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La alfarería es un arte milenario que ha perdurado a lo largo de los siglos y se ha manifestado en diversas culturas alrededor del mundo. En el corazón de este fascinante proceso se encuentra una herramienta esencial: el torno de cerámica.
Si has visto la película Ghost, muy taquillera en los años 90, recordarás la sensualidad de la escena en la que Molly, la protagonista, esculpe un jarrón de cerámica, mientras su amado la cubre por detrás para ayudarla a moldear. Pues bien, ¡Molly estaba usando un torno de cerámica!
En este artículo, exploraremos qué es el torno de cerámica, cómo utilizarlo de manera efectiva, la elección del torno adecuado y su mantenimiento para garantizar su longevidad.
El torno de cerámica o torno alfarero es uno de los instrumentos que utiliza un/a ceramista para dar forma a la arcilla.
Este dispositivo consiste típicamente en una plataforma giratoria horizontal, generalmente impulsada por un motor, que permite que la arcilla se mueva de manera constante y uniforme. Así, permite al artista ir dando forma a la arcilla con las manos, mientras esta gira sobre un eje centrado.
Aunque no es la única forma de hacer cerámicas, pues también se puede hacer cerámica con molde o manual, el torno de cerámica permite conseguir piezas más lisas y uniformes que las que se realizan a mano. Su función principal es facilitar el centrado y modelado de la arcilla, lo que resulta crucial para crear piezas cerámicas simétricas y bien elaboradas. La habilidad del ceramista en el uso del torno determina la calidad y la belleza de las piezas resultantes.
El torno de pedal, arraigado en la tradición alfarera, es un dispositivo impulsado por la destreza y el ritmo del ceramista. Mediante el uso del pie, la persona controla la rotación de la rueda. Este método manual más tradicional es apreciado por muchos artistas por su conexión directa con la arcilla. Asimismo, por la capacidad de ajustar la velocidad de manera intuitiva. No obstante, puede resultar más complejo de utilizar.
En contraste, el torno eléctrico está equipado con un motor eléctrico, este dispositivo elimina la dependencia del esfuerzo humano para girar la rueda. El control electrónico de la velocidad ofrece más precisión.
El proceso de utilizar el torno de cerámica requiere mucha práctica y paciencia. Para empezar, es preciso poner un trozo de arcilla (la cantidad depende del tamaño de la pieza) y ponerlo sobre el torno con un golpe.
Después, es preciso amasar la arcilla, para asegurarse de que no quede aire que pueda interferir en el horno y que la arcilla está lista para moldearse. Esto se hace subiendo y bajando la arcilla con las manos, para darle forma de cono y luego aplastarla nuevamente.
Después, es preciso centrar la arcilla en el torno, un paso crucial para garantizar que la forma resultante sea simétrica y equilibrada. Probablemente, este es el paso más complicado. Una vez centrada, comienza el emocionante proceso de modelado.
La creación de formas en el torno de cerámica es una danza entre las manos del ceramista y la rotación constante del torno.
Dedica tiempo a perfeccionar tu técnica de modelado, experimentando con diferentes estilos y texturas. Desde la creación de jarrones hasta la elaboración de tazones, el torno de cerámica te brinda la libertad de expresar tu creatividad de manera única. Se trata de un instrumento que, más que fuerza, requiere de destreza y mucha práctica.
Seleccionar el torno de cerámica adecuado es esencial para el desempeño del ceramista. Considera factores como el tamaño, la potencia y las características especiales al tomar esta decisión.
No es lo mismo si eres un/a aficionado/a, que una persona que desea comercializar sus piezas de artesanía gran escala. Además, si quieres realizar joyería artesanal o decoración figurativa, no necesitarás del torno.
El mantenimiento del torno de cerámica es clave para garantizar su rendimiento óptimo a lo largo del tiempo. Cuando se produce una pieza con arcilla, es necesario irla humedeciendo. Por esta razón, es normal que haya residuos y salpicaduras que se peguen al torno.
Limpia cuidadosamente los residuos de arcilla después de cada sesión y lubrica las partes móviles según las recomendaciones del fabricante. Realiza inspecciones periódicas para identificar cualquier desgaste o posible necesidad de ajustes. Un torno bien mantenido es una herramienta confiable que acompañará al ceramista en su viaje creativo por muchos años e incluso décadas.
En conclusión, el torno de cerámica es más que una simple herramienta; es el compañero indispensable para la labor de un/a alfarero/a, al igual que el horno. ¡Perfecciona tus técnicas y aprende nuevas para crear obras maestras de cerámica!
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