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Guayaquil, una ciudad donde la identidad gastronómica se fusiona con la diversidad cultural y la riqueza de sus ingredientes locales. Aquí, en la perla del Pacífico, cada bocado cuenta una historia, cada plato lleva consigo el legado de generaciones.
En este viaje por los sabores típicos de Guayaquil, exploraremos desde los clásicos hasta los más tradicionales, desde la taza de café matutina hasta el seco de pollo que cierra una jornada llena de aromas y colores.
Comencemos nuestro día, como lo hacen muchos guayaquileños, con una taza de café caliente que despierte todos nuestros sentidos. En cada esquina de la ciudad, se encuentra una pequeña cafetería que sirve esta bebida tan amada. La gente se reúne, comparte noticias y saborea el sabor único del café ecuatoriano.
Para alimentar el cuerpo y el alma, nada mejor que un desayuno tradicional de la ciudad. Un plato de arroz con menestra y carne es el favorito de muchos. La combinación perfecta de arroz cocido a la perfección, menestra de frijoles suculenta y carne tierna, es una explosión de sabores en cada bocado. Esta es una forma típica de comenzar el día en Guayaquil, llena de energía y tradición.
Para acompañar nuestro desayuno, qué mejor que un vaso de chicha resbaladera, una bebida dulce y refrescante que se ha convertido en un símbolo de la ciudad.
El sabor a maíz fermentado y la dulzura natural hacen de esta bebida una delicia para el paladar. Es común encontrar puestos de chicha en cada esquina, donde los lugareños se reúnen para disfrutar de este refresco tradicional.
A medida que avanza el día, es hora de disfrutar de un almuerzo abundante que refleje la autenticidad de la cocina guayaquileña. Un plato tradicional que nunca falla es el arroz con menestra y carne, pero esta vez acompañado de un toque especial: cebolla y pimiento frescos que realzan los sabores de cada ingrediente.
Este plato típico de la costa es una verdadera delicia para el paladar y una muestra de la diversidad culinaria de la región.
No se puede hablar de comida típica de Guayaquil sin mencionar el plátano maduro. Ya sea frito, horneado o asado, el plátano maduro es el compañero ideal de cualquier plato tradicional. Su dulzura natural y su textura suave hacen que sea una adición indispensable a cualquier comida guayaquileña.
Por la tarde, es hora de disfrutar de una merienda reconfortante que nos llene de calor y sabor. Un tazón de caldo de salchicha es la elección perfecta para combatir el frío de la tarde.
Este caldo, hecho con salchichas ahumadas, verduras frescas y especias aromáticas, es una delicia reconfortante que se sirve con maduros fritos. El contraste entre el caldo caliente y los maduros crujientes es simplemente irresistible.
Para culminar nuestro día gastronómico en Guayaquil, nos sumergimos en las delicias nocturnas que la ciudad tiene para ofrecer. Un plato típico de la costa que no puede faltar en nuestra mesa es el seco de pollo. Este plato, preparado con pollo tierno cocido lentamente en una salsa de maní y acompañado de arroz blanco, es una explosión de sabores que deleita los sentidos y satisface el hambre más voraz.
Como siempre, hay información o datos que son importantes conocer y analizar, especialmente si tenemos pensado viajar a una región tan hermosa como esta:
Además de los platos mencionados, el ceviche de concha es otra delicia marina que no debes perderte en Guayaquil. Preparado con conchas frescas marinadas en jugo de limón, cebolla roja, tomate, cilantro y un toque de picante, este ceviche es una explosión de sabores frescos y deliciosos.
El bolón de verde es un plato popular en toda la costa ecuatoriana, pero en Guayaquil se sirve de una manera única y deliciosa. Se prepara machacando plátanos verdes con queso rallado y chicharrón, formando una masa que se fríe hasta que esté dorada y crujiente por fuera, pero suave y tierna por dentro.
Otra delicia del mar es el encocado de pescado, un plato en el que el pescado fresco se cocina lentamente en una salsa de coco con cebolla, tomate, ajo y especias. El resultado es un plato cremoso y aromático que se sirve con arroz blanco y patacones.
Este plato tradicional de Guayaquil es un estofado hecho con mondongo (callos), papa, cacahuete, leche, y especias. Es un plato reconfortante y lleno de sabor que se sirve caliente y es perfecto para los días frescos.
El tigrillo es un desayuno popular en Guayaquil, especialmente en la región costera. Consiste en plátanos verdes cocidos y machacados con queso fresco, cebolla y huevos revueltos. Es una mezcla deliciosa de sabores dulces y salados que te dará energía para comenzar el día.
Para satisfacer tu antojo de algo dulce, no puedes dejar de probar la espumilla. Esta golosina es una especie de merengue suave y esponjoso hecho con claras de huevo, azúcar y pulpa de fruta, generalmente guayaba o zapote. Se sirve en copas o conos y es un postre ligero y delicioso que se derrite en la boca.
Con estos datos adicionales, tu viaje culinario por Guayaquil estará completo. ¡Disfruta de cada sabor y descubre la diversidad gastronómica que esta ciudad tiene para ofrecer!
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