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Un traumatólogo deportivo es aquel profesional encargado de la prevención, diagnóstico y tratamiento de las lesiones que se producen durante la práctica deportiva. ¿Quieres ampliar tu formación y convertirte en un auténtico profesional de la traumatología deportiva? ¡Sigue leyendo!
La traumatología es la especialidad médica que se encarga del estudio y tratamiento de las lesiones traumáticas del sistema musculoesquelético, tanto agudas como crónicas, incluyendo fracturas, luxaciones, y lesiones de ligamentos y tendones.
En este contexto, la traumatología deportiva es una subespecialización de la traumatología que se enfoca en el diagnóstico, tratamiento y prevención de lesiones musculoesqueléticas relacionadas con el ejercicio y el deporte. Pero, ¿qué trata un traumatólogo deportivo?
Las y los traumatólogos deportivos son médicos expertos en evaluar y manejar lesiones, desde esguinces y fracturas hasta desgarros musculares y lesiones articulares complejas. Su objetivo principal es permitir que las y los deportistas recuperen la funcionalidad óptima y vuelvan a sus actividades deportivas lo antes posible.
Esto implica un enfoque multidisciplinario que puede incluir rehabilitación física, técnicas quirúrgicas (cuando es necesario) y estrategias de prevención personalizadas para reducir el riesgo de futuras lesiones.
Además de tratar las lesiones agudas, los traumatólogos deportivos también se centran en la medicina preventiva y la educación de los deportistas para mejorar su rendimiento y reducir la incidencia de lesiones recurrentes.
Esto puede incluir asesoramiento sobre técnicas de entrenamiento adecuadas, el uso de equipo protector y la modificación de factores de riesgo individuales, especialmente en deportistas de alto nivel.
Estas son las lesiones más tratados por un traumatólogo deportivo:
Un/a traumatólogo/a deportivo desempeña un papel crucial en el diagnóstico, tratamiento y prevención de lesiones musculoesqueléticas en atletas y personas activas. Su principal función es evaluar y manejar una amplia variedad de condiciones, desde fracturas y esguinces hasta lesiones más complejas como desgarros musculares y daños en ligamentos. Algunas de las terapias y tratamientos de la traumatología deportiva son:
Cirugía ortopédica. En casos donde las lesiones son severas o no responden a tratamientos conservadores, puede ser necesaria la intervención quirúrgica para reparar fracturas, reconstruir ligamentos, o corregir otras lesiones estructurales.
Terapia física y rehabilitación. Es fundamental en la recuperación de las lesiones deportivas. Incluye ejercicios específicos, terapia manual, técnicas de estiramiento y fortalecimiento para restaurar la función y mejorar la biomecánica.
Infiltraciones de corticosteroides: Se utilizan para reducir la inflamación y aliviar el dolor en áreas específicas, como articulaciones y tejidos blandos.
Ultrasonido terapéutico. Empleado para mejorar la circulación sanguínea local, promover la cicatrización de tejidos blandos y aliviar el dolor.
Crioterapia y termoterapia. Utilización de frío (crioterapia) o calor (termoterapia) para controlar la inflamación, reducir el dolor y mejorar la recuperación muscular.
Ondas de choque. Tratamiento no invasivo que utiliza ondas acústicas para estimular la regeneración de tejidos y reducir el dolor en condiciones como la tendinopatía crónica.
Electrólisis ecoguiada. Es un procedimiento que utiliza corriente eléctrica guiada por ecografía para tratar lesiones musculares, tendinosas o ligamentosas. Se utiliza para estimular la regeneración de tejidos y mejorar la función de las estructuras lesionadas.
Plasma rico en plaquetas (PRP). Este tratamiento implica la extracción de sangre del paciente, la separación de las plaquetas y su inyección en la zona lesionada. Las plaquetas liberan factores de crecimiento que promueven la cicatrización y la regeneración del tejido, siendo útil en tendinopatías, lesiones musculares y de ligamentos.
Ácido Hialurónico. Consiste en la inyección de ácido hialurónico en las articulaciones afectadas, como rodillas, tobillos, caderas, manos y hombros. Actúa como lubricante y ayuda a reducir la inflamación y el dolor, mejorando la movilidad y la funcionalidad articular.
Para convertirse en traumatólogo o traumatóloga deportiva es preciso obtener formación especializada en diversos niveles:
Educación universitaria. Se debe contar con un título de grado en Medicina.
Especialización en traumatología. Después de completar la carrera de medicina, se debe realizar una residencia en traumatología y ortopedia. Esta especialización suele tener una duración de aproximadamente cuatro a cinco años.
Subespecialización en traumatología deportiva. Una vez finalizada la residencia en traumatología, algunos médicos optan por realizar una subespecialización en traumatología deportiva. Esta etapa implica una formación adicional concentrada en el manejo específico de lesiones deportivas. Asimismo, se puede optar por estudiar una formación de alto nivel, como un Máster en traumatología deportiva.
Certificación y formación continua. La formación continua y la participación en congresos, cursos y publicaciones científicas son clave para mantenerse actualizado en las últimas técnicas y avances en el campo.
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