¿Para qué sirve la gammagrafía?

En el amplio mundo de los exámenes para diagnosticar, la gammagrafía se destaca como un método innovador, capaz de brindarnos imágenes claras de lo que sucede dentro de nuestro cuerpo sin procedimientos invasivos.

Este tipo de examen, que aprovecha lo último en tecnología nuclear y progresos médicos, ayuda a los doctores a ver de cerca distintos órganos y tejidos, lo que mejora la exactitud de los diagnósticos y la eficacia de los tratamientos.

Pero, ¿cómo funciona esta técnica y qué la diferencia de otros exámenes diagnósticos? ¡Te lo explicamos aquí!

¿Qué es la gammagrafía?

La gammagrafía es una prueba diagnóstica que utiliza pequeñas cantidades de material radioactivo para obtener imágenes detalladas de órganos y tejidos internos. Durante el procedimiento, se administra un radiofármaco específico al paciente, ya sea por vía oral o intravenosa, que se distribuye por el cuerpo y emite radiación.

Una cámara especial, conocida como cámara gamma, capta esta radiación y la convierte en imágenes que revelan información vital sobre la función y estructura de los órganos examinados.

¿Cómo se realiza una gammagrafía?

El proceso inicia cuando el profesional de salud administra el radiofármaco al paciente. Luego, se le podría pedir al paciente que cambie de posición varias veces para capturar diferentes ángulos. A medida que el compuesto se distribuye y se acumula en áreas específicas del cuerpo, la cámara gamma toma imágenes detalladas. Esta capacidad de ver cómo funciona un órgano en tiempo real ofrece una ventana única a la fisiología corporal.

Tipos de gammagrafía

Cuando hablamos de gammagrafía, no nos referimos a una única prueba, sino a un conjunto de estudios que se adaptan según la parte del cuerpo o la función específica que los médicos necesitan examinar. Cada tipo de gammagrafía está diseñado para ofrecer la mejor imagen y la información más relevante sobre un órgano o tejido en particular. Estos son los seis más comunes:

• Gammagrafía ósea: Empezando por los huesos, la gammagrafía ósea es uno de los tipos más frecuentes de esta prueba. Se utiliza principalmente para detectar anomalías en el esqueleto, como fracturas que no se ven en las radiografías convencionales, infecciones óseas, o cáncer que se ha extendido a los huesos.
• Gammagrafía cardíaca: El corazón, ese motor incansable, también puede ser evaluado mediante gammagrafía, conocida en este caso como gammagrafía cardíaca o ventriculografía. Este examen es particularmente útil para evaluar el flujo sanguíneo al músculo cardíaco y determinar el impacto de enfermedades como la enfermedad coronaria.
• Gammagrafía tiroidea: La tiroides, esa pequeña glándula con un gran impacto en nuestro metabolismo, también puede ser examinada con gammagrafía. Este tipo de estudio ayuda a evaluar cómo está funcionando la tiroides, identificar nódulos tiroideos y detectar posibles problemas como el hipertiroidismo o el hipotiroidismo.
• Gammagrafía pulmonar: Pasando a los pulmones, la gammagrafía pulmonar se utiliza para examinar el flujo de aire y la circulación sanguínea en estos órganos vitales. Es especialmente útil para diagnosticar o evaluar la gravedad de enfermedades como la embolia pulmonar, una condición potencialmente mortal donde uno o más coágulos de sangre bloquean las arterias de los pulmones.
• Gammagrafía renal: Nuestros riñones, los encargados de filtrar y depurar nuestro organismo, también pueden ser evaluados mediante gammagrafía renal. Este estudio ayuda a los médicos a ver cómo están funcionando los riñones, detectar obstrucciones y evaluar condiciones como la hipertensión arterial y las infecciones renales.

Seguridad y efectos secundarios

A pesar de que la gammagrafía emite radiación, la cantidad es mínima y se considera segura para adultos. Los efectos secundarios son raros, aunque en casos infrecuentes pueden ocurrir reacciones alérgicas al radiofármaco.

Se recomienda evitar el contacto estrecho con embarazadas o niños durante unas pocas horas después del examen para minimizar su exposición a la radiación residual.

¿Quién debería evitar la gammagrafía?

A pesar de su seguridad, ciertos grupos, como las embarazadas o niños, deben evitar la gammagrafía debido a su sensibilidad a la exposición a la radiación. En estos casos, los médicos optarán por alternativas diagnósticas menos riesgosas.

Beneficios de la gammagrafía

La gammagrafía ofrece numerosas ventajas en el campo de la medicina diagnóstica. Al poder observar el funcionamiento de los órganos en tiempo real, los médicos pueden detectar enfermedades en sus etapas iniciales, lo que mejora significativamente las probabilidades de éxito en los tratamientos. Además, al ser una prueba no invasiva, reduce la necesidad de procedimientos quirúrgicos para obtener diagnósticos.

Aplicaciones clínicas

Las aplicaciones de la gammagrafía son amplias y abarcan desde la detección de cáncer y enfermedades cardíacas hasta la evaluación de trastornos cerebrales. Por ejemplo, en Latinoamérica, la gammagrafía ha sido fundamental en el diagnóstico y seguimiento de enfermedades endémicas como el Chagas, proporcionando información crucial para tratamientos efectivos.

Innovaciones y avances tecnológicos

El futuro de la gammagrafía es prometedor, con investigaciones centradas en mejorar la calidad de las imágenes y reducir aún más los riesgos asociados con la exposición a la radiación. Nuevos radiofármacos y técnicas avanzadas prometen hacer de la gammagrafía una herramienta aún más precisa y segura.

La gammagrafía representa uno de los avances más significativos en el diagnóstico médico, proporcionando una visión sin precedentes del funcionamiento interno del cuerpo humano. A medida que la tecnología avanza y se vuelve más accesible, su impacto en la medicina solo puede aumentar.

Quizá te interese leer sobre...

• Principales requisitos para donar sangre
• La cadena alimenticia en el ser humano

Titulaciones que te pueden interesar

Diplomado en Gestión de Servicios de Atención Primaria - SIU

Diplomado en Seguridad y Salud en el Trabajo - SIU