Índice
La discapacidad intelectual límite se refiere a una condición en la que una persona presenta un nivel de coeficiente intelectual por debajo de la media, pero no lo suficientemente bajo como para ser diagnosticada con discapacidad intelectual moderada o severa. Las personas con discapacidad intelectual límite pueden tener dificultades en áreas como el aprendizaje, la memoria y las habilidades sociales, pero también pueden desarrollar habilidades y funcionamiento independiente con el apoyo adecuado y la oportunidad de aprendizaje inclusivo.
Si estudias o trabajas en cualquier área relacionada con la inclusión educativa, las necesidades especiales y la terapia ocupacional, sigue leyendo este post, hablaremos sobre la discapacidad intelectual límite y cómo trabajarla desde las terapias más novedosas.
Las terapias y actividades inclusivas son clave para el desarrollo y bienestar de las personas con discapacidad intelectual límite. Estas prácticas proporcionan oportunidades de aprendizaje, estimulación y participación social, promoviendo la autonomía, la confianza en sí mismos y la integración en la comunidad, mejorando así su calidad de vida.
Con el apoyo adecuado y el conocimiento profundo de esta condición, las personas con discapacidad intelectual límite son capaces de desarrollarse plenamente y de participar en la sociedad como cualquier otra persona adulta, con independencia y autosuficiencia.
Aunque la discapacidad intelectual límite no esté considerada como una discapacidad diagnosticada, si existen algunas características que comparten las personas que la tienen, por eso, es importante que se identifiquen a tiempo para abordarla desde la edad más temprana.
Funcionamiento intelectual por debajo del promedio: las personas con discapacidad intelectual límite tienen un coeficiente intelectual (CI) que se encuentra en el rango de 70-85, lo que indica un nivel de funcionamiento intelectual más bajo que el promedio de la población.
Dificultades en el aprendizaje y procesamiento de información: pueden enfrentar desafíos en áreas como el aprendizaje académico, la memoria, la atención y el procesamiento de información, lo que puede afectar su rendimiento escolar y su capacidad para adquirir nuevas habilidades.
Habilidades adaptativas limitadas: presentan dificultades en la adquisición de habilidades prácticas para la vida diaria, como el autocuidado, la comunicación, la autonomía personal y la toma de decisiones.
Habilidades sociales y emocionales diferenciadas: tienen problemas para comprender y manejar las relaciones sociales, así como para expresar y regular sus emociones de manera adecuada.
Necesidad de apoyo y adaptaciones: requieren apoyo adicional y adaptaciones en entornos educativos y laborales para maximizar su participación y desarrollo, así como para promover su inclusión en la sociedad.
Las personas con discapacidad intelectual límite enfrentan diversos desafíos en su vida diaria. Estos desafíos pueden manifestarse en diferentes áreas, como el ámbito educativo, laboral y social.
El primer obstáculo al que se enfrentan está en el sistema educativo, ya que pueden encontrar dificultades para seguir el ritmo de aprendizaje, requerir adaptaciones y apoyos específicos, y enfrentar barreras para acceder a una educación inclusiva y de calidad.
Cuando llegan a la adultez, pueden encontrarse barreras para acceder al mercado laboral, por lo que será muy necesario contar con programas de orientación laboral que los prepare para cubrir ofertas acordes con sus habilidades. Por otro lado, también será necesario adaptar el entorno de trabajo. Socialmente, pueden experimentar dificultades en las interacciones sociales, el establecimiento de relaciones significativas y la participación en actividades comunitarias. Además, la falta de comprensión y estereotipos sobre la discapacidad intelectual límite puede llevar a la exclusión y la discriminación. Superar estos desafíos requiere de un enfoque inclusivo, donde se fomente la igualdad de oportunidades, se brinden apoyos adecuados y se promueva la concienciación y aceptación de la diversidad.
Con el apoyo adecuado y una sociedad inclusiva, las personas con discapacidad intelectual límite pueden superar estos desafíos y desarrollar todo su potencial.
Una faceta muy importante a la que deben atender los profesionales de la inclusión social y el trabajo social, es al refuerzo de las habilidades sociales y a la gestión de las emociones. En nuestro día a día, todos nos enfrentamos a situaciones contradictorias, en las que mantener la calma es fundamental para pensar de manera resolutiva es fundamental.
Trabajar la inteligencia emocional con personas discapacitadas intelectualmente les ayuda a comprender y gestionar sus propias emociones, lo cual es fundamental para su bienestar emocional y psicológico. Además, les brinda herramientas para reconocer y expresar sus sentimientos de manera adecuada, promoviendo una mejor autopercepción y autoestima.
¡Te esperamos en Euroinnova!
Nuestra Formación
Nuestro porfolio se compone de cursos online, cursos homologados, baremables en oposiciones y formación superior de posgrado y máster.
Ver oferta formativa¡Muchas gracias!
Hemos recibido correctamente tus datos. En breve nos pondremos en contacto contigo.