humanitaria a personas migrantes. Es a través del Sistema de Acogida y Protección Internacional que este ministerio coordina una red de recursos y servicios destinados a garantizar la protección y bienestar de las personas refugiadas y solicitantes de asilo.  Este sistema está estructurado y se distinguen varias fases del proceso; en la fase de recepción y evaluación inicial se determina la necesidad de protección y se proporciona alojamiento temporal a la persona. Más tarde, se implementan programas de integración que incluyen acceso a educación, formación profesional y apoyo para la inserción laboral. Este sistema también garantiza el acceso a los servicios de salud y apoyo psicológico, cruciales para la recuperación y estabilidad de las personas refugiadas.    La colaboración entre el gobierno y entidades del Tercer Sector es esencial para el éxito del sistema de acogida. Este enfoque multisectorial permite dar una respuesta más coordinada y efectiva a las necesidades de las personas refugiadas, asegurando que reciban el apoyo integral para reconstruir sus vidas en España.  Centros de ayuda a personas migrantes  Los centros de ayuda a personas migrantes están diseñados para ser accesibles y acogedores, brindando un entorno seguro y de apoyo para personas de diversas nacionalidades y culturas. Una de las características principales es la diversidad de servicios que ofrecen, adaptados a las necesidades específicas de las personas migrantes.  Esta tipología de centros suele gestionarse por Organizaciones No Gubernamentales (ONG´s), entidades gubernamentales o la combinación de ambas, contando, además, con personal especializado en diversas áreas como Trabajo Social, Psicología, Derecho o Educación.   Servicios de los centros de ayuda a personas migrantes Los centros de ayuda a personas migrantes proporcionan una amplia diversidad de servicios diseñados para apoyar a las personas migrantes en diversos aspectos de su vida. A saber:  Asesoramiento legal. Este servicio es de los más demandados, ya que las personas migrantes precisan de orientación sobre cómo regularizar su situación, obtener permisos de trabajo y residencia y conocer sus derechos y deberes en el país receptor.  Asistencia psicológica y social. Las personas migrantes a menudo enfrentan desafíos emocionales y sociales debido al proceso de adaptación a un nuevo entorno. Los centros de ayuda proporcionan apoyo psicológico y social para dar soporte al estrés y ansiedad que pueden acompañar al proceso migratorio.   Cursos de idiomas y formación personal. Aprender el idioma del país de acogida es crucial para la integración. Muchos centros ofrecen clases de idiomas y programas de formación profesional para mejorar las habilidades de las personas migrantes y aumentar sus oportunidades de empleo.   Servicios de salud. Algunos centros también cuentas con servicios de salud o colaboran con instituciones de salud para asegurarse de que las personas migrantes dispongan de atención médica básica y especializada.   Asistencia para la vivienda. Encontrar un lugar adecuado para vivir es otro desafío importante para las personas migrantes. Los centros de ayuda a menudo ofrecen orientación y apoyo para la búsqueda de vivienda, y en algunos casos, proporcionan alojamiento temporal.   En definitiva, atender y dar soporte a las personas que atraviesan por un proceso migratorio es de vital importancia para que su adaptación e integración en la nación receptora sea lo menos traumático posible. Todo ello pasa por reforzar y ampliar la red de centros de acogida para fomentar espacios inclusivos y respetuosos que permitan a las personas refugiadas reconstruir su proyecto vital con dignidad y esperanza.  ...

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4 Tipos de maltrato infantil

Conoce más a fondo los 4 tipos de maltrato infantil

Conoce los diferentes tipos de maltrato infantil  El maltrato y abuso infantil es un problema que afecta a millones de niños y niñas en todo el mundo. Se configura como un problema estructural que no siempre es fácil de detectar, sobre todo en edades tempranas. Si quieres aprender más sobre esta violencia, sigue leyendo. A continuación, tratamos sobre los tipos de maltrato infantil tipificados, las consecuencias que puede llevar aparejadas o los posibles factores de riesgo asociados. Tipología de maltrato infantil Se pueden distinguir varias formas de maltrato infantil impactando todas ellas de manera profunda en el desarrollo integral de los niños y niñas. El Real Decreto 3/2004, de 7 de enero, modificado por el Decreto 81/2010, de 30 de marzo y Decreto 210/2018, de 20 de noviembre recoge que los cuatro tipos de maltrato son: 1. Maltrato físico El maltrato físico es quizás el tipo de abuso más visible y reconocible. Consiste en la agresión física hacia un/a menor, como golpear,  empujar, quemar o cualquier otra acción que le cause daño físico. Dentro del mismo encontramos: Síndrome del niño zarandeado Mutilación genital femenina Síndrome de Munchausen por poderes Explotación laboral Mendicidad Tráfico de órganos 2. Maltrato emocional / psicológico Es una forma más sutil de maltrato, pero igual de dañina. Se manifiesta a través de insultos, amenazas, humillaciones o rechazo constante por parte de las personas cuidadoras. 3. Abuso sexual El abuso sexual infantil es una de las formas más devastadoras de maltrato. Implica cualquier clase de contacto o interacción sexual obligada por parte de una persona adulta hacia una persona menor de edad, valiéndose de la fuerza, la intimidación, el chantaje o la amenaza. Se incluye matrimonio forzado, explotación sexual, pornografía, tráfico y turismo sexual y prostitución infantil. También se incluye la comisión por menores de 18 años cuando sean significativamente mayores que la víctima o cuando estén en una posición de poder o control sobre ella. 4. Negligencia / abandono físico / cognitivo La negligencia es una forma de maltrato infantil que ocurre cuando las personas cuidadoras no proveen las necesidades básicas del menor,  tales como alimentación, vestimenta, atención médica o educación. Aunque puede no ser tan visible como otros tipos de maltrato, la negligencia tiene efectos igualmente devastadores en el desarrollo físico, emocional y social del niño. Consecuencias del maltrato infantil El maltrato infantil no solo deja cicatrices físicas y emocionales, sino que tiene efectos a largo plazo que pueden manifestarse durante la adolescencia y la adultez. Los infantes maltratados tienen una mayor probabilidad de desarrollar problemas de salud mental como depresión, ansiedad, trastorno de estrés postraumático y problemas de conducta. También son más propensos a caer en comportamientos autodestructivos, como el abuso de sustancias, el suicidio y la autolesión. En el ámbito social, las víctimas de maltrato infantil suelen tener dificultades para formar relaciones saludables, ya que su capacidad para confiar en los demás ha sido afectada por el abuso. Esto puede llevar a problemas en su vida personal, profesional y familiar en el futuro. Asimismo, se ha demostrado que los niños y niñas maltratados tienen mayores probabilidades de repetir el ciclo de violencia, convirtiéndose en adultos abusivos o maltratadores en sus propias relaciones. Factores de riesgo El maltrato infantil no ocurre de forma aislada; existen ciertos factores de riesgo que aumentan la probabilidad de que un/a menor sea víctima de abuso o negligencia. Entre los factores más comunes se incluyen: Factores familiares El entorno familiar es clave en la aparición de maltrato infantil. Familias que enfrentan situaciones de estrés crónico, adicciones, problemas de salud mental, pobreza, desempleo o violencia de género presentan un mayor riesgo. Además, la falta de apoyo social y redes de contención puede exacerbar el riesgo de maltrato. Factores sociales En muchas sociedades, las normas culturales y las creencias toleran la violencia hacia los infantes, ya sea en forma de castigos físicos o trato despectivo. La falta de sistemas de apoyo y recursos sociales para familias en situación de vulnerabilidad también es un factor que incrementa el riesgo. Al igual que los lugares donde hay un acceso limitado a la educación,  la salud y la protección infantil Importancia de la detección temprana Detectar el maltrato infantil a tiempo es esencial para prevenir daños mayores y asegurar que el/la menor reciba la ayuda necesaria. Profesorado,  profesionales de la salud y otras personas adultas que tienen contacto frecuente con los infantes juegan un papel fundamental en la identificación de posibles casos de maltrato. Señales como cambios bruscos en el comportamiento,  retraimiento social, miedo extremo hacia los adultos, lesiones físicas frecuentes o descuido de las necesidades básicas pueden ser indicativos de abuso o negligencia. Es crucial que los sistemas de protección infantil estén bien equipados y capacitados para responder rápidamente ante estos casos. Esto incluye la existencia de líneas de denuncia anónima, intervenciones legales y acceso a servicios de apoyo psicológico para las víctimas. Prevención y soluciones Para combatir el maltrato infantil, es fundamental adoptar un enfoque preventivo que aborde tanto las causas subyacentes como los factores de riesgo. Algunas estrategias clave incluyen: Educación y concientización La educación tanto de las personas cuidadoras como de los infantes es esencial para prevenir el maltrato infantil. Programas que enseñen a los progenitores sobre métodos de crianza positiva, manejo del estrés y alternativas al castigo físico pueden ser muy efectivos para reducir los casos de maltrato. A su vez,  los/ las menores deben aprender sobre sus derechos y a reconocer situaciones de abuso, para que puedan pedir ayuda si es necesario. Apoyo a las familias vulnerables Brindar apoyo a las familias en riesgo es una de las maneras más efectivas de prevenir el maltrato infantil. Programas de apoyo económico,  acceso a servicios de salud mental y redes de apoyo comunitarias pueden aliviar el estrés en las familias y disminuir el riesgo de abuso. Además, el fortalecimiento de los servicios de protección infantil es crucial para identificar y actuar rápidamente en casos de maltrato. En definitiva, el maltrato infantil es una problemática compleja y devastadora que requiere la atención y colaboración de toda la sociedad. La educación, la detección temprana y la intervención adecuada son herramientas clave para combatir este problema y garantizar que todos los infantes puedan crecer en un entorno seguro, saludable y asegurar que sus derechos sean respetados. Quizás te interese leer sobre: Qué estudia la psicología infantil Cómo trabajar la interculturalidad en el aula de infantil   ...

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