Gestión y liderazgo educativo: ¿por que son importantes?

La educación es uno de los campos que más cambios experimenta en la actualidad. Debido a las nuevas tecnologías y los avances en la investigación educativa, las instituciones educativas se enfrentan a un conjunto de retos que, desde luego, deben sortear con éxito para lograr el aprendizaje de sus estudiantes. Asimismo, estas instituciones se encuentran frente a la necesidad de brindar un ambiente y herramientas adecuados a sus docentes para que estos alcancen la enseñanza de calidad. Para conseguir todo esto, se considera como imprescindible la gestión y liderazgo educativo. En lo que sigue, se explica en qué consiste y por qué son tan importantes. 

¿Qué es el liderazgo educativo? 

El liderazgo educativo consiste en un enfoque multidimensional que busca dirigir y gestionar instituciones educativas de manera eficiente y efectiva. Esta labor requiere, en consecuencia, un conjunto de habilidades y competencias para acompañar y conducir a los integrantes de la comunidad educativa hacia el cumplimiento de objetivos comunes. La base de este trabajo es alcanzar la calidad y excelencia educativa.  

Cabe recalcar que el liderazgo educativo no se centra únicamente en la gestión administrativa –una parte fundamental de la gestión educativa–, sino que también atiende a otros aspectos fundamentales para una adecuada práctica educativa, como el aprendizaje significativo, espacios de aprendizaje positivos y seguros, la implementación de técnicas y metodologías de enseñanza innovadoras, así como la planificación de acciones para obtener resultados a largo plazo.  

Entonces, el liderazgo educativo es una pieza clave para que las instituciones educativas alcancen el éxito en diferentes niveles, desde el aprendizaje de los estudiantes hasta el bienestar de los docentes. Esto, al mismo tiempo, implica la construcción de la reputación de la institución, lo que la sitúa como referente en su contexto inmediato. 

Competencias y habilidades para el liderazgo educativo 

Precisamente, para que la gestión educativa y liderazgo alcancen sus máximos niveles de efectividad, los líderes educativos deben contar con competencias y habilidades para alcanzar la calidad de la educación. Estas habilidades son: 

Visión integral 

Un líder educativo debe tener una visión holística de la institución educativa; es decir, debe comprender todos los aspectos operativos y funcionales que la componen. Esto incluye información sobre la gestión académica, la gestión administrativa y la condición general del alumnado. Con una mirada completa de la institución educativa, se pueden plantear medidas y establecer estrategias para alcanzar más y mejores resultados en todos los ámbitos de competencia. 

Plan de trabajo 

El plan de trabajo u hoja de ruta contiene información sobre acciones y proyectos que se ejecutan para planificar, identificar objetivos y establecer periodos de acciones para alcanzar determinadas metas. Con la visión de la institución como guía, el plan de trabajo debe tener en cuenta las necesidades y expectativas de los docentes, estudiantes, administrativos, estudiantes y sus familiares.  

Innovación 

En el contexto actual, las innovaciones tecnológicas han modificado casi por completo las dinámicas educativas tradicionales. Esto significa que, desde la gestión y liderazgo educativo, se deben tomar en cuenta todos los cambios en el mundo de la educación para integrarlos de manera transversal en la práctica de los docentes para que los estudiantes sean beneficiados y se encuentren a la vanguardia de los cambios. Así, la tecnología educativa –que integra tecnologías para mejorar metodologías de enseñanza-aprendizaje– es parte fundamental para la innovación en todos los niveles.  

Creatividad 

La creatividad es fundamental para encontrar soluciones originales y efectivas a los problemas y desafíos que enfrentan las instituciones educativas. Los líderes deben estar en la capacidad de comprender lo que ocurre y, a partir de esto, tomar medidas que beneficien a todos.

Comunicación efectiva 

La gestión y el liderazgo escolar reposan sobre la comunicación de ideas, propuestas, acciones, informes, proyectos, entre otros. Es así como la comunicación efectiva se convierte en una de las habilidades más valoradas para el liderazgo, ya que permite la interacción fluida, clara, respetuosa y empática con todos los miembros de la comunidad educativa. 

Liderazgo 

Aunque parezca redundante, se requiere de liderazgo no solo para delegar, sino también para inspirar, motivar y acompañar al equipo. Esto fomenta un ambiente de trabajo positivo y productivo. Los líderes son referentes, por lo que se convierten en figuras a las que se sigue durante la implementación o ejecución medidas educativas.  

Resiliencia 

Una de las habilidades blandas más valoradas es la resiliencia, la cual consiste en la capacidad de adaptarse a cambios y superar los retos que estos presentan. Los líderes, al estar al mando o a la cabeza de las instituciones educativas, deben estar en la capacidad de responder oportunamente para lograr buenos resultados. 

Apertura 

Una de las estrategias para mejorar el liderazgo en la escuela es mantener la apertura a opiniones, propuestas, nuevas metodologías, nuevas herramientas, entre otros. Esto quiere decir que la escuela puede convertirse en un espacio de discusión abierto a la participación sin ningún tipo de limitación. Se trata de una posición de inclusión frente a la diversidad de la institución. 

Importancia de la gestión y liderazgo educativo 

La gestión y liderazgo educativo son fundamentales para el éxito de la institución educativa. Con políticas educativas efectivas, se pueden mejorar todos los procesos asociados a la educación y, como se dijo, ir más allá del aspecto administrativo.  

Frente a los retos de la educación actual, por lo tanto, el liderazgo educativo permite abandonar progresivamente algunos aspectos de la educación tradicional, como la figura del docente como transmisor de conocimientos, cuando en la actualidad la figura de este se centra en ser un guía y acompañante del aprendizaje de los estudiantes.  

Sobre la base de la flexibilidad de ideas, visión a largo plazo, visión estratégica y apertura de ideas, los líderes educativos pueden logran una gestión educativa de cara a la consecución de objetivos. La calidad y la excelencia son la brújula de estas acciones.