Curso de Avances en Audiología Protésica (Titulación Universitaria + 8 Créditos ECTS)
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Un audiólogo es un profesional de la salud especializado en el estudio, diagnóstico y tratamiento de los trastornos auditivos y del equilibrio. Estos especialistas están capacitados para trabajar con personas de todas las edades, desde recién nacidos hasta adultos mayores. Su importancia en el tratamiento de pérdidas de audición y otros trastornos auditivos radica en su capacidad para evaluar con precisión el estado auditivo de los pacientes. Utilizan una variedad de pruebas audiológicas para determinar la naturaleza y el grado de la pérdida auditiva, así como para identificar cualquier trastorno asociado.
Una vez que se ha realizado el diagnóstico, los audiólogos pueden recomendar y proporcionar una amplia gama de tratamientos, incluidos dispositivos auditivos como audífonos e implantes cocleares, terapia auditiva, rehabilitación auditiva, entre otros. Su papel como profesional de la audición es clave en la detección temprana y el tratamiento de los trastornos auditivos, lo que contribuye significativamente a mejorar la comunicación, la calidad de vida y el bienestar general de las personas con dificultades de oído.
Los audiologos y los otorrinolaringólogos, o simplemente otorrinos, son dos profesionales de la salud que trabajan en campos relacionados con la audición y los trastornos del oído. Sin embargo, tienen roles y enfoques diferentes en la atención auditiva. Mientras que los audiólogos se enfocan en la evaluación y tratamiento específicos de la audición, los otorrinos tienen una formación médica más amplia y tratan una variedad de trastornos relacionados con el oído, la nariz y la garganta. A menudo, trabajan en colaboración para proporcionar una atención integral a los pacientes con problemas auditivos y otorrinolaringológicos.
Los audiólogos desempeñan diversas funciones relacionadas con la evaluación, diagnóstico y tratamiento de los trastornos auditivos. Te explicamos en detalle algunas de sus funciones principales:
Evaluación auditiva: Los audiólogos realizan pruebas auditivas exhaustivas para evaluar la sensibilidad auditiva y determinar la naturaleza y el grado de la pérdida auditiva. Algunas de estas pruebas son una audiometría tonal, audiometría vocal, pruebas de impedancia, y pruebas de procesamiento auditivo central, entre otras.
Diagnóstico de trastornos auditivos: Basándose en los resultados de las pruebas auditivas, los audiólogos pueden diagnosticar diferentes tipos de trastornos auditivos, como la pérdida auditiva conductiva, la pérdida auditiva neurosensorial y la hipoacusia mixta.
Rehabilitación auditiva: Una vez realizado el diagnóstico, los audiólogos pueden recomiendan un tratamiento de rehabilitación auditiva. En muchos casos, se prescriben dispositivos auditivos como audífonos e implantes cocleares, así como una terapia auditiva para mejorar la percepción auditiva del habla.
Adaptación de dispositivos auditivos: Los audiólogos están capacitados para adaptar y ajustar dispositivos auditivos según las necesidades auditivas específicas de cada paciente. Para escoger el tipo adecuado de dispositivo auditivo, realizan pruebas y ajustes de forma que este mejore su rendimiento.
Evaluación y tratamiento de los trastornos del equilibrio: Algunos audiólogos también se especializan en evaluar y tratar trastornos del equilibrio, como el vértigo y la enfermedad de Menière. Utilizan pruebas especializadas para evaluar la función vestibular y recomiendan terapias de rehabilitación vestibular para mejorar los síntomas.
Educación y asesoramiento: Los audiólogos proporcionan educación y asesoramiento a los pacientes y sus familias sobre la naturaleza de su trastorno auditivo, las opciones de tratamiento disponibles y las estrategias para manejar la pérdida auditiva en la vida diaria. También ofrecen orientación sobre la prevención de problemas auditivos.
La formación de un audiólogo es fundamental para desarrollar las habilidades necesarias para evaluar, diagnosticar y tratar trastornos auditivos. Aunque no se exige una carrera universitaria específica para convertirse en audiólogo (por el contrario, requisito indispensable para un otorrino), es necesario completar una formación profesional en áreas relacionadas con la salud auditiva.
Una de las vías comunes para convertirse en audiólogo es obtener un título de formación profesional en ingeniería protésica o su equivalente. Esta formación proporciona una base en anatomía y fisiología del oído, así como en técnicas de evaluación auditiva y adaptación de dispositivos auditivos.
Durante su formación, un aspirante a audiólogo aprenderá sobre diversos aspectos de la audiología, que incluyen:
Anatomía y fisiología del oído: Comprenderá la estructura y función del oído humano, incluidos el oído externo, medio e interno, así como el sistema vestibular relacionado con el equilibrio.
Pruebas audiológicas: Aprenderá a realizar una variedad de pruebas audiológicas para evaluar la función auditiva, como la audiometría tonal y vocal, las pruebas de impedancia y las pruebas de procesamiento auditivo central.
Dispositivos auditivos: Conocimientos sobre los diferentes tipos de dispositivos auditivos disponibles, incluidos los audífonos y los implantes cocleares, así como sobre cómo seleccionar, adaptar y ajustar estos dispositivos para satisfacer las necesidades auditivas de los pacientes.
Rehabilitación auditiva: Se familiarizará con las estrategias de rehabilitación auditiva y terapia auditiva para mejorar la comunicación y la calidad de vida de las personas con pérdida auditiva.
Ética y práctica profesional: Conocerá los principios éticos y legales que rigen la práctica de la audiología.
Más allá de su formación y su experiencia profesional, un audiólogo debe reunir una serie de cualidades interpersonales para desempeñar bien su trabajo:
Capacidad de escuchar a los pacientes para analizar sus problemas: Esta competencia es fundamental, ya que los audiólogos necesitan comprender las preocupaciones y síntomas de los pacientes para proporcionar un diagnóstico y tratamiento adecuados.
Empatía y un trato afable: La empatía es esencial en la relación con los pacientes, especialmente aquellos que pueden experimentar ansiedad o temor debido a problemas auditivos. Un trato afable ayuda a establecer una relación de confianza y comodidad con los pacientes.
Habilidades para resolver problemas: Los audiólogos deben ser capaces de abordar de manera efectiva los desafíos relacionados con la evaluación y el tratamiento de los trastornos auditivos. La capacidad para identificar y resolver problemas es crucial para proporcionar una atención de calidad.
Habilidades prácticas para manipular las pequeñas piezas de los audífonos: Dado que los audiólogos trabajan con dispositivos auditivos como audífonos e implantes cocleares, necesitan habilidades prácticas para manipular y ajustar estos dispositivos correctamente.
Interés por la ciencia, capacidad de análisis y voluntad de mantenerse al día con la tecnología: Estas cualidades son importantes para garantizar que los audiólogos estén actualizados con los avances científicos y tecnológicos en su campo, lo que les permite ofrecer los mejores tratamientos disponibles a sus pacientes.
Observador: Ser observador es crucial para detectar detalles relevantes durante la evaluación auditiva y el seguimiento del progreso del paciente. Esta competencia ayuda a identificar signos y síntomas que pueden ser indicativos de trastornos auditivos u otros problemas de salud.
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